?Rigidez o flexibilidad?
?Recuerdan la historia b¨ªblica de las vacas gordas y las vacas flacas? El fara¨®n preguntaba a su favorito, Jos¨¦, por el significado de un sue?o: ve¨ªa primero siete vacas gordas y despu¨¦s aparec¨ªan siete vacas flacas que se com¨ªan a las gordas. Ve¨ªa tambi¨¦n siete espigas vigorosas, que eran devoradas despu¨¦s por siete espigas resecas. O¨ªdo el fara¨®n, Jos¨¦ le interpret¨® el sue?o: tras siete a?os de florecimiento econ¨®mico vendr¨ªan otros siete a?os de estancamiento y declive.
Como pueden apreciar, ya en el Antiguo Egipto exist¨ªan los ciclos econ¨®micos. Los ciclos son un cl¨¢sico de la econom¨ªa, y sus rasgos se conocen mejor desde que existen datos econ¨®micos fiables. Sin embargo, a¨²n hace poco muchos analistas, sobre todo del sector de las inversiones financieras, cre¨ªan que las econom¨ªas desarrolladas hab¨ªan entrado en una senda virtuosa de crecimiento ininterrumpido. Los aumentos de la productividad generados por la revoluci¨®n tecnol¨®gica en las telecomunicaciones y la inform¨¢tica iban a sostener -se nos dec¨ªa- una expansi¨®n fuerte e ininterrumpida. Se certific¨® la defunci¨®n de los ciclos econ¨®micos. Pero no. Los cl¨¢sicos siempre vuelven, y he aqu¨ª que estamos de lleno en una fase de desaceleraci¨®n econ¨®mica intensa, que en algunas econom¨ªas de gran dimensi¨®n ha alcanzado caracter¨ªsticas de estancamiento.
La pol¨ªtica econ¨®mica de Bush sigue los pasos de la de Reagan, con efectos lamentables
Esta realidad, perceptible desde hace alg¨²n tiempo, ya es indiscutible. Ahora, algunos analistas econ¨®micos, tambi¨¦n sobre todo del sector financiero, creen que estamos en un pozo sin fondo y piensan en un escenario a la japonesa (muchos a?os seguidos de estancamiento econ¨®mico). Podr¨ªamos estar ante las consecuencias depresivas de las fuertes ca¨ªdas burs¨¢tiles, que en algunos provocan sensaciones tan extremas como la euforia irreal que en su d¨ªa motiv¨® el c¨¦nit de la burbuja financiera. No conviene olvidar, otra vez, que los ciclos contin¨²an existiendo y que saldremos tambi¨¦n de esta fase bajista. Probablemente las cosas empeorar¨¢n a¨²n durante un tiempo, pero es dif¨ªcil creer que estemos en una senda a la japonesa: siendo tan intensa como ha sido en las econom¨ªas occidentales la burbuja financiera (reventada desde 2000) y la incipiente burbuja inmobiliaria, su intensidad es muy inferior a la de las burbujas financieras en Jap¨®n una d¨¦cada atr¨¢s.
En este momento merece la pena plantearse algunos de los interrogantes m¨¢s importantes en la econom¨ªa. Se?alemos primero un rasgo muy singular de la situaci¨®n actual: por primera vez en mucho tiempo, el estancamiento es simult¨¢neo en las econom¨ªas con m¨¢s peso mundial: Estados Unidos, la Uni¨®n Europea y Jap¨®n. En EE UU se han emitido las se?ales m¨¢s claras sobre la orientaci¨®n de la pol¨ªtica para reactivar su econom¨ªa. En el ¨²ltimo a?o, el Gobierno ha emprendido una pol¨ªtica proteccionista para reducir las importaciones, con especial efecto sobre la agricultura y la siderurgia. Adem¨¢s, ha impulsado una expansi¨®n de la demanda, v¨ªa gasto militar, que ha dado la puntilla a los super¨¢vit fiscales de la ¨¦poca de Clinton. El d¨¦ficit p¨²blico podr¨ªa haberse paliado si Bush hubiese renunciado a su reforma fiscal, que los analistas econ¨®micos m¨¢s prestigiosos de EE UU, menos sujetos a las reglas de correcci¨®n pol¨ªtica, no dudan en calificar de regalo fiscal a los m¨¢s ricos. La pol¨ªtica de Bush sigue los pasos de la impulsada en los ochenta por Reagan, con efectos lamentables. Por esto, cuando se hayan despejado las incertidumbres derivadas del posible ataque militar a Irak, es muy posible que el Gobierno de EE UU impulse una pol¨ªtica de d¨®lar m¨¢s d¨¦bil para intentar reactivar la econom¨ªa con m¨¢s exportaciones y menos importaciones. Al fin, el d¨¦ficit comercial de EE UU ha alcanzado niveles insostenibles y el recurso al consumo interno est¨¢ limitado por el gran endeudamiento acumulado por las familias.
Esta pol¨ªtica causar¨¢ problemas en el sureste asi¨¢tico, regi¨®n cuyo crecimiento se basa en la exportaci¨®n a EE UU. Y sobre todo, necesitar¨¢ que alguien coja el testigo y tire de la econom¨ªa mundial. No hay muchos candidatos. China e India han crecido mucho en los ¨²ltimos a?os, pero no est¨¢n a¨²n en condiciones de volcar en demanda al exterior su pujanza econ¨®mica interna. Sin duda llegar¨¢n, pero no es todav¨ªa su momento. Descartado Jap¨®n, que seguir¨¢ ensimismado en la soluci¨®n de sus graves problemas econ¨®micos, s¨®lo cabe orientar la mirada hacia la UE.
?Podr¨¢ ejercer la UE de motor de la econom¨ªa mundial? Ahora mismo las grandes econom¨ªas europeas est¨¢n en situaci¨®n de estancamiento. Por eso ha adquirido gran relevancia la discusi¨®n sobre la aplicaci¨®n r¨ªgida o flexible del pacto de estabilidad. Casi todo el mundo est¨¢ de acuerdo en mantener el horizonte de estabilidad presupuestaria. Lo que se discute es si el equilibrio presupuestario debe modularse con el ciclo econ¨®mico o debe ser independiente de ¨¦l. En otras palabras, ?conviene dejar que la econom¨ªa incurra en d¨¦ficit en fases de estancamiento o bien el d¨¦ficit cero ha se ser un objetivo reiterado a?o a a?o, en cualquier caso y circunstancia? El debate est¨¢ vivo y la mayor¨ªa de las posiciones se inclinan por interpretaciones flexibles del pacto de estabilidad. Desde luego, si la reactivaci¨®n de la econom¨ªa es la prioridad, ¨¦sta es una posici¨®n sensata. Y es la ¨²nica que puede contribuir a que la UE ejerza de motor econ¨®mico ante lo que podr¨ªa venir.
Germ¨¤ Bel es profesor de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la UB y diputado del PSC
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