Un partido de aut¨®nomos
Se acercan las elecciones municipales. Los convergentes fichan al m¨¦dico y al farmac¨¦utico del pueblo. Luego, los socialistas consiguen que el arquitecto y el ATS encabecen su lista. Cuando llega el turno del PP, s¨®lo quedan restos. Con esta cruel caricatura resum¨ªa un dirigente del Partido Popular la triste situaci¨®n de la formaci¨®n. Porque el partido -que ha celebrado esta semana su d¨¦cimo congreso en Barcelona- sigue debati¨¦ndose entre un enorme coraz¨®n derech¨®n, que late en la base militante, y un incipiente cerebro centrista y catalanista, que se manifiesta t¨ªmidamente en el partido y se concentra en la direcci¨®n. Hist¨®ricamente las v¨ªsceras han ganado la partida a la raz¨®n. Y no es ning¨²n secreto que los resultados electorales han dejado mucho que desear. Desde ayer todas las esperanzas est¨¢n en saber si Josep Piqu¨¦, una vez ungido como gran l¨ªder catal¨¢n, tiene o no poderes taumat¨²rgicos. La tarea no es f¨¢cil y ya se produjeron ensayos, si no parecidos s¨ª similares, bajo el mandato del discutido Alejo Vidal-Quadras. Ahora todos los militantes est¨¢n dispuestos a hacer un acto de fe y a apoyar ese impreciso giro catalanista y centrista, y conf¨ªan en la profesionalidad del ministro de Ciencia y Tecnolog¨ªa.
Si algo sobra en el Partido Popular catal¨¢n es adhesi¨®n incondicional al l¨ªder
La sala de fumadores del hall del Princesa Sof¨ªa -donde se ha celebrado el congreso- ha sido este fin de semana un espl¨¦ndido bar¨®metro de c¨®mo se entiende intramuros ese viaje del partido al coraz¨®n del catalanismo, una idea que de puro repetida ha pasado a encabezar el cuadro de honor de las utop¨ªas milenaristas peperas.
Joan Sales, por ejemplo, es un apicultor de Maials y compromisario del congreso que se apunt¨® al PP porque siempre ha sido de derechas, asegura en el hall de fumadores. En otras ¨¦pocas, Sales quiz¨¢ hubiera sido un digno exponente de los agrarios de la CEDA o un defensor de las tesis del Institut Agr¨ªcola de Sant Isidre. Con todo, Sales est¨¢ dispuesto a hacer el viaje al centro, al catalanismo o a donde haga falta. Porque si algo sobra en el PP de Catalu?a es adhesi¨®n incondicional. Es un partido fruto del triunfo de la voluntad de unos ideales difusamente conservadores donde se conf¨ªa ciegamente en el l¨ªder. La presencia pol¨ªtica en la sociedad catalana de la formaci¨®n que ahora dirige Josep Piqu¨¦ es peque?a local y auton¨®micamente hablando. 'En el PP catal¨¢n no tenemos cargos que repartirnos porque tenemos pocos cargos; por tanto, todo lo hacemos por ideolog¨ªa', tercia otro fumador, Emilio Santiago, madrile?o afincado en Figueres y compromisario en el congreso. Es empresario como el 8% del partido, un sector en el que tambi¨¦n se encuadra Jos¨¦ Santiago Ariza. Este constructor tiene una visi¨®n -entre pragm¨¢tica y partidaria del libre albedr¨ªo erasmista- sobre lo que es el viaje al centro catalanista: 'En el asunto de los papeles de Salamanca se ha dado libertad a los militantes para que se manifiesten como quieran'.'En estos a?os de Gobierno del PP en Espa?a todo ha ido a mejor: por ejemplo, desaparecer¨¢ el impuesto de actividades econ¨®micas y han bajado las hipotecas, que si con los socialistas estaban entre el 14% y el 15%, ahora est¨¢n sobre el 5%', subraya Ariza, reci¨¦n integrado en la ejecutiva renovada de Piqu¨¦. El empresario constructor milita en el PP desde 1979, cuando todav¨ªa se llamaba Alianza Popular, y tiene fe en que el nuevo l¨ªder se har¨¢ con los favores del empresariado catal¨¢n. Conf¨ªa plenamente en Piqu¨¦, quien acababa de dejar el PSUC cuando Ariza comenz¨® a militar en la desaparecida AP: un buen paradigma de la complejidad de fuentes del partido. Por eso ayer no result¨® extra?o ver a m¨¢s de un compromisario arquear las cejas cuando el ministro dec¨ªa a voz en grito: 'Si en 1977 ped¨ªamos cosas tan b¨¢sicas como libertad, amnist¨ªa y estatuto de autonom¨ªa...'.
S¨®lo hubo caras de asombro, nada m¨¢s. El militante es disciplinado, tal como ha quedado suficientemente demostrado en los a?os en que los hermanos Fern¨¢ndez D¨ªaz -Jorge y Alberto- han llevado la batuta. O cuando lo hizo el defenestrado Alejo Vidal-Quadras. Todo se asume en un partido en el que, aunque cambie un poco la letra, la m¨²sica de fondo -piensan muchos afiliados- es la buena. Para llegar a esta sinton¨ªa, la comuni¨®n entre el l¨ªder y la base debe ser total. No podr¨ªa funcionar de otra forma un partido en que no se ha cultivado la figura del cuadro. 'No hay mucho tiempo para la pol¨ªtica, porque la mayor¨ªa de los militantes tienen peque?os negocios, trabajan muchas horas al d¨ªa', explica Juan L¨®pez, joven concejal de Matar¨®.
Piqu¨¦ se ha hecho con las riendas de un partido de aut¨®nomos y peque?os empresarios. El 21% de la militancia tiene como primera preocupaci¨®n el peque?o negocio. Su relativa mayor¨ªa se hac¨ªa patente en la sala del Princesa Sof¨ªa. 'Hay m¨¢s dise?o en un congreso de los antiguos comunistas de Iniciativa per Catalunya que en uno del Partido Popular catal¨¢n', bromeaba otro compromisario fumador. El dise?o apenas sal¨ªa del ¨¢rea del entarimado, donde se congregaban los dirigentes populares que presid¨ªan el congreso. Abajo, en el patio de butacas, abundaban los trajes de confecci¨®n, el corte de pelo a navaja y la peluquer¨ªa de abundante laca.
El fuerte del militante del PP no es el dise?o, a pesar de su saludable situaci¨®n econ¨®mica. Aunque el jefe -Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar- cene con el dise?ador Antoni Mir¨®, el afiliado adquiere sus trajes 'en las compras sabatinas en Alcampo o cualquier otra gran superficie del ¨¢rea metropolitana de Barcelona', apunta un distinguido fumador. El afiliado y el votante del PP son en buena medida un fen¨®meno metropolitano. 'Nosotros nos nutrimos de clase media del ¨¢rea de Barcelona', afirma por su parte el concejal Juan L¨®pez.
Ante este hecho, algunos analistas pol¨ªticos sostienen que los populares tienen m¨¢s frontera electoral con el el Partit dels Socialistes que propiamente con Converg¨¨ncia i Uni¨®, a la que ahora quieren arrebatar el espacio pol¨ªtico. El partido de los Mart¨ªnez y Fern¨¢ndez conservadores o liberales deber¨¢ iniciar su acercamiento a los Font y Riu. Una tarea dif¨ªcil en la que tener el poder en Madrid impone sus peajes: como defender las placas de matr¨ªculas sin distintivo auton¨®mico o ser sujeto sufriente cuando la mayor¨ªa popular del Congreso derrota iniciativas votadas por el PP en el Parlament.
Diego Borrego, compromisario por Girona de 34 a?os, asegura que el partido 'ya es catal¨¢n y catalanista'. Borrego es comercial y declara estar harto del marcaje a que est¨¢ sometida su formaci¨®n en las comarcas de Girona por los nacionalistas. 'Parece que tengamos que demostrar algo', afirma al un¨ªsono con su compa?ero de demarcaci¨®n Emilio Santiago. 'Es incre¨ªble estar sosteniendo al Gobierno de Converg¨¨ncia i Uni¨® y al tiempo ser objeto de su desprecio', asegura otro delegado de Lleida. Ahora Piqu¨¦ pondr¨¢ a prueba su taumaturgia pol¨ªtica para disputar a CiU los votos del Eixample o Sarri¨¤-Sant Gervasi. El PP quiere viajar del ¨¢rea metropolitana al centro de Barcelona, o llegar al coraz¨®n de la Catalu?a catalana. Un largo viaje para el que hay poco tiempo.
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