Bilbao, en idilio con Wagner
En la temporada de su 50? aniversario, la ABAO (Asociaci¨®n Bilba¨ªna de Amigos de la ?pera) ha culminado con El ocaso de los dioses la monumental tetralog¨ªa El anillo del Nibelungo. Tiene m¨¦rito, mucho m¨¦rito. Esta aventura wagneriana marca un antes y un despu¨¦s en Bilbao.
Se ha realizado, adem¨¢s, en plena efervescencia espa?ola de Anillos. La Sinf¨®nica de Tenerife cierra su ciclo, en versi¨®n de concierto, en el primer trimestre de 2003. El Teatro Real comenz¨® su Anillo la temporada pasada, en una colaboraci¨®n con la ?pera de Dresde, y el Liceo de Barcelona har¨¢ lo propio en 2003 y 2004, a dos t¨ªtulos por a?o, con la ?pera de Berl¨ªn. La ABAO se ha decantado por la reciente producci¨®n de la ?pera de Ginebra, dirigida por Patrice Caurier y Moshe Leiser, la pareja que tan buena impresi¨®n caus¨® en Madrid con Pel¨¦as y M¨¦lisande. No estoy en situaci¨®n de hacer una valoraci¨®n global de la puesta en escena, pues ¨²nicamente he asistido a El oro del Rin y a este Ocaso. Hay claves que se me escapan. En El ocaso la producci¨®n est¨¢ a medio camino entre la tradici¨®n y la modernidad. Hay algunos detalles arbitrarios (el perro del final, por ejemplo) y otros momentos muy po¨¦ticos (la roca de Brunilda).
En la roca de Brunilda, precisamente, se desarroll¨® la escena m¨¢s m¨¢gica de la representaci¨®n. Una escena que roz¨® lo milagroso, es decir, Wagner en estado puro. En primer lugar, por la imponente representaci¨®n de la mezzosoprano Jane Henschel como Waltraute. Despu¨¦s, por la expresiva r¨¦plica de Nadine Secunde como Brunilda, y, tambi¨¦n, por el sutil acompa?amiento orquestal de Gunter Neuhold al frente de la Sinf¨®nica de Bilbao, una orquesta que se creci¨® en el desaf¨ªo de El ocaso y pas¨® con nota alta esta delicada prueba de fuego.
Del resto del reparto destac¨® el veterano Kurt Rydl (Hagen), pero H. Siukola se mostr¨® inseguro como Sigfrido. No fue una jornada apote¨®sica, pero s¨ª importante para la ABAO y para la ¨®pera que se est¨¢ haciendo hoy en Espa?a. El anillo del Nibelungo se perfila en Bilbao como una realizaci¨®n emblem¨¢tica.
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