La guerra urbana rodea Medell¨ªn

'Es una alegr¨ªa que ya no est¨¦n esos bandidos, que eran los due?os de estos barrios', dice una mujer, junto a su casa, en uno de los ¨²ltimos barrios de la Comuna 13 de Medell¨ªn. Ahora est¨¢ tranquila. 'Antes viv¨ªamos en la zozobra, pues, en cualquier momento, se prend¨ªa el parche [hab¨ªa incidentes]'. Y piensa igual que muchos: 'Lo que nos falta es empleo; aqu¨ª hay mucha hambre'.

El pasado s¨¢bado por la tarde, un comandante del Ej¨¦rcito iz¨® la bandera de Colombia en lo alto de esta comuna que durante un a?o largo fue escenario de combates entre milicias guerrilleras y paramilitares. Ese d¨ªa las tropas rescataron a una peque?a secuestrada y logr¨® que una familia entera recuperara la libertad despu¨¦s de tres meses de encierro forzoso. Los insurgentes armados exig¨ªan que entregaran a un desertor de las milicias.

Aunque hay calma, la tensi¨®n contin¨²a. 'Desde cualquier punto sale una bala', asegur¨® un soldado apostado en un callej¨®n del barrio El Salado. En esta ciudad, anidada entre monta?as, y de casi dos millones de habitantes, no todos creen que se pueda cantar victoria. 'Esta ciudad es un polvor¨ªn', coment¨® un habitante de la zona nororiental, formada por tres comunas, m¨¢s de 40 barrios. Una verdadera colcha de retazos donde cada seis manzanas hay un mando distinto. Est¨¢n las milicias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), el Bloque Metro de las autodefensas (paramilitares) y el Frente Revolucionario Antiparamilitar (FRAP), formado hace dos a?os por guerrilleros expulsados del ELN. 'Las cosas se van a poner peor', dicen all¨ª . Y explican una de las razones: los paras desterraron a la guerrilla de algunas partes altas, pero los guerrilleros est¨¢n volviendo a retomar el control, pues muchos paramilitares se fueron a reforzar la guerra en la Comuna 13. 'Las FARC han descargado aqu¨ª mucha gente', es el comentario. Y est¨¢n haciendo pagar a la poblaci¨®n civil por la presencia del bando enemigo.

No es el ¨²nico sector de esta ciudad dividida en 16 comunas, donde se vive la guerra urbana, alimentada en gran parte por las bandas de delincuencia, -heredadas de la ¨¦poca dura del narcotr¨¢fico-, que se han unido a uno y otro bando. '?ste es un combustible dif¨ªcil de cortar', reconoce el coronel Botero, de la Polic¨ªa Metropolitana.

Para los investigadores sociales que han seguido el conflicto, m¨¢s del 70% de Medell¨ªn, ciudad con un promedio de 3.000 homicidios al a?o, est¨¢ controlada por los paramilitares, que hace dos a?os decidieron coparla por la v¨ªa de la 'limpieza de colaboradores de la guerrilla', la amenaza y los controles. Son ellos los que deciden a qu¨¦ hora se puede o no salir; c¨®mo vestirse y qui¨¦n y cu¨¢nto se paga de impuesto. El alcalde, Luis P¨¦rez, lo niega. 'Es falso', dice. Cree que gran parte de la ciudad est¨¢ 'pacificada' por estos grupos.

Lo cierto es que hay una especie de complacencia con estos grupos: 'No se meten con la poblaci¨®n civil; si nadie los molesta y pueden robar gasolina...', dice tranquila una habitante de San Crist¨®bal, zona rural donde se construye un t¨²nel que har¨¢ m¨¢s corto el trayecto de esta ciudad al mar. Muros y paredes est¨¢n llenos de pintadas; 'Autodefensas Anticomunistas de Colombia'. 'Todos somos autodefensas'. 'Miliciano, ponte el camuflado o muere de civil. Comando cacique Nutibara'.