Una pasi¨®n compartida
Las fotos expuestas en el Kubo.Kutxaespacio del Arte de San Sebasti¨¢n causan impacto inolvidable. Los dos centenares exhibidos son Pasi¨®n compartida (as¨ª se titula la muestra) del matrimonio Ord¨®?ez-Falc¨®n. Con ellos se hace un recorrido selecto y global de la fotograf¨ªa, con copias originales y de ¨¦poca, desde su aparici¨®n hasta nuestros d¨ªas. Sus autores son todos de indiscutible prestigio. Partiendo de Fox Talbot, se llega hasta Richard Avedon, pasando por Atget, Rodchenko, Dorotea Lange, Diane Arbus, Bernd y Hilla Becher, Frak Thiel, Ortiz Echag¨¹e o el catal¨¢n Perejaume, por citar algunos notables entre notables. La calidad de las piezas que ahora podemos disfrutar en di¨¢fano montaje, en el que sin duda participa la magnificencia de la sala, son de un valor inestimable.
No es f¨¢cil conseguir que una exposici¨®n de esta magnitud resulte convincente. En ocasiones se incorporan excesivas piezas o se hacen acoplamientos poco efectivos que en lugar de sumar restan inter¨¦s al visitante. En este caso el acierto es total. Con la intenci¨®n de evitar dispersiones, se ha establecido un recorrido basado en once apartados, que en s¨ª mismos son exposici¨®n completa y juntos, un acontecimiento. En Los primeros pasos (siglo XIX y primer tercio del XX), la fotograf¨ªa y sus primeros escarceos encuentran su propio lugar entre las corrientes art¨ªsticas de vanguardia. El Cuerpo es alma del modelo y los sentimientos del fot¨®grafo. La memoria enlaza el pasado con el futuro. El testimonio se rodea de esencias documentales. El viaje, real o imaginario, es andadura hacia uno mismo o hacia los dem¨¢s. El espacio establece escenarios con nuevas emociones. Retratos mantiene viva la presencia de los modelos a trav¨¦s de un vinculo m¨¢gico con su propia imagen. El Sue?o nos sumerge en fant¨¢sticos universos ic¨®nicos. La Mirada descubre que las im¨¢genes se pueden mirar pero tambi¨¦n nos miran. Con inusitada belleza, El Trabajo conecta fen¨®menos humanos y econ¨®micos. La Narraci¨®n articula una cr¨®nica gr¨¢fica en base a una o varias im¨¢genes concatenadas, una curiosa ret¨®rica para conmover al espectador.
En estos once lugares, abiertos y generosos en sus planteamientos, ha sido imposible encontrar im¨¢genes de alg¨²n fot¨®grafo vasco. Podemos preguntarnos el porqu¨¦ de esta ausencia: ?ninguno alcanza val¨ªa suficiente para incorporarse en la historia universal de la fotograf¨ªa? ?son inasequibles por sus precios? ? estar¨¢n en apartado espec¨ªfico de la colecci¨®n, a la espera de una exposici¨®n particularizada? La respuesta m¨¢s precisa no est¨¢ en coleccionistas ni en autores, la encontremos hurgando en el misterioso universo de los circuitos comerciales. Esa trama compleja que a d¨ªa de hoy impone valores art¨ªsticos y, por extensi¨®n, los del reconocimiento p¨²blico.
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