Proceso de opini¨®n
El escritor franc¨¦s Michel Houellebecq ha sido absuelto por el Tribunal Correccional de Par¨ªs de un presunto delito de 'complicidad en la incitaci¨®n al odio racial y religioso' por declarar que 'el islam es sin duda la m¨¢s est¨²pida de las religiones' y considerar que la lectura del Cor¨¢n era 'deprimente'. Sus acusadores eran los rectores de las mezquitas de Par¨ªs y Ly¨®n, la Liga Isl¨¢mica Mundial -una asociaci¨®n patrocinada por Arabia Saud¨ª- y la Liga de los Derechos Humanos.
Son muchos los medios intelectuales y pol¨ªticos franceses que han percibido este proceso como la en¨¦sima tentativa de restringir la libertad de opini¨®n, incluida la de decir tonter¨ªas o excesos, como los que se derivan del desconocimiento que demuestra Houellebecq al afirmar que el Cor¨¢n es obra 'de un solo y mediocre autor' frente a la Biblia, que 'tiene autores geniales junto a otros absolutamente nulos'. Seg¨²n la sentencia, el hecho de que las consideraciones de Houellebecq 'puedan ser desaprobadas, discutidas y refutadas' no implica que violen la ley francesa. Como ha se?alado el abogado del escritor, 'el tribunal no ha querido restablecer el delito de blasfemia en el derecho franc¨¦s y ha reconocido el derecho a la libertad de expresi¨®n'. Aunque sus acusadores lo han negado, muchos han visto en el proceso a Houellebecq un intento de juzgarlo, como a Gustave Flaubert respecto a los comportamientos de su personaje Emma Bovary, por las opiniones del protagonista de su novela Plataforma, que dice sentir 'satisfacci¨®n' cada vez que sabe de la muerte violenta de alg¨²n palestino.
En el proceso tambi¨¦n ha comparecido un pa¨ªs en el que los grandes ascensores sociales o mecanismos de integraci¨®n (escuela, sindicatos, servicio militar) ya no son lo que fueron. Los acusadores son ciudadanos franceses que hablan en nombre del islam o de los ¨¢rabes, que se otorgan a s¨ª mismos una entidad ¨¦tnica diferenciada de la de los 'franceses' y que se han sentido 'insultados' como 'musulmanes', exigiendo la c¨¢rcel para un escritor que les describe de manera distinta a como ellos creen ser o quisieran ser. La sentencia no pod¨ªa ser sino absolutoria, pero deja al descubierto una nueva y preocupante realidad ¨¦tnico-cultural que no encaja en la muy integradora, laica y universalista Rep¨²blica francesa.
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