El fisco acorrala a Boris Becker
El tenista alem¨¢n, bajo amenaza de tres a?os de c¨¢rcel por evadir impuestos
Doble falta. Y en el momento m¨¢s cr¨ªtico del partido. Boris Becker se enfrenta hoy al peor error de su vida. Un tribunal de M¨²nich puede condenarle a tres a?os y medio de c¨¢rcel por evadir impuestos, lo que arruinar¨ªa definitivamente la carrera de aquel muchacho de 17 a?os que asombr¨® al mundo por primera vez en 1985 con un servicio de una potencia extraordinaria en las pistas de Londres. Alemania no sale de su asombro: los ¨²ltimos a?os han sido nefastos. Se ha divorciado, ha reconocido un hijo no deseado y ha puesto en venta su casa de Mallorca por las dificultades econ¨®micas que sufre. Y ahora, la c¨¢rcel.
Aparentemente, la cuesti¨®n es sencilla. ?D¨®nde vivi¨® el ¨ªdolo de millones de alemanes entre 1991 y 1993? Seg¨²n su declaraci¨®n de la renta de esos a?os, en M¨®naco. Seg¨²n los inspectores de Hacienda, se trata de un truco. En realidad, Becker pas¨® la mayor parte del tiempo en M¨²nich. Y por tanto, sujeto a pagar impuestos en Alemania. La diferencia, 1,7 millones de euros s¨®lo en esos tres a?os. Todav¨ªa est¨¢n por aclarar los ejercicios siguientes.
Su abogado alega la condici¨®n de ¨ªdolo del deporte para conseguir que la pena sea leve
Para probarlo, los investigadores han escrutado d¨ªa a d¨ªa el paradero del tenista. La investigaci¨®n ha sido 'extremadamente brutal', seg¨²n el jugador. Durante a?os han preguntado a sus amigos, a su familia, a conocidos, a vecinos. ?Cu¨¢ndo ven¨ªa a casa? ?Cu¨¢ntas veces le vio aquella semana? ?Acudi¨® a tal fiesta? ?D¨®nde hizo tal pago? ?Lo encontr¨® por casualidad en tal otra recepci¨®n? Incluso su padre, enfermo de c¨¢ncer, suspendi¨® una vez una cita en el hospital ante la insistencia de los inspectores de Hacienda en hablar con ¨¦l ese d¨ªa. 'No pod¨ªa vivir as¨ª m¨¢s tiempo, y mucho menos jugar al tenis', dijo ayer Boom-Boom, tres veces ganador de Wimbledon. 'El tenis es un deporte psicol¨®gico; dej¨¦ de jugar porque me resultaba imposible hacer frente a la situaci¨®n'.
Pero hizo frente a la situaci¨®n. Durante a?os. Incluso dificult¨® conscientemente la investigaci¨®n, seg¨²n acusa el fiscal. Hasta esta semana, cuando en el ¨²ltimo momento, sus abogados cambiaron de t¨¢ctica. Aceptaron la culpa. Ingresaron 3,1 millones de euros en las cuentas de Hacienda (para cubrir los 1,7 millones de esos tres a?os, y probablemente una cantidad similar en los siguientes), y el propio protagonista enton¨® el mea culpa. Sus abogados han pedido la libertad condicional. Si la juez se decide por la petici¨®n del fiscal (tres a?os y medio), Becker tendr¨ªa que ingresar en prisi¨®n, seg¨²n la legislaci¨®n alemana.
'Acepto que soy responsable de un error que comet¨ª hace 10 a?os, y soy consciente de que tengo que pagar por ello', declar¨® ayer ante la juez. Con todo, Becker trat¨® de disculparse. Apenas entiende la legislaci¨®n alemana, dijo. Y menos los temas fiscales. Es cierto que sus asesores le advirtieron entonces de que comet¨ªa un error al mantener una casa en M¨²nich. Pero ¨¦l quiso arriesgarse. En realidad, seg¨²n argument¨® ayer, no era una casa propiamente dicha. Se trataba de un loft propiedad de su hermana. Muy 'espartano'. Con apenas muebles. 'No ten¨ªa ni una nevera', se excus¨® Becker.
Para Hacienda es lo mismo. El fisco reconoce que el tenista no trat¨® de ocultar su patrimonio, que algunas fuentes llegaron a calcular en 150 millones de euros, y que as¨ª constaba en su declaraci¨®n. S¨®lo que en el apartado err¨®neo, titulado: 'Patrimonio no sujeto a impuestos en Alemania'. Y s¨ª viv¨ªa en Alemania.
En la batalla por conseguir una pena m¨¢s leve, su abogado defensor no ha tenido verg¨¹enza en recurrir a un argumento francamente extrajur¨ªdico: la popularidad de Boom-Boom. 'La opini¨®n p¨²blica no entender¨ªa una pena m¨¢s elevada que la libertad condicional', dijo J?rg Weigel.
Desde que apareci¨® en la escena p¨²blica, con 17 a?os y cara de ni?o, Alemania se enamor¨® del jugador. Era el hijo que todo padre deseaba. El yerno ideal. Incluso cuando creci¨® y se cas¨® con Barbara Feltus, una cantante y modelo de raza negra, con quien tuvo dos hijos, se convirti¨® en s¨ªmbolo de la lucha contra el racismo en Alemania. Y sectores sociales progresistas, que hasta ese momento le hab¨ªan ignorado, se sumaron a la Beckerman¨ªa.
Todo eso ha quedado atr¨¢s. Becker no es el multimillonario que lleg¨® a ser. Ha puesto a la venta numerosas propiedades. Gran parte del dinero se le ha ido en abogados, divorcios, dietas y paternidades no deseadas: su encuentro de 10 minutos con una camarera en el cuarto de la limpieza de un restaurante le supuso un desembolso de 2,8 millones de d¨®lares, tras probarse que dej¨® embarazada a la mujer, de origen ruso. Hacienda puede costarle todav¨ªa m¨¢s.
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