Lula culmina hoy su traves¨ªa al poder
Despu¨¦s de d¨¦cadas de lucha y tres intentos, el l¨ªder del Partido de los Trabajadores acaricia la presidencia de Brasil
Nunca unas elecciones en Brasil despertaron tanta expectaci¨®n en todo el mundo y nunca se hab¨ªa llegado al d¨ªa de la votaci¨®n con un pron¨®stico tan claro. Salvo una sorpresa descomunal que nadie contempla, Luiz In¨¢cio Lula da Silva ser¨¢ elegido hoy presidente de Brasil, lo que significar¨¢ la llegada al Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), en la oposici¨®n desde que fue fundado en febrero de 1980. En estos 22 a?os, Lula ha disputado la presidencia en tres ocasiones y ha transformado aquel grupo de sindicalistas, intelectuales y pol¨ªticos en el mayor partido de izquierda de Am¨¦rica. Por primera vez en la historia un trabajador de origen humilde, como millones de brasile?os, llega a lo m¨¢s alto. Lo habr¨¢ logrado el d¨ªa de su 57 cumplea?os.
La victoria de Lula tendr¨ªa implicaciones para toda la izquierda latinoamericana
Desde hace meses, Lula da Silva ha gozado de una clara ventaja sobre sus adversarios en todas las encuestas. Los mercados financieros emitieron las primeras se?ales de preocupaci¨®n el pasado verano, la cotizaci¨®n del real empez¨® a caer, la prima de riesgo se dispar¨® y la Bolsa entr¨® en turbulencia. Las agencias calificadoras dibujaron escenarios alarmantes que desembocaban en la suspensi¨®n de pagos de la deuda. La volatilidad de la situaci¨®n econ¨®mica en toda la regi¨®n acrecentaba la intranquilidad, que muchos medios informativos atribu¨ªan a Lula, cuando s¨®lo era un candidato, pero sin responsabilidad de gobierno.
Ya en plena campa?a, los vaivenes en los mercados continuaron al ritmo de la subida del d¨®lar. Pero Lula se manten¨ªa firme en las preferencias de los electores y el candidato oficialista, Jos¨¦ Serra, no lograba recuperar terreno. El Gobierno, con el presidente Fernando Henrique Cardoso al frente, empresarios y dirigentes conservadores salieron a la palestra para tranquilizar a la poblaci¨®n y explicar que aquellas cifras tan alarmantes ten¨ªan que ver con una mala situaci¨®n econ¨®mica general, con los altos tipos de inter¨¦s imperantes en Brasil y tambi¨¦n con la actuaci¨®n de unos se?ores llamados especuladores. Hasta los representantes m¨¢s destacados de la ortodoxia han hecho declaraciones tranquilizadoras sobre Brasil. El director de la Reserva Federal de Nueva York, William McDonough, ha dicho que es una 'estupidez' que los inversores extranjeros huyan de Brasil si los votantes eligen a un presidente 'que cree m¨¢s en la justicia social'.
Mientras, con una campa?a de televisi¨®n impecable, una propaganda de fuerte pegada y la traves¨ªa que realiz¨® de un extremo a otro de Brasil, Lula lleg¨® hasta el hogar m¨¢s rec¨®ndito. En tres meses ha estado en 93 ciudades, ha participado en 103 actos y ha pasado 147 horas a bordo de un avi¨®n para recorrer Brasil de punta a punta. Fueron 162.000 kil¨®metros, una distancia equivalente a dos vueltas al mundo. Podr¨ªa decirse que la Lulafobia dio paso a la Lulaman¨ªa.
La llegada de Lula da Silva al Gobierno consolida la institucionalidad democr¨¢tica en un pa¨ªs maltratado en este sentido. Ser¨¢ el primer presidente electo desde 1961 que reciba la banda presidencial de otro presidente elegido por el pueblo. La historia brasile?a desde la Segunda Guerra Mundial no puede ser m¨¢s dram¨¢tica. Tuvo un presidente que se suicid¨®, Getulio Vargas; otro que fue elegido y acompa?ado de un golpe militar, Juscelino Kubitschek. Le sucedi¨® Janio Quadros, que dimiti¨® a los siete meses. Jo?o Goulart fue depuesto por una rebeli¨®n de los uniformados, que dio paso a 21 a?os de dictadura. Tancredo Neves, el primer presidente de la recuperaci¨®n democr¨¢tica que no fue elegido por el pueblo, falleci¨® antes de la toma de posesi¨®n. Asumi¨® el cargo el vicepresidente, Jos¨¦ Sarney, que dej¨® a su sucesor una inflaci¨®n del 84% mensual. Fernando Collor de Mello dimiti¨® por corrupci¨®n y de nuevo el vicepresidente, en este caso Itamar Franco, complet¨® los dos a?os de mandato que quedaban. Fernando Henrique Cardoso fue el primer presidente que durante toda su presidencia no ha tenido una crisis institucional o pol¨ªtica.
La victoria de Lula da Silva tendr¨¢ m¨¢s implicaciones que para los 175 millones de brasile?os. Brasil es un continente dentro de un continente, que atraviesa por una crisis econ¨®mica de gran calado mientras avanzan opciones pol¨ªticas que rechazan abiertamente el modelo liberal imperante en Am¨¦rica Latina la ¨²ltima d¨¦cada. No cabe duda de que un Gobierno del PT ser¨¢ la referencia para l¨ªderes que desde la izquierda o el populismo dicen hablar en nombre de las masas ingentes de excluidos. Los m¨¢s conocidos son el presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez, acosado por una oposici¨®n beligerante y un sector militar; el candidato presidencial ecuatoriano Lucio Guti¨¦rrez, coronel retirado que cuenta con el apoyo de fuerzas de izquierda y organizaciones ind¨ªgenas, y el l¨ªder del Frente Amplio uruguayo, Tabar¨¦ V¨¢zquez, favorito en su pa¨ªs.
Como poder regional, un Gobierno del PT dif¨ªcilmente podr¨¢ soslayar el conflicto colombiano, del que el presidente Cardoso ha permanecido totalmente al margen. La creciente implicaci¨®n de Estados Unidos en la guerra contra el narcotr¨¢fico y las FARC a trav¨¦s del Plan Colombia es vista con gran recelo por Lula. En el terreno comercial, el primer desaf¨ªo para el nuevo Gobierno brasile?o ser¨¢ el Acuerdo de Libre Comercio para las Am¨¦ricas que Washington pretende poner en pie. Los dirigentes del PT han criticado la falta de reciprocidad de EE UU, que exige apertura de mercados mientras mantiene una pol¨ªtica proteccionista frente a las exportaciones de Brasil.
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