Orgullo y prejuicio
Hace unos d¨ªas en estas p¨¢ginas el doctor Bernat Soria, a prop¨®sito del acuerdo alcanzado con la Junta de Andaluc¨ªa para desarrollar sus investigaciones con las c¨¦lulas madre, manifestaba que sent¨ªa 'orgullo'. Yo, uno m¨¢s de los millones de ciudadanos esperanzados por su descubrimiento y tenacidad, he de responderle que el orgullo es nuestro. Tambi¨¦n la indignaci¨®n, la indignaci¨®n que arrastramos hace ya mucho, demasiado tiempo, al observar c¨®mo a cada permiso (de la Comisi¨®n de Expertos, de la UE, etc¨¦tera) se opone esa actitud rancia de moral supersticiosa, mucho m¨¢s que religiosa, que tanto nos ha hecho retroceder a los espa?oles a lo largo de la Historia. De ah¨ª que en este caso me quepa, adem¨¢s, el orgullo de ser andaluz y de que sea un Gobierno socialista, laico y que cree en la salud p¨²blica, el que parece pueda terminar con la condici¨®n, bochornosa para la ciencia del siglo XXI, de 'investigador errante' del doctor Bernat Soria. Y es que, aunque parezca mentira, muchos espa?oles (sobre todo, espa?olas) seguimos sus apariciones con m¨¢s inter¨¦s que las de Ronaldo. En su caso, bien valdr¨ªa cambiar el aserto de Unamuno y decir que en Espa?a hoy 'investigar es suplicar'. Obs¨¦rvense, si no, los recortes que en materia de becas e investigaci¨®n se vienen produciendo en los ¨²ltimos a?os.
Les hablo aqu¨ª como padre afectado, muy afectado (me va la vida en ello, que cantar¨ªa L.E. Aute) por una enfermedad, la diabetes, que, cautivando el presente de nuestros hijos, nos plantea un futuro de incertidumbre y temor. Las investigaciones del doctor Bernat Soria alumbran nuestra esperanza y la calidad de vida de millones de personas que tienen otra vez en la ciencia su mejor oportunidad. Hace ahora 80 a?os que cient¨ªficos como Banting, Best o Mcleod hicieron posible el 'milagro' de la insulina inyectable para pacientes que hasta entonces no tuvieron otro horizonte que el de la muerte. Tengo un respeto profundo por la espiritualidad de esta tierra y por el sentido ¨ªntimo (el ¨²nico que entiendo) de la fe, sea cual sea su advocaci¨®n o liturgia. En estos tiempos es ya insostenible la contradicci¨®n entre creencias religiosas e investigaci¨®n cient¨ªfica, m¨¢s a¨²n cuando, como en este caso existen todo tipo de garant¨ªas ¨¦ticas. La iglesia cat¨®lica ha tardado 500 a?os en dar la raz¨®n a Galileo y s¨®lo 25 en canonizar a Escriv¨¢ de Balaguer, aqu¨ª s¨ª, con un respaldo significativo del Gobierno de Espa?a. Como la protagonista de la c¨¦lebre novela de Jane Austen, Orgullo y prejuicio, mi hija aspira a ser feliz a pesar incluso de las convicciones caducas y de los prejuicios de anta?o. Y, desde luego, no puede esperar 500 a?os.
Jos¨¦ Juan D¨ªaz Trillo es socio fundador de la Asociaci¨®n de Diab¨¦ticos Frederick G. Banting.
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