Aut¨®matas con habilidades metaf¨ªsicas
Felipe Ben¨ªtez Reyes publica la novela 'El pensamiento de los monstruos'
Felipe Ben¨ªtez Reyes (Rota, C¨¢diz, 1960) es un indiscutible primer espada del ruedo literario hispano. Iba para fil¨®logo, pero tom¨® la alternativa en Sevilla con un sorprendente poemario, Para¨ªso manuscrito, y se hizo profesional de la creaci¨®n. Esta temporada, Ben¨ªtez Reyes regresa a la arena con El pensamiento de los monstruos, su ¨²ltima novela. 'Con arreglo a mi experiencia, me da la impresi¨®n de que el detonante de una novela es de muy baja intensidad', explica el propio autor. 'Una simple frase o una simple imagen pueden activar el mecanismo narrativo. El pensamiento de los monstruos nace gracias a una frase, la inicial. En esa frase estaba ya el germen de todo. Se trataba de configurar un personaje que fuese polic¨ªa, vidente, locutor clandestino de radio y estudiante de filosof¨ªa. El reto consist¨ªa en dar coherencia a esas actividades, y no result¨® f¨¢cil'.
Dicho personaje, el politoxic¨®mano y enamoradizo Yeremi Alvarado, est¨¢ a punto de cumplir 40 a?os cuando parece venirle encima todo su confuso pasado. Cuatro a?os y medio de obsesiva escritura llev¨® a Felipe Ben¨ªtez Reyes a rematar sus peripecias. 'No tengo un m¨¦todo, no al menos un m¨¦todo que merezca ese nombre. Me conformo con establecer un poco de disciplina en el caos, pero sin renunciar a ¨¦l, porque necesito ese caos', asegura el escritor rote?o.
La salida a la luz de El pensamiento de los monstruos servir¨¢ al lector habitual de Ben¨ªtez Reyes para comprobar la evoluci¨®n de su escritura, tras el aguacero de aplausos recibido con El novio del mundo. El gaditano, en cambio, se resiste a entrar en este tipo de valoraciones: 'No creo que ning¨²n autor tenga una conciencia exacta de su propia evoluci¨®n'. 'En mi caso, hay un prop¨®sito de cambio de registro estil¨ªstico de un proyecto a otro, porque cuando uno comienza a escribir una novela necesita el factor sorpresa como est¨ªmulo. Necesita, en fin, no saber. No saber del todo lo que se dispone a hacer. Y ah¨ª comienza la aventura', comenta Ben¨ªtez Reyes.
En El pensamiento de los monstruos, la aventura de Yeremi Alvarado viene acompa?ada de una abrumadora galer¨ªa de personajes: un buscador de tesoros ocultos, una vidente televisiva, un profesor de lat¨ªn que ha hecho voto de silencio, un poeta maldito que sue?a con ganar alg¨²n concurso, un taxista af¨¢sico, un delincuente altanero, una veterinaria que regenta una granja de exterminio de perros vagabundos, un histri¨®nico orador ambulante, un empresario cultural sin escr¨²pulos, un camarero chino convertido en asesino... 'Mis monstruos lo son en sentido figurado', aclara Ben¨ªtez Reyes. 'Los humanos formamos parte de un mismo g¨¦nero animal, pero el pensamiento nos convierte en seres ¨²nicos, en monstruos irrepetibles. De ah¨ª el t¨ªtulo de la novela', a?ade.
Sin dejar de asumir su paternidad, Ben¨ªtez Reyes rechaza la t¨®pica identificaci¨®n del escritor con sus criaturas. 'Los personajes son creaciones, aut¨®matas con habilidades pr¨¢cticas y metaf¨ªsicas, seg¨²n. Incluso las novelas autobiogr¨¢ficas est¨¢n protagonizadas por mu?ecos. Mucha gente tiende a ver elementos necesariamente biogr¨¢ficos del autor en las novelas, no s¨¦ por qu¨¦ raz¨®n. Las novelas suelen ser espacios ficticios, y all¨ª no suele haber sitio para el encargado de erigir y de vigilar esos espacios. Quiero decir que no hace falta beber sangre para escribir Dr¨¢cula ni meterse a pescador de ballenas blancas para escribir una novela del tipo de Moby Dick. El compromiso del novelista est¨¢ relacionado con la invenci¨®n, no con la realidad. La realidad es para ¨¦l un punto de llegada, no necesariamente un punto de partida', afirma el autor gaditano.
Adscrito a lo que el cr¨ªtico Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Mart¨ªn llam¨® la Generaci¨®n de los 80, Ben¨ªtez Reyes ha logrado hasta ahora deslindar cuidadosamente su faena narrativa de los predios l¨ªricos. Pese a ello, no cree que exista un lenguaje exclusivamente po¨¦tico. 'La poes¨ªa no es cuesti¨®n de palabras, sino de tono', conjetura. 'El tono es lo que da dimensi¨®n po¨¦tica a un texto, no la utilizaci¨®n de palabras ex¨®ticas e imponentes. Procuro que mi prosa sea estil¨ªsticamente creativa, a pesar de que actualmente se valora mucho la prosa neutra. Creo que la novela, por encima de todo, debe ser arte, y la pr¨¢ctica de un arte exige una moral estil¨ªstica insobornable y siempre alerta'.
Recientemente, la revista Litoral dedic¨® a Ben¨ªtez Reyes un n¨²mero monogr¨¢fico, en el que no pocos amigos y 'compa?eros de viaje' destacaban su trayectoria. 'Esas cosas te dejan gratamente descolocado, y lo primero que piensas es que has dejado de ser joven, que ya has entrado en una primera fase de momificaci¨®n', ironiza. 'De todas formas, creo que estamos obligados a pactar con el tiempo, aunque se trate de un pacto fraudulento. Ir por la vida de Peter Pan no s¨®lo resulta rid¨ªculo, sino me temo que tambi¨¦n un s¨ªntoma psicopatol¨®gico. Llegado el momento, hay que asumir que uno es ya el capit¨¢n Garfio. Nuestras relaciones con el tiempo son siempre conflictivas, ya sea en la infancia o en la madurez. Estamos hechos de tiempo, pero reconocernos en el fluir del tiempo nos causa angustia y perplejidad', a?ade.
Como andaluz, Ben¨ªtez Reyes no se siente sujeto a una concreta tradici¨®n: B¨¦cquer o Cernuda no parecen tener m¨¢s peso en su obra que Pessoa. 'Las tradiciones son una herramienta privada de trabajo, el mapa personal que todo escritor hace de la herencia literaria que recibe. En ese sentido, todas las tradiciones literarias son mestizas', apostilla.
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