200 perjudicados por el 'caso CPV' planean su batalla legal para intentar recuperar su dinero
Los afectados deciden concentrarse cada tarde ante la sede de la empresa promotora
Trabar, recusar, embargar, avalar, estafar... A la angustia por haber perdido unos 18.000 euros de media, los afectados del caso CPV tienen que a?adir ahora la que les produce un lenguaje desconocido para la mayor¨ªa. ?Qu¨¦ deben hacer ahora las 1.200 personas que han visto esfumarse su dinero? El terreno que compraron ya no existe. El dinero que entregaron no est¨¢, aparentemente, donde deb¨ªa. Algunos pagan todav¨ªa las letras que firmaron con la empresa que les vendi¨® la casa so?ada. La asociaci¨®n de afectados se reuni¨® ayer para desenmara?ar las v¨ªas legales. Rein¨® el desconcierto.
'?Podremos construir alg¨²n d¨ªa nuestras casas?', pregunt¨® ayer uno de los damnificados del caso CPV (Comercializadora Peninsular de Viviendas) en la reuni¨®n que 200 de ellos mantuvieron en un hotel de la calle de O'Donnell, en la que no pararon de plantear dudas durante dos horas. Jubilados, j¨®venes y amas de casa ocupaban las sillas. 'No hay terreno. Eso es definitivo', afirm¨® tajante el abogado Pedro L¨®pez Arias, quien hab¨ªa acudido a petici¨®n de la asociaci¨®n creada hace dos d¨ªas por los afectados para explicar qu¨¦ hacer ante la situaci¨®n de indefensi¨®n e impotencia que sufren.
Un total de 1.200 familias se sienten estafadas por CPV, al descubrir que el dinero que hab¨ªan pagado desde 1998 (unos 18.000 euros de media) se ha esfumado sin que nadie sepa nada ni de casas, ni de terrenos (la CPV ha vendido una parcela a terceros en una operaci¨®n rel¨¢mpago que le permiti¨® ganar 1,4 millones de euros).
L¨®pez Arias ya interpuso una querella a primeros de mes en nombre de seis de los damnificados (admitida a tr¨¢mite por el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 8 de Madrid). 'El suelo no nos lo podemos sacar de la chistera', conclu¨ªa el abogado ante las caras desoladas de sus interlocutores, que un d¨ªa so?aron con una casa en los nuevos barrios de Sanchinarro, Montecarmelo y Las Tablas.
'?Se han investigado los bienes de los administradores?', cuestionaba otra de las personas, que se identific¨® como abogado amigo de un perjudicado. 'Si resulta que durante todo el procedimiento les da tiempo a hacer desaparecer todos sus bienes..., entonces ser¨ªa muy dificil cobrar alg¨²n dinero', respond¨ªa L¨®pez Arias ante el silencio de los presentes. '?Se han tomado medidas?', insist¨ªa un tercero. 'S¨ª, hemos solicitado algunas investigaciones y la traba de bienes de la sociedad y personales, adem¨¢s de un posible embargo preventivo de los terrenos'. Caras de alivio.
Preguntas sin respuesta
'?Pero nos devolver¨¢n el dinero y tendremos nuestras casas?', se oye de nuevo. Es la pregunta sin respuesta. Y as¨ª, una, dos, varias veces. L¨®pez Arias habl¨®, hipot¨¦ticamente, de c¨®mo se puede ir desarrollando el asunto y record¨®, para calmar los ¨¢nimos y sin mucho entusiasmo, el caso PSV (una cooperativa que agrupaba a unos 20.000 socios; algunos miles consiguieron sus viviendas con el paso del tiempo) ocurrido hace casi ya una d¨¦cada. Luego se detuvo a explicar con profusi¨®n de detalles las razones por las que en el caso CPV se debe usar preferentemente la v¨ªa penal, y no la civil (a ¨¦sta ya han recurrido un centenar de perjudicados). 'Las demandas civiles s¨®lo sirven para colgarlas en un marco', afirm¨® el letrado. 'Pero ambas son igual de leg¨ªtimas', a?adi¨®. Hay, sin embargo, indicios de delito, sigui¨® el letrado. 'Los responsables de la empresa promotora no est¨¢n cumpliendo lo prometido, no hay casas ni dinero...'.
Ahora, los afectados que se adhieran a la demanda penal deben probar con documento original la existencia de un contrato con CPV; aportar los documentos de pago, o las letras, o en su defecto, la certificaci¨®n del banco que acredite los ingresos realizados, para interponer una querella 'por delito de estafa y alzamiento de bienes' contra Francisco Javier Garc¨ªa S¨¢nchez, Miguel ?ngel Garc¨ªa S¨¢nchez y Miguel ?ngel Morillo del Pozo, responsables de CPV. Los tres ya han sido citados, para el 13 de noviembre, por el juez de instrucci¨®n n¨²mero 8 como imputados en una supuesta estafa.
'?Los que estamos pagando letras debemos seguir haci¨¦ndolo?', inquiere uno de los que compraron suelo y proyecto en Montecarmelo. 'Depos¨ªtela en un juzgado; hay que solicitar al juez una medida cautelar para detener los pagos', responde el abogado L¨®pez Arias. As¨ª, entre dudas y esperanzas, entre el miedo a que los administradores de la promotora inmobiliaria se den a la fuga y entre la complicaci¨®n de esos documentos que hay que compulsar en el notario, pagos y confusiones sobre lenguaje jur¨ªdico, se cerr¨® la segunda reuni¨®n de la reci¨¦n creada Asociaci¨®n de Afectados de la CPV, que ya cuenta, incluso, con p¨¢gina web: www.usuarios.lycos.es/excpv.
Luis S., miembro de la asociaci¨®n, se encargaba de recoger los datos de los que deseaban formar parte de ella. 'No me cuadran las cuentas', se queja mostrando decenas de folios con datos. 'Aqu¨ª hay muchas personas apuntadas, quiz¨¢ m¨¢s de 1.000, podr¨ªan ser incluso m¨¢s de esos 1.200 que se supone est¨¢n perjudicados'.
Otro de los asociados convoc¨® a los dem¨¢s a concentrarse cada noche ante la sede de la CPV, en la calle de Orense, 36, en protesta por lo sucedido. El vicepresidente de la Asociaci¨®n General de Consumidores, Daniel Robles, anunci¨® que ¨¦sta se personar¨¢ como acusaci¨®n popular 'para que se busquen todas las responsabilidades'.
'Tengo que empezar de nuevo'
Hay afectados del caso CPV que creen que han tenido hasta suerte. Almudena Rodr¨ªguez, de la primera promoci¨®n de Las Tablas, ha pagado 24.000 euros por una vivienda que no existe y que le ten¨ªan que haber entregado el a?o pasado. Ella y su marido han comprado una nueva casa por la que pagan m¨¢s de 1.000 euros al mes. Esta mujer de 32 a?os, embarazada de seis meses, mira a su alrededor y piensa: 'Mi caso no es de los peores'.
Ninguno de ellos sabe d¨®nde ha ido a parar ese dinero que han entregado a la inmobiliaria. Pero s¨ª saben de d¨®nde ha venido. 'He perdido todos mis ahorros'. Fernando de la Paz, de 32 a?os, trabaja en una tienda. Gana poco m¨¢s de 720 euros al mes y ha pagado por un piso en Montecarmelo 15.000 euros. Vive con sus padres. 'Ahora tengo que empezar de nuevo. Tengo que empezar a ahorrar otra vez y no podr¨¦ hacerlo si me voy de casa de mis padres a un piso de alquiler', dice.
Las viviendas que ofrec¨ªa CPV eran baratas (la mayor¨ªa rondaba los 14 millones de pesetas). Por eso hay familias enteras con un mismo problema. El hermano de Fernando, Miguel ?ngel, compr¨® tambi¨¦n una casa en Montecarmelo. 'Y se iba a meter otro hermano. Menos mal que se fue a trabajar fuera de Madrid'.
Entre los m¨¢s de mil afectados se repiten las historias: viven en casa de sus padres, han comprado otro piso que pensaban pagar con lo que les devolviera CPV, malviven de alquiler en un piso al que le faltan metros cuadrados o han tenido que retrasar una boda: 'Mi novia y yo pens¨¢bamos casarnos en cuanto nos dieran el piso, en septiembre del a?o pasado', afirma ?scar Ortega, de 32 a?os, 'pero ya no s¨¦ cu¨¢ndo podremos hacerlo'. De momento, ambos residen con sus respectivos padres. Como Jos¨¦ Luis L¨®pez, carnicero de 28 a?os, que ya tiene otro piso 'apalabrado': 'Pero no puedo dar la entrada hasta que no me devuelvan lo que pagu¨¦ en Sanchinarro'. Los alrededor de 200 afectados reunidos ayer repet¨ªan la misma pregunta que Jos¨¦ Luis: '?Y cu¨¢ndo va a ocurrir eso?'
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