"Un ataque a Irak ser¨ªa terrible para la zona del mundo con m¨¢s petr¨®leo"
La cortes¨ªa persa se superpone al rigorismo isl¨¢mico. Mohamed Jatam¨ª es un cl¨¦rigo con sonrisa. Pero, m¨¢s all¨¢ de la imagen, el presidente iran¨ª es sobre todo un hombre que conoce a los fil¨®sofos occidentales tan bien como los doctores del islam. Desde esa formaci¨®n en los dos mundos, habla de di¨¢logo, de tolerancia y de respeto. Igual que Ibn Arabi, el m¨ªstico hispano-musulm¨¢n en cuya obra se especializ¨® Jatam¨ª durante sus estudios de Fiolosof¨ªa isl¨¢mica en Isfah¨¢n. Casado con una maestra y padre de tres hijos, este hoyatoleslam, dignidad religiosa por debajo de ayatol¨¢, subraya que no existe un solo islam. 'Tenemos el islam de los talibanes y el islam que nosotros estamos experimentando en Ir¨¢n, que ha aceptado los principios de la libertad y la democracia', asegura a la vez que pide tiempo para adaptarse a la modernidad.
'Expuse el di¨¢logo entre civilizaciones porque me horroriz¨® la teor¨ªa de Huntington'
'Cuando EE UU obvia nuestros esfuerzos, s¨®lo consigue incrementar nuestra desconfianza'
'Los iran¨ªes quieren libertad e independencia en el marco de valores religiosos y culturales'
'Algunos respetan los derechos humanos dentro de sus fronteras, pero los pisotean fuera'
Pregunta. Desde su llegada a la presidencia en 1997, usted ha insistido en la necesidad de un di¨¢logo de civilizaciones. Sin embargo, tras el 11-S da la impresi¨®n de que nos encontramos m¨¢s cerca del choque de civilizaciones que auguraba Samuel Huntington. ?C¨®mo eval¨²a los cambios que se han producido en las relaciones internacionales en el ¨²ltimo a?o?
Respuesta. Expuse el tema del di¨¢logo entre civilizaciones porque me horroriz¨® la teor¨ªa del se?or Huntington y el futuro que nos dibujaba. De hecho, las civilizaciones nunca han tenido guerras entre ellas. Al contrario, la civilizaci¨®n isl¨¢mica ha heredado mucho de las civilizaciones persa, romana, griega, hind¨², china..., y luego la civilizaci¨®n occidental tambi¨¦n se ha dejado influir por la civilizaci¨®n isl¨¢mica. Aqu¨ª mismo en Espa?a tenemos el punto de encuentro, desde donde luego influy¨® bastante en el resto del mundo. Por tanto, hoy, nosotros, en el mundo isl¨¢mico, en el mundo no occidental, podemos aprovechar mucho de los logros de Occidente.
Lo que provoca la guerra son los fanatismos, los intereses ileg¨ªtimos, el recurso a la fuerza para garantizar esos intereses, el no reconocimiento de los que no tienen poder por parte de los poderosos. El 11-S y la situaci¨®n subsiguiente es una venganza de aquellas personas que consideran el di¨¢logo entre civilizaciones como algo que atenta contra sus intereses. El objetivo del di¨¢logo entre las civilizaciones es la negaci¨®n de la violencia, la guerra y el terrorismo en el mundo. El 11-S fuimos testigos de la peor forma de terrorismo. Desafortunadamente, con el pretexto de luchar contra el terrorismo, algunos han expandido por el mundo un ambiente de violencia y guerra. Por eso, hoy, hay que insistir m¨¢s sobre esa idea de di¨¢logo. Por eso, un a?o despu¨¦s de esos atentados expuse la idea de 'di¨¢logo para la coalici¨®n de paz'. El mundo de hoy, despu¨¦s del 11-S, es un mundo que nos preocupa. Tenemos que tener m¨¢s voluntad para combatir la atm¨®sfera que se ha creado. Hay que volver a condenar la violencia, hay que condenar el terrorismo, la guerra, la discriminaci¨®n y la pobreza, y hacer hincapi¨¦ en la justicia y la libertad, tanto dentro de las fronteras nacionales como a nivel internacional.
P. Su Gobierno no s¨®lo conden¨® con firmeza aquellos atentados, sino que despu¨¦s prest¨® una ayuda discreta pero conocida a la intervenci¨®n de Estados Unidos en Afganist¨¢n. Sin embargo, el presidente George W. Bush incluy¨® a Ir¨¢n en su inquietante eje del mal. ?Qu¨¦ pas¨® para que reaccionara as¨ª? ?Les negaron ustedes alguna petici¨®n concreta?
R. Tendr¨ªa que pregunt¨¢rselo al se?or Bush. Lo que est¨¢n de diciendo de Ir¨¢n en relaci¨®n con Afganist¨¢n demuestra que no hay buena voluntad por parte de Estados Unidos respecto a Ir¨¢n. Hemos sido una de las grandes v¨ªctimas de los talibanes. Desde hace muchos a?os, dos millones de sufridos afganos viven como hu¨¦spedes en nuestro pa¨ªs. S¨®lo para impedir que el narcotr¨¢fico transite por Ir¨¢n y las drogas lleguen a los j¨®venes europeos, hemos tenido 3.000 bajas entre nuestros mejores j¨®venes. Los da?os que nos han causado los talibanes son muchos. No hay duda de que sin la buena voluntad de Ir¨¢n, la situaci¨®n de Afganist¨¢n no ser¨ªa lo que es hoy. Los sucesos del 11-S fueron muy amargos, muy dolorosos, y por derecho propio conmocionaron a la opini¨®n p¨²blica mundial, en especial a la estadounidense. Se gener¨® entonces una oleada de simpat¨ªa hacia los norteamericanos y hubi¨¦ramos podido aprovechar mejor aquella atm¨®sfera para luchar contra el terrorismo y ponerle freno. Desgraciadamente, los israel¨ªes abusaron de la situaci¨®n y luego ellos mismos y personas con opiniones militares radicales entraron en acci¨®n y echaron a perder una oportunidad privilegiada.
Para hacer una guerra hay que tener un enemigo concreto y, cuando no hay uno, hay que crearlo para hacer posible el ambiente b¨¦lico y justificar la intervenci¨®n. El tema del eje del mal es para justificar una atm¨®sfera de guerra en el mundo, aunque creo que ese enfoque ha sido derrotado. Por supuesto, que tambi¨¦n cooperamos en Afganist¨¢n por nuestros propios intereses, pero considero que nuestro esfuerzo es el que con mayor rigor est¨¢ ayudando a la reconstrucci¨®n afgana. Cuando vemos que Estados Unidos obvia todo esto e insiste en sus pol¨ªticas, lo ¨²nico que consigue es que nuestra desconfianza se incremente. La oposici¨®n de todos los pa¨ªses del mundo a la inclusi¨®n de Ir¨¢n en ese eje demuestra que ha sido una equivocaci¨®n.
P. La ¨²ltima crisis internacional gravita alrededor de Irak, un vecino con el que ustedes no tienen relaciones muy c¨¢lidas. ?En qu¨¦ consiste la 'neutralidad activa' que usted ha anunciado en este asunto? ?De qu¨¦ forma se ver¨¢ afectado a Ir¨¢n en caso de que finalmente haya una guerra?
R. No se ha anunciado como una pol¨ªtica oficial. Nos oponemos a una intervenci¨®n militar en Irak no porque seamos partidarios de su r¨¦gimen, ya que hemos sufrido m¨¢s que nadie por su culpa. Utilizaron sus armas qu¨ªmicas contra nosotros. Y en los primeros d¨ªas de la revoluci¨®n, cuando necesit¨¢bamos movilizar todas nuestras fuerzas para la reconstrucci¨®n del pa¨ªs, fuimos invadidos por los iraqu¨ªes. La guerra tuvo como v¨ªctimas a cientos de miles de j¨®venes iran¨ªes e iraqu¨ªes y p¨¦rdidas materiales de decenas de miles de d¨®lares. Nos preguntamos d¨®nde consigui¨® Irak sus armas qu¨ªmicas, qui¨¦nes son los que est¨¢n arrepentidos hoy por haber equipado a Irak con armamento qu¨ªmico contra nosotros. En segundo lugar, ?qu¨¦ culpa tiene el pueblo iraqu¨ª para tener que pagar el precio de esos problemas? Tercero, ser¨ªa un mal precedente que un Gobierno poderoso al que no le gusta otro Gobierno, recurre a la fuerza para cambiarlo. Cuarto, nuestra regi¨®n es una regi¨®n muy delicada y llena de crisis. Un ataque a Irak tendr¨ªa consecuencias terribles para la regi¨®n que guarda la mayor parte de los recursos energ¨¦ticos del mundo. Nos oponemos, con estos argumentos, a cualquier ataque contra Irak. Evidentemente hay que obligar a Sadam Husein para que acepte las resoluciones internacionales. Si tiene que haber un cambio dentro de los pa¨ªses, tienen que ser fruto de la voluntad de su propia poblaci¨®n, no tiene que venir impuesto desde fuera.
Si hay una guerra, no podemos situarnos al lado de ninguna de las partes y ayudarles. Espero que esta situaci¨®n no se presente. Que Estados Unidos haya llevado el caso a la ONU y la aceptaci¨®n por parte iraqu¨ª de los inspectores nos da esperanzas de que habr¨¢ una soluci¨®n inteligente.
P. Una de las discrepancias entre Ir¨¢n y la UE es la de los derechos humanos. ?Hasta qu¨¦ punto considera usted que los derechos humanos son valores universales o, por el contrario, un aspecto del di¨¢logo de civilizaciones? ?C¨®mo afrontar el pol¨¦mico asunto de los castigos f¨ªsicos que ampara la ley isl¨¢mica?
R. Los derechos humanos son uno de los mayores logros del mundo actual. La democracia no tiene significado sin los derechos humanos y sin reconocer que el hombre tiene derecho a dirigir su destino. Creo que existen unos principios y normas que son aceptables en todas partes. Nosotros tenemos que considerar los derechos humanos como algo beneficioso, pero hay que puntualizar. En primer lugar, ?en qu¨¦ medida se han respetado los derechos humanos en la pr¨¢ctica tanto dentro de las fronteras nacionales como a nivel internacional? Porque es posible que algunos sean muy respetuosos con la democracia y los derechos humanos dentro de sus fronteras, pero a nivel internacional pisoteen los derechos m¨¢s elementales. Hoy en d¨ªa, condenamos el terrorismo, y eso est¨¢ muy bien, pero algunos apoyan a la vez la represi¨®n salvaje de los palestinos en su propia tierra e incluso colaboran para que no alcancen sus objetivos. En segundo lugar, los derechos humanos son tambi¨¦n un debate de principios y es ah¨ª donde interviene el di¨¢logo de la civilizaciones. La dictadura y el colonialismo han perjudicado mucho los derechos de los iran¨ªes. Nuestro pueblo lleva m¨¢s de un siglo luchando para conseguir su libertad y su independencia. Por otra parte, debido a razones hist¨®ricas y culturales, nuestro pueblo tiene convicciones religiosas, lo que indica que esa libertad e independencia quiere conseguirlas en el marco de unos valores religiosos y culturales. La revoluci¨®n isl¨¢mica de Ir¨¢n, la m¨¢s popular del siglo XX, tuvo lugar bajo el lema de independencia, libertad y rep¨²blica isl¨¢mica. Es normal que en un pa¨ªs en el que habido grandes cambios, no esperemos que todo se arregle de la noche a la ma?ana.
Por lo tanto, para medir los derechos humanos hay que tener en cuenta los valores religiosos y culturales de los pa¨ªses. En segundo lugar, esta evoluci¨®n necesita su tiempo, y lo importante es que avanzamos en la direcci¨®n que nuestra gente quiere. Adem¨¢s, le ruego que cuando hablamos de derechos humanos, aunque sea en el concepto occidental, no compare a Ir¨¢n con pa¨ªses europeos que llevan 300 a?os de liberalismo democr¨¢tico, sino que compare a mi pa¨ªs con las naciones de nuestro entorno. Lo cual no quiere decir que tengamos que adaptar estos valores al fanatismo o a unas interpretaciones retr¨®gradas de la religi¨®n, sino que la religi¨®n debe adaptarse a la actualidad. Adem¨¢s, no hay un solo islam. Tenemos el islam de los talibanes y el islam que nosotros estamos experimentando en Ir¨¢n, que ha aceptado los principios de la libertad y la democracia, y si tiene alg¨²n obst¨¢culo delante, hay que eliminarlo poco a poco.
P. Estuve en Ir¨¢n en 1997 cuando usted fue elegido y recuerdo la ola de entusiasmo que barri¨® el pa¨ªs. Hab¨ªa un deseo casi un¨¢nime de 'mayor libertad'. Sin embargo, en mi ¨²ltimo viaje encontr¨¦ a los iran¨ªes bastante desilusionados. ?Qu¨¦ ha pasado? ?Ten¨ªan expectativas exageradas o es cierto que ha visto frenadas sus reformas por los conservadores que a¨²n controlan instituciones clave de su pa¨ªs?
R. Todo es correcto. El ser humano se fija objetivos elevados y tiene prisa por alcanzarlos, a veces olvid¨¢ndose de las realidades. Hab¨ªa peticiones l¨®gicas, pero tambi¨¦n equivocaciones y abusos que preocuparon a algunos sectores. Hubo quien pens¨® que nuestro movimento iba contra la revoluci¨®n isl¨¢mica y nuestros valores. Sin embargo, tanto nuestros j¨®venes como nosotros lo est¨¢bamos llevando dentro del marco de la revoluci¨®n. Bajo ning¨²n concepto nuestra sociedad quiere otra revoluci¨®n. Quiere la reforma desde dentro.
No cabe duda que hemos sufrido las presiones de dos corrientes. Por un lado, los que dec¨ªan que hab¨ªa que olvidarse del islam y de la revoluci¨®n para alcanzar la libertad. Por otro, los que en nombre de la religi¨®n estaban en contra de los progresos sociales. Seguimos adelante y tendremos ¨¦xito. Tal vez no tengamos el entusiasmo de aquellos d¨ªas, pero ni nosotros hemos perdido la direcci¨®n ni la sociedad es tan poco realista para exigirnos m¨¢s. Adem¨¢s, la pol¨ªtica no debe hacernos olvidar las realidades econ¨®mica y estamos trabajando en ese sentido. Necesitamos crear un mill¨®n de empleos anuales, fortalecer el sector privado, captar inversi¨®n extranjera y potenciar el desarrollo tecnol¨®gico. Sin ello, la reforma pol¨ªtica ser¨¢ imposible.
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