De Regoyos, cosmopolitismo espa?ol
La Fundaci¨®n Cultural Mapfre Vida de Madrid ofrece la exposici¨®n Dar¨ªo de Regoyos, en la que se han reunido 135 obras de este c¨¦lebre pintor, nacido en la localidad asturiana de Ribadesella en 1857 y muerto en Barcelona en 1913. El comisario de la muestra es Juan San Nicol¨¢s, que, entre otras cosas, ya en el oto?o de 1986, lo fue tambi¨¦n, junto con Alberto Corral, de otra ambiciosa retrospectiva sobre De Regoyos presentada en la Fundaci¨®n La Caixa de Barcelona, en la que se exhibieron 188 ¨®leos del pintor y los retratos que le hicieron sus amigos belgas Constantin Meunier, James Ensor y Th¨¦o van Rysselberghe. Aunque la menos voluminosa que ahora se puede contemplar en Madrid consta de 103 ¨®leos, 9 acuarelas, 3 pasteles y 20 dibujos, lo seleccionado en ella no s¨®lo abarca por igual toda la trayectoria art¨ªstica de De Regoyos, desde 1876 hasta 1913, sino que tambi¨¦n aporta casi un medio centenar de obras que nunca antes hab¨ªan podido ser contempladas en Madrid.
DAR?O DE REGOYOS
Fundaci¨®n Cultural Mapre Vida. Avenida del General Per¨®n, 40 Madrid Del 6 de noviembre al 6 de enero
Disc¨ªpulo en la Escuela de
Bellas Artes de San Fernando, como Beruete, Riancho, Morera, Lhardy y otros excelentes paisajistas espa?oles de fines del XIX, del hispano-flamenco Carlos de Haes -del que ahora mismo, por feliz casualidad, se puede asimismo contemplar una exposici¨®n en el Museo del Prado-, Dar¨ªo de Regoyos complet¨® su formaci¨®n en Bruselas, donde se instal¨® en 1879, integr¨¢ndose plenamente en la muy activa y fascinante vanguardia belga, como as¨ª lo corrobora su participaci¨®n en varios de los grupos y plataformas art¨ªsticos m¨¢s notables: L'Essor, Los XX o Libre Esth¨¦tique. Esta dilatada estancia de De Regoyos en la Bruselas de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas del XIX, no s¨®lo le permiti¨® asistir en directo al desarrollo de las corrientes posimpresionistas, sino establecer un nexo entre ellas y su pa¨ªs de origen.
En realidad, el cosmopolitismo de De Regoyos fue una aut¨¦ntica correa de transmisi¨®n de la modernidad hacia s¨ª mismo y hacia el mundo espa?ol. Se recuerda a este respecto los viajes que realiz¨® por Espa?a en compa?¨ªa de muchos de los mejores artistas y escritores belgas, y, en especial, el muy fecundo que llev¨® a cabo, en 1888, con Emile Verhaeren, fruto del cual fue ese libro alalim¨®n de La Espa?a Negra, que tuvo consecuencias trascendentales dentro y fuera de nuestro pa¨ªs. Pero De Regoyos, al igual que transit¨® y residi¨® con naturalidad por Bruselas, Par¨ªs y otros enclaves europeos de promoci¨®n vanguardista, tambi¨¦n recorri¨® las ciudades espa?olas m¨¢s art¨ªsticamente vivas en ese febril y alargado paso del XIX al XX, como Bilbao, Barcelona y Madrid, generando en cada lugar un foco de inquietud modernizadora. De manera que su, nunca mejor dicho, periplo vital y art¨ªstico no se puede circunscribir a la simple etiqueta de haber sido un excelente paisajista posimpresionista, ni siquiera a la de un artista superdotado con un bagaje intelectual fuera de lo com¨²n por nuestros pagos, sino que, adem¨¢s, prefigur¨® el nuevo modelo de creador espa?ol no resignado a ser alguien bien de puertas para afuera o de puertas para dentro de nuestro pa¨ªs.
Personalmente creo que tam-
poco hace falta ser un especialista en la materia y en la ¨¦poca para, contemplando la obra pict¨®rica de De Regoyos, atisbar el riqu¨ªsimo trasfondo de implicaciones de todo tipo que hay en ella y en su autor, as¨ª como la poderosa huella que ambos dejaron en nuestra cultura art¨ªstica finisecular. En todo caso, contando con una tan amplia y ambiciosa selecci¨®n de cuadros y dibujos de De Regoyos, como la que ahora se exhibe en la Fundaci¨®n Mapfre Vida, que abarca su trayectoria art¨ªstica al completo, de lo que nadie dudar¨¢ es acerca de su excelencia y variedad, que, adem¨¢s, no decae, porque su adiestramiento en la inquietud innovadora se mantuvo hasta el final, incluso cuando su quebrantada salud parec¨ªa f¨ªsicamente imped¨ªrselo. El peso de lo seleccionado en la presente muestra descansa en las d¨¦cadas m¨¢s activas y fecundas de De Regoyos, la casi completamente belga de 1880, pero tambi¨¦n las siguientes de 1890 y 1900, de tem¨¢tica y esp¨ªritu m¨¢s espa?oles, aportando ejemplos incluso posteriores de ya casi v¨ªsperas de su fallecimiento. Nos encontramos, as¨ª, pues, con una magn¨ªfica nueva oportunidad de conocer y disfrutar de la obra de, sin duda, uno de los m¨¢s importantes pintores espa?oles de la ¨¦poca contempor¨¢nea.
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