¡®Los sorias¡¯, realismo delirante contra la productividad del mundo
Se publica por primera vez en Espa?a ¡®Los sorias¡¯, el derroche literario y viaje quim¨¦rico de 1998 de Alberto Laiseca a un mundo alternativo cuya geopol¨ªtica recuerda a la Guerra Fr¨ªa
Uno de los acontecimientos del a?o editorial ha sido la publicaci¨®n, por primera vez en Espa?a, de un libro legendario: Los sorias, de Alberto Laiseca. Dado que esta novela apareci¨® en Argentina en el lejano 1998, la noticia da una medida precisa y triste de la relaci¨®n que mantenemos con las literaturas latinoamericanas. Si a?adimos que los art¨ªfices del desembarco han tenido que ser los editores independientes de Barrett desde Sevilla (la cubierta del artista Mat¨ªas S¨¢nchez es extraordinaria), dan ganas de enredarme en largas jeremiadas contra el provincianismo de la cultura espa?ola oficial. Sin embargo, ser¨¢ mejor celebrar: aqu¨ª tenemos, al fin, un libro cuya lectura equivaldr¨¢ a celebrar un rito tribal para cualquier persona con ganas de aventura.
Dadas sus exuberantes, inclasificables y casi infinitas 1.300 p¨¢ginas, es imposible ofrecer una estricta rese?a de Los sorias en este espacio, pero s¨ª que puedo presentarla a grandes rasgos: he aqu¨ª un viaje quim¨¦rico a un mundo alternativo cuya geopol¨ªtica recuerda a la Guerra Fr¨ªa, solo que en una versi¨®n exacerbada y caricaturesca, llena de referencias a pa¨ªses ins¨®litos como Soria, Tecnocracia o una Uni¨®n Sovi¨¦tica simult¨¢neamente id¨¦ntica y extra?a a la real, donde cada sociedad responde a pautas extravagantes como portar todos los ciudadanos el mismo apellido o viajar en el tiempo como un modo natural de habitar la materia. A partir de aqu¨ª, en Los sorias cabe cuanto ustedes puedan imaginar, bueno, mucho m¨¢s: no en vano, quien la imagin¨® fue Alberto Laiseca, no ustedes.
Laiseca fue un tipo extraordinariamente carism¨¢tico que se hizo popular en su pa¨ªs recitando cuentos de terror en la televisi¨®n: bigote hiperb¨®lico, dicci¨®n on¨ªrica de fumador, mirada alucinatoria. Ente perif¨¦rico al cuadrado, como escritor era capaz de cruzar el mito sensual de Dr¨¢cula con la pasi¨®n sedentaria del bibli¨®filo y quedarse tan ancho, un buen ejemplo del territorio que fund¨®, siempre bebiendo de la literatura popular sobre la l¨ªnea fronteriza de una vanguardia entendida a su manera, menos te¨®rica que intuitiva, nada acad¨¦mica, enajenada.
Fruto de tres lustros de trabajo, Ricardo Piglia salud¨® Los sorias como la mejor novela argentina desde Los siete locos, de Roberto Arlt. Yo ni siquiera sabr¨ªa decir si es una obra maestra, irregular, fallida o perfecta, juicios que me parecer¨ªan ingenuos. Ser¨¢ m¨¢s ¨²til mencionar un concepto que el mismo Piglia utiliza en su pr¨®logo y que Laiseca compart¨ªa: el de ¡°realismo delirante¡±. En efecto, el libro jam¨¢s elude su ¨ªntima conexi¨®n con lo hist¨®rico o real, una materia prima que considera delirante y sobre la que aplica, esta es la clave, una mirada no menos delirada. De ah¨ª que Los sorias pueda ser, entre otras mil cosas, una novela de dictador casi infantil, una intriga de hechuras metaf¨ªsicas o un registro de costumbrismo absurdo, todo vertebrado por una mezcla de humor negro, festividad ling¨¹¨ªstica y crueldad tierna.
Para m¨ª, sobre todo, estamos ante uno de esos rar¨ªsimos libros cuya mera existencia resulta inexplicable, una enormidad inveros¨ªmil, y por eso mismo imprescindible, que se sostiene y vence ¨²nicamente gracias a dos factores sagrados: la fe del autor en la energ¨ªa fundacional de su escritura, y la voluntad maniaca de quienes nos empe?amos en leerlo, sabedores de que responder al compromiso que Laiseca nos exige con sonrisa an¨¢rquica es una prueba (tambi¨¦n fundacional) de amor a la lectura. Porque leer las 1.300 p¨¢ginas de Los sorias es uno de los gestos m¨¢s improductivos que cabe acometer hoy, y esa improductividad, ese derroche injustificable a ojos de nuestro sistema econ¨®mico tan terror¨ªficamente planificado como Tecnocracia, implica una desobediencia feliz que nos reconcilia con la raz¨®n por la que la gran literatura nos enamor¨® y se nos hizo imprescindible cuando la descubrimos, en el origen, hace ya tanto tiempo.
Los sorias
Pr¨®logo de Ricardo Piglia
Barrett, 2024
1.360 p¨¢ginas. 41,90 euros
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