Costa-Gavras cierra con 'Am¨¦n' una Seminci comprometida y contra corriente
Carlos Heredero y P¨¦rez Mill¨¢n presentan las obras de Wong Kar-wai y Mart¨ªn Patino
Tuvieron muy buena acogida ayer las dos ¨²ltimas pel¨ªculas de la secci¨®n oficial, ambas francesas. S¨®lo te tengo a ti es una curiosa vuelta del rev¨¦s del mito de Amelie creado hace un par de a?os por la maravillosa Audrey Tatou, que, dirigida por Laetitia Colombani, da un sorprendente giro de aspereza a su inefable chica dulce. Y cerr¨® la sesi¨®n oficial Am¨¦n, donde Costa-Gavras aborda el vidrioso asunto del silencio del Vaticano ante el horror nazi, cuyo espantoso alcance conoc¨ªa al detalle. La pel¨ªcula desvela hechos y personas que tienen toda la pinta de probar ese conocimiento.
Es la parte desveladora de trastiendas de personajes reales lo mejor con mucho de Am¨¦n. Hace bastantes a?os que Costantin Costa-Gavras estaba manejando el c¨¦lebre drama del alem¨¢n Rolf Hochhuth, El vicario, como base para una pel¨ªcula, no hace falta decir que inevitablemente arriesgada y compleja. Poco a poco ese proyecto se decant¨®, m¨¢s que a una simple conversi¨®n en cine del drama original, en un desarrollo cinematogr¨¢fico aut¨®nomo de algunos aspectos colaterales que asoman en el texto de El vicario y, sobre todo, lo relativo al m¨¦dico e ingeniero alem¨¢n Kurt Gerstein, que ocup¨®, con rango de oficial de la Wehrmacht, un observatorio estrat¨¦gico que le permiti¨® conocer con todo detalle el grueso de las operaciones nazis de exterminio de la poblaci¨®n europea jud¨ªa.
Jug¨¢ndose la vida en cada movimiento de env¨ªo, Gerstein fue poniendo paso a paso en manos de los servicios de inteligencia vaticanos, sin dejar un resquicio para dudar de la autenticidad y la veracidad de los documentos, las colosales dimensiones cualitativas y cuantitativas de un crimen innumerable, con rasgos y proporciones tan desastrosas que resultaban inimaginables, literalmente un infierno. Pero el papa P¨ªo XII nada hizo y call¨®, sumergiendo a la Iglesia con su silencio en un atolladero hist¨®rico del que no ha salido ni posiblemente salga nunca. Y la inquietante fuerza reveladora de Am¨¦n lo prueba.
Costa-Gavras ha elegido dar capacidad probatoria a su filme y eso, al tiempo que le proporciona rasgos de ejemplaridad c¨ªvica, por desgracia le resta algunas calidades y sutilezas como obras de ficci¨®n, pues el gui¨®n del filme, escrito por Jean Claude Grumberg y Costa-Gavras, no alcanza la finura y el acabamiento dram¨¢tico y formal de El vicario, que es uno de los m¨¢s rotundos monumentos del realismo esc¨¦nico alem¨¢n de la posguerra mundial. Y Am¨¦n, junto a su energ¨ªa moral y su fuerza de convicci¨®n, padece zonas expositivas farragosas y juegos de tiempos agolpados o torpemente cruzados.
Exactamente al rev¨¦s de lo que ocurre en El pianista, filme perfectamente construido por Roman Polanski que gan¨® la Palma de Oro en el ¨²ltimo Festival de Cannes y que ayer aqu¨ª cerr¨® el vasto homenaje que ha dedicado la Seminci al cine de Polonia. La secci¨®n que agrupa las celebraciones de este festival fue cerrada triangularmente por otros dos homenajes individuales, el dedicado al cineasta espa?ol Basilio Mart¨ªn Patino, que en otra parte de esta p¨¢gina anuncia su retirada de la direcci¨®n cinematogr¨¢fica, y el destinado al gran cineasta chino Wong Kar-wai por el historiador y cr¨ªtico cinematogr¨¢fico Carlos F. Heredero, autor del libro aqu¨ª presentado La herida del tiempo.
Dice Heredero: 'Wong Kar-wai es un artista eminente, un estilista excepcional, que aporta al cine moderno nuevas formas visuales y narrativas que permiten filmar la vivencia del paso del tiempo. ?ste es un tema recurrente en toda su obra y obviamente es un asunto que nos concierne a todos, lo que da universalidad a su cine. La obra de Wong Kar-wai se alimenta directamente de los cl¨¢sicos de la modernidad, como Robert Bresson y Yasuhiro Ozu, siendo al mismo tiempo capaz de conectar con las generaciones m¨¢s j¨®venes'.
Riqueza
Estos homenajes, junto a las impagables sesiones de la secci¨®n Tiempo de historia, dan idea de la extraordinaria riqueza que esconde la programaci¨®n de esta excelente edici¨®n de la Seminci vallisoletana, cuyo concurso cerr¨® anoche la pel¨ªcula francesa, dirigida por Laetitia Colombani, S¨®lo te tengo a ti, que ha obtenido una buen¨ªsima acogida en las dos sesiones, matinal y nocturna, de ayer.
En S¨®lo te tengo a ti, el esplendor de la estrella Audrey Tatou vuelve a meterse dentro de los dulces territorios de Amelie, pero s¨®lo aparentemente. En realidad, aunque la pel¨ªcula conserva el envoltorio de seda y la atm¨®sfera azucarada que rodea a esta preciosa y estupenda actriz, ella se las arregla, con un magn¨ªfico golpe de iron¨ªa autocr¨ªtica, para volver del rev¨¦s el mito de Amelie. Y bajo la suavidad y el alm¨ªbar de su bonito juego de gestos y de matices, la joven actriz francesa hace que se asomen en su rostro inesperados brotes de aspereza e incluso de inquietante y c¨ªnica agresividad.
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