Lenguajes b¨¦licos
A diario escuchamos, leemos y decimos expresiones como 'la avalancha migratoria que se cierne sobre nuestras costas', 'la invasi¨®n cultural que nos amenaza', 'el combate que debe mantener el Estado contra la inmigraci¨®n' -legal se puntualiza-, 'choque de culturas', etc¨¦tera. Pero lo importante es que no nos limitamos a hablar del fen¨®meno migratorio como si fuese una guerra, sino que vemos a la otra parte como un contrincante, enemigo de nuestro bienestar, y nos defendemos, construimos trincheras y parapetos, agredimos.
No hace mucho, el mismo presidente del Tribunal Supremo proclamaba que 'la cultura espa?ola debe prevalecer sobre la de los inmigrantes'.
Parece pues que estamos en medio de una batalla en que la supremac¨ªa de nuestra cultura est¨¢ en juego. ?Es eso realmente as¨ª o nos estamos contagiando de un lenguaje que, interesadamente o no, alguien ha puesto de moda para hablar de un fen¨®meno viejo como el mundo, del que somos parte y nos ha hecho lo que ahora somos?
?A qui¨¦n podr¨ªa interesar crear un clima b¨¦lico alrededor del fen¨®meno de la inmigraci¨®n? Por de pronto, pocos dudan que los partidos ultraderechistas han incrementado su apoyo en gran parte de Europa mediante el recurso de generar y alimentar temores hacia 'la amenaza extranjera', ante la que ellos ofrecer¨ªan la soluci¨®n. Por otro lado, un ambiente de guerra es terreno abonado donde puede medrar la explotaci¨®n y todo tipo de mafias.
Quiz¨¢ no encontremos en nuestro pa¨ªs un partido que se atreva a levantar abiertamente la bandera de la xenofobia, pero si hay quienes pretenden obtener de ella rendimientos pol¨ªticos. Nada atrae tantas adhesiones como el miedo y su proyecci¨®n en un 'chivo expiatorio' adecuado. Y as¨ª lo perciben tambien los inmigrantes. El presidente de la Asociaci¨®n de Trabajadores e Inmigrantes Marroqu¨ªes en Espa?a, Mustaf¨¢ El M'Rabet, desde la perspectiva de 13 a?os habitando y trabajando en este pa¨ªs, lamentaba recientemente que 'la percepci¨®n de los espa?oles hacia los inmigrantes ha cambiado. Se ha insistido tanto en que sea un problema que por fin lo es'.
?Qu¨¦ cambiar¨ªa si pudi¨¦semos desembarazarnos de im¨¢genes b¨¦licas a la hora de intentar entender la realidad del fen¨®meno migratorio? ?Somos capaces de pensar ¨¦sta y otras realidades que nos rodean en t¨¦rminos de cooperaci¨®n en que los participantes pueden marchar al comp¨¢s para conseguir un logro com¨²n?
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