Arantxa acaba con l¨¢grimas
Espa?a pierde ante Eslovaquia, que se estrena en la Copa Federaci¨®n
El final no fue feliz. El t¨ªtulo fue para Eslovaquia, que se estrena en el palmar¨¦s. Canarias no es Hollywood. Y guste o no, la realidad del tenis femenino espa?ol no es la que era en la ¨²ltima d¨¦cada. Arantxa S¨¢nchez y Conchita Mart¨ªnez concedieron a Espa?a un predominio internacional del que muy pocos pa¨ªses han disfrutado. Gracias a la coincidencia de dos estrellas de este calibre en el tiempo, un deporte que, en categor¨ªa femenina, hab¨ªa producido s¨®lo una figura de relumbr¨®n en la d¨¦cada de 1920 -Lil¨ª ?lvarez- y que hab¨ªa vivido en el m¨¢s lamentable de los olvidos desde entonces, convirti¨® a Espa?a en una potencia que gan¨® cinco t¨ªtulos de la Copa Federaci¨®n y disput¨® 10 finales.
Pero cuando las dos mejores tenistas de la historia del tenis espa?ol han iniciado su declive, no surge nadie capaz de sustituirlas. Arantxa y Conchita tienen ahora 30 a?os y enfocan la parte final de su carrera. Siguen estando ah¨ª, pero ya no entre las 10 primeras mundiales, sino que han descendido a la 44? y la 35? posiciones respectivamente. Aun as¨ª, sigue habiendo distancia entre ellas dos y las dem¨¢s jugadoras espa?olas.
Si Espa?a jug¨® ayer la final de la Copa Federaci¨®n en Maspalomas, fue b¨¢sicamente porque, a pesar de su edad, Arantxa y Conchita volvieron a ponerse a disposici¨®n del capit¨¢n, Miquel Margets, y porque su entrega -y tambi¨¦n la de Vivi Ruano, incuestionable en el doble- e ilusi¨®n fueron similares a las que esgrimieron en 1989 cuando jugaron su primera final en Jap¨®n frente a Estados Unidos.
Desde entonces han transcurrido 13 a?os, y eso pasa factura. Ellas no son las mismas. Ayer, la final se rompi¨® de plano cuando Conchita perdi¨® ante la n¨²mero uno de Eslovaquia, Daniela Hantuchova, por 6-7 (8-10), 7-5, 6-4 en 3 horas y 18 minutos, tras disputar uno de los mejores partidos de la temporada. Dej¨® a las eslovacas con ventaja de 2-1. El cierre fue mucho m¨¢s dram¨¢tico, porque tuvo elementos externos que distorsionaron el desenlace. Arantxa, que jug¨® sin estar completamente recuperada de una lesi¨®n muscular en el muslo derecho, perdi¨® el punto decisivo -dej¨® la eliminatoria en 3-1 para Eslovaquia- ante Janette Husarova por 6-0, 6-1 en 1 hora y 1 minuto.
Fue vapuleada. Pero eso es algo que le hab¨ªa ocurrido en algunas ocasiones, incluso en sus mejores a?os. Sin embargo, ayer por primera vez, probablemente desde que gan¨® en 1989 en Roland Garros, volvi¨® a llorar en la pista. Los sentimientos que provocaron sus l¨¢grimas fueron diametralmente opuestos: entonces fue por la emoci¨®n, ahora por la rabia contenida y la impotencia.
El incidente que desat¨® el drama fueron las palabras que le dirigi¨® un espectador cuando iba perdiendo por 6-0 y 1-0. 'Si est¨¢s lesionada', le dijo, 'deja tu sitio a otra'. Y, con la fragilidad de una p¨¦sima temporada a cuestas y sin capacidad de reacci¨®n, Arantxa se derrumb¨®. Ella misma hab¨ªa pedido al capit¨¢n saltar a la pista, pensando que era capaz de igualar la eliminatoria. Pero descubri¨® demasiado tarde que la lesi¨®n la limitaba en exceso. Su rival, Husarova (34? mundial) la hab¨ªa ganado ya dos veces este a?o en tierra batida.
Arantxa es ahora vulnerable. El comentario la habr¨ªa afectado mucho menos en otras circunstancias. Pero ahora, con cuatro grand slams en su palmar¨¦s y habiendo sido n¨²mero uno del mundo en individuales y dobles, puede permitirse el sentimiento de que algo hay que agradecerle. Su drama, sin embargo, es que mientras siga en una pista deber¨¢ demostrar su nivel en cada partido.
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