El Gobierno prev¨¦ privatizar la regeneraci¨®n de las playas para ahorrarse 83 millones de euros
Las empresas recibir¨¢n adem¨¢s los derechos de explotaci¨®n de los negocios playeros
El Gobierno prev¨¦ privatizar la regeneraci¨®n de las playas, que le cuesta unos 83 millones de euros anuales (seg¨²n datos del pasado a?o) y representa el 60% del presupuesto de la Direcci¨®n General de Costas. Las empresas que se comprometan a regentar y mantener las playas ser¨¢n compensadas adem¨¢s con la explotaci¨®n de los chiringuitos y negocios que pululan sobre la arena. El Ministerio de Fomento se los ceder¨¢ durante el plazo que dure la concesi¨®n, tal como se recoge en el proyecto de Ley de Concesiones de Obras P¨²blicas que tramita el Congreso.
La regeneraci¨®n de las playas que sean declaradas de inter¨¦s general no necesitar¨¢ un permiso. Bastar¨¢ que Fomento informe de las obras a las comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos. Si no est¨¢n de acuerdo, dirimir¨¢ el asunto el Consejo de Ministros.
La Direcci¨®n General de Costas dedica a la regeneraci¨®n de playas el 60% de su presupuesto anual, que el a?o pasado ascendi¨® a 138 millones de euros. De esa cantidad, '83 millones se invirtieron en el mantenimiento y reparaci¨®n del buen estado de las playas', seg¨²n se?ala un portavoz de Medio Ambiente.
En los presupuestos del a?o pr¨®ximo esta inversi¨®n ser¨¢ de 107 millones de euros, una cantidad insuficiente, debido a los cuantiosos da?os producidos por los temporales registrados durante este oto?o en varias zonas del litoral catal¨¢n y balear.
Con esta iniciativa, Medio Ambiente se quitar¨¢ de encima adem¨¢s numerosos litigios contenciosos que le enfrentan con inmobiliarias, ayuntamientos y autonom¨ªas, si salen adelante sendas reformas que actualmente tramita el Congreso de los Diputados.
La primera de ellas es una iniciativa del Ministerio de Fomento para regular los contratos de concesiones de obras p¨²blicas, es decir la participaci¨®n de inversores privados en la construcci¨®n de carreteras, ferrocarriles, puentes, embalses o, como en este caso, la construcci¨®n de paseos mar¨ªtimos y la regeneraci¨®n o el mantenimiento de playas multiuso.
La legislaci¨®n vigente desde la etapa del Gobierno socialista ya prev¨¦ la participaci¨®n privada en actuaciones sobre el dominio p¨²blico del litoral, pero aparentemente los incentivos no eran suficientes para movilizar a los inversores. Con la futura Ley de Concesi¨®n de Obras P¨²blicas resulta mucho m¨¢s atractivo invertir dinero en playas y paseos mar¨ªtimos porque otorgar¨¢ 'la explotaci¨®n total o parcial de los servicios de temporada en las playas, como contraprestaci¨®n al coste de ejecuci¨®n de una obra p¨²blica relacionada con ¨¦stas que, por su naturaleza y caracter¨ªsticas, no sea susceptible de explotaci¨®n econ¨®mica'.
Chiringuitos, restaurantes, puestos de alquiler de paraca¨ªdas, motos de agua, salchichas, piraguas, catamaranes y toda suerte de artificios de ocio que pagaban cuotas por ocupaci¨®n de dominio p¨²blico al Ministerio de Medio Ambiente, comunidades aut¨®nomas o ayuntamientos, negociar¨¢n el alquiler del espacio en las playas con las sociedades que se comprometan por concesi¨®n a mantenerlas en buen estado. A estas sociedades se les eximir¨¢ de pagar el canon de dominio p¨²blico, cuyo tipo es del 8%.
Expertos jur¨ªdicos estiman que es l¨®gica esta exenci¨®n, al menos durante el tiempo que dure la concesi¨®n del mantenimiento del litoral. Cristina Narbona, secretaria de Medio Ambiente y Ordenaci¨®n Territorial del PSOE, considera que la prioridad del ministerio deber¨ªa enfocarse en acelerar el deslinde del dominio p¨²blico del litoral y dotar con m¨¢s medios a la Direcci¨®n de Costas. En su opini¨®n, el incentivo ofrecido a los concesionarios 'es desproporcionado en t¨¦rminos temporales a la tarea de regenerar las playas, que es coyuntural'.
Para Jos¨¦ Segura, ponente socialista del proyecto de ley, el peligro que conllevan estas concesiones es la falta de control por las demarcaciones de costas, muy infradotadas de personal. Cree que la presi¨®n de los hamaqueros en muchas playas les permite ocupar los mejores espacios, de manera que resulta imposible encontrar un hueco de arena libre para tomar el sol o jugar a las palas sin tener que pagar por ello.
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