Un espacio europeo de estudiantes
El que suscribe este art¨ªculo es un convencido de que el futuro de Espa?a pasa irremediablemente por conseguir una Uni¨®n Europea fuerte en lo econ¨®mico, pol¨ªtico y en la defensa y seguridad com¨²n. Pero lejos de quedarnos ah¨ª, es decir, en la uni¨®n formal, en una ciudadan¨ªa formal, debemos conseguir una uni¨®n ciudadana y lo que es m¨¢s importante, una sociedad civil europea real.
Uno de los elementos que sustentan la igualdad de oportunidades en Espa?a, y as¨ª debe ser tambi¨¦n en la Uni¨®n Europea, es la Educaci¨®n y m¨¢s concretamente la existencia de un sistema p¨²blico de educaci¨®n europea que garantice que los 80 millones de j¨®venes de la Uni¨®n tengan las mismas posibilidades de acceder a una formaci¨®n integral de calidad y, por tanto, al mercado laboral.
La Uni¨®n Europea ya ha hecho algo en este sentido. Desde 1998, con la Declaraci¨®n de la Sorbona, en Europa se ha iniciado un proceso para promover la convergencia entre los sistemas nacionales de educaci¨®n superior.
Los ministerios de cada pa¨ªs miembro de la Uni¨®n han refrendado, con la firma de la Declaraci¨®n de Bolonia (1999), la importancia de un desarrollo arm¨®nico de un Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior antes del 2010.
Quiero destacar que dentro de los objetivos de la Declaraci¨®n de Bolonia se contempla la promoci¨®n de la movilidad, eliminando los obst¨¢culos para el ejercicio efectivo de libre intercambio, prestando una atenci¨®n particular en primer lugar, al acceso a oportunidades de estudio y formaci¨®n y servicios relacionados para los alumnos; y en segundo lugar, el reconocimiento y valoraci¨®n de los per¨ªodos de estancia en instituciones de investigaci¨®n, ense?anza y formaci¨®n europeas.
Despu¨¦s de todo lo dicho, podemos afirmar que en Espa?a no se cumple el objetivo de movilidad del estudiante, ni dentro del pa¨ªs, ni dentro de la Uni¨®n Europea. Aunque ya sabemos que hay excepciones, como el caso de la mujer del ex-Director General de Universidades y Asesora de Aznar, que obtuvo una beca de 12.000 euros para una estancia de tres meses en Estados Unidos.
No existe un espacio europeo de estudiantes, por lo menos para los espa?oles. Los 60 euros de media por alumno y mes que da el Ministerio (becas de movilidad) hacen que el acceso a la formaci¨®n y especializaci¨®n sea un coto para la ¨¦lite econ¨®mica o como m¨ªnimo, para aquellos que cuentan con un familiar que puede sufragar los gastos adicionales. Si sumamos a esos 60 euros lo que aportan otras administraciones y entidades p¨²blicas y privadas, comprobaremos que un alumno recibe de media por cada mes de estudios en la Uni¨®n Europea 270 euros. No hace falta que le diga al lector lo que eso supone ?no?.
Sin duda lo m¨¢s desalentador es que el Gobierno de Espa?a no tiene entre sus prioridades el garantizar la igualdad de oportunidades entre los j¨®venes espa?oles en lo referente a la educaci¨®n superior, como hemos comprobado con la LOU y con un descenso porcentual del n¨²mero de beneficiarios de becas.
Hay otro aspecto que nos permite afirmar que estamos cada vez m¨¢s lejos de la Uni¨®n Europea en lo referente a educaci¨®n superior, como es la participaci¨®n de los estudiantes. Frente al resto de pa¨ªses de la Uni¨®n que abogan por una mayor participaci¨®n de los estudiantes en los debates sobre el dise?o y aplicaci¨®n del espacio europeo de educaci¨®n superior, es decir, seguimiento y aplicaci¨®n de la Declaraci¨®n de Bolonia, Espa?a excluye a los estudiantes, los insulta y reduce su capacidad de decisi¨®n y representaci¨®n en las Universidades. Prueba de ello es el inexistente debate con los estudiantes sobre la Ley Org¨¢nica de Universidades, el tratamiento dado a las manifestaciones y el contenido de la Ley, que reduce la democracia real en los campus. El Gobierno ha antepuesto su af¨¢n de control y de reducir la igualdad de oportunidades, al cumplimiento de la Declaraci¨®n de Bolonia, tanto en lo t¨¦cnico como en las formas.
Antes de acabar me gustar¨ªa reclamar medidas reales para que se conozca la Uni¨®n Europea, como podr¨ªa ser la creaci¨®n de asignaturas de libre configuraci¨®n o pr¨¢cticas que ayudaran a ello.
Para acabar, insto a los estudiantes a que se unan a aquellos que queremos una Uni¨®n Europea que no se restrinja a lo econ¨®mico o institucional o que quede reservada a una ¨¦lite. Una Uni¨®n Europea como sociedad civil europea real, igualdad de oportunidades y valores tan europeos como tolerancia, cooperaci¨®n, solidaridad y libertad. Todo ello no viene solo, por lo que el Gobierno puede y debe hacer algo.
Parafraseando el lema de la campa?a del Ministerio de Medio Ambiente (que s¨®lo es eso, una campa?a publicitaria) sobre Desarrollo Sostenible, decir que "podemos cambiar Espa?a y la Uni¨®n Europea, sin que nos cambie el pensamiento ¨²nico del PP". Hazlo.
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