Los pol¨ªticos no son vacas sagradas
Este peri¨®dico afirma en un titular del d¨ªa 1 de octubre: Miguel Dur¨¢n contra el Parlament; y no estoy ni creo haber ido nunca contra nuestra C¨¢mara legislativa aut¨®noma. Tambi¨¦n se refieren a mi persona y, por eso, agradezco que me permitan puntualizar ciertas cosas que me parecen relevantes, dicho sea todo esto en aras del servicio de la verdad y porque creo que el se?or diputado al que me referir¨¦ ha tratado de inducir la informaci¨®n con todo el sesgo enrarecedor que ha podido.
El diputado por el PSC Joan Ferran Seraf¨ªn instrumentaliza mi humilde persona para configurar su interesado ataque al Gobierno de Jordi Pujol a costa de los intereses de las casi 80.000 familias que viven en Catalu?a de la actividad de las m¨¢quinas recreativas (vulgarmente, tragaperras). El diputado Ferran, durante una interpelaci¨®n al consejero Pom¨¦s que se llev¨® a cabo el pasado jueves, esgrime como prueba de su alegato contra la gesti¨®n del actual director general del Juego una carta que yo he dirigido a distintos miembros de nuestro sector en la que hago referencia al compromiso del Gobierno catal¨¢n de producir la reforma del actual reglamento que el PSC ha politizado y abortado al sumarse a la iniciativa del PP, y trata de presentar ese p¨¢rrafo de mi carta como algo espurio e ileg¨ªtimo. Nada m¨¢s lejos de la realidad, pues, en tal caso, espurios e ileg¨ªtimos ser¨ªan tambi¨¦n los compromisos que habitualmente adquieren los ayuntamientos, los gobiernos aut¨®nomos, el Gobierno central y otras instituciones con sindicatos y patronales con absoluta frecuencia. No ser¨¦ yo quien d¨¦ lecciones de funcionamiento democr¨¢tico al diputado Ferran; pero tampoco ser¨¦ quien se arrugue porque el se?or Ferran dibuje las cosas a su capricho. La realidad de todo esto es muy otra, muy distinta a como la pintan. Vean si no:
1. Del sector de las m¨¢quinas viven en Catalu?a no menos de 80.000 familias, pues son ¨¦stos los puestos de trabajo que mantenemos, la inmensa mayor¨ªa en uso de modestas econom¨ªas.
2. S¨ª es cierto que las m¨¢quinas son el patito feo de todo el juego, pues todo el mundo se mete con ellas de forma gratuita (gratis total hasta ahora), ya que, por ejemplo: si pagamos m¨¢s impuestos, no los podemos trasladar al usuario; si otros pueden hacer publicidad, nosotros no; si alguien habla de ludopat¨ªa, siempre se pone a las m¨¢quinas casi como ¨²nicas responsables. Por eso, determinados pol¨ªticos, acostumbrados como est¨¢n a esta din¨¢mica de falta de contestaci¨®n por nuestra parte hasta ahora, han querido darle un buen puntapi¨¦ a la Generalitat, pero usando una vez m¨¢s nuestro trasero. Se olvidan de que, por ejemplo, pagamos m¨¢s de 200 millones de euros en Catalu?a.
3. Cuando constat¨¦, el 8 de septiembre, que el se?or Ferran estaba en esta movida, soplando la hoguera que una parte minoritaria de nuestro sector hab¨ªa encendido contra la reforma del reglamento, le llam¨¦ por tres veces, concretamente, los d¨ªas 10, 12 y 13, y llegu¨¦ incluso a dejarle alg¨²n mensaje en su buz¨®n de voz; pero no obtuve respuesta. ?Por qu¨¦? Para m¨ª es obvio: el se?or diputado no pod¨ªa arriesgarse a que mis explicaciones deslegitimasen -siquiera fuera moralmente- su estrategia de ir contra el Gobierno aprovechando las herramientas que le suministraba esa parte minoritaria de nuestro sector. El se?or Ferran sabe que yo no miento.
4. Despu¨¦s, vino lo dem¨¢s: comparecencias medi¨¢ticas del se?or Ferran, armado de las estrategias documentales de quienes ya he apuntado, hasta desembocar en el oportunismo de apoyar una moci¨®n muy concreta del Partido Popular del pasado d¨ªa 3 de octubre, que constituy¨® por ¨²nica vez en esta legislatura la extra?¨ªsima y peculiar mayor¨ªa contra Converg¨¨ncia i Uni¨®, mediante la cual se cargaron las esperanzas de mejora de muchas decenas de miles de familias de Catalu?a.
Pero hay mucho m¨¢s a¨²n: a m¨ª -que he estado en muchos conflictos- se me hace dif¨ªcil (sobre todo, despu¨¦s de haber compartido con el diputado Ferran antiguas reuniones sobre el juego de azar) entender, salvo si le aplico exclusivamente la clave de la 'oportunidad u oportunismo pol¨ªtico', c¨®mo el PSC se convierte a su trav¨¦s en el destructor de la pol¨ªtica de juego de la Generalitat respecto de las m¨¢quinas recreativas y, por el contrario, encontr¨® tan acertada y leg¨ªtima la pol¨ªtica de ese mismo Gobierno al autorizar el traslado del casino a Barcelona. La pregunta es muy simple: para el PSC, ?son ciudadanos de segunda los due?os de los bares y los empresarios de m¨¢quinas y son ciudadanos de primera los propietarios de los casinos? Aclaro que nadie, excepto el destinatario de la pregunta, debe darse por aludido.
?tem m¨¢s: ya que el se?or Ferran pretende presentarme casi como un oponente del Parlament porque he cometido 'el grav¨ªsimo pecado de criticar el oportunismo de determinadas fuerzas que votaron lo que votaron el pasado d¨ªa 3 de octubre', yo me ofrezco al presidente del Parlament para comparecer, si es que cabe, en el tr¨¢mite que proceda a fin de explicar a los se?ores diputados todo cuanto rodea este asunto que, si tiene algo de tenebroso y opaco, habr¨¢ que buscarlo en el comportamiento de diputados que reciben cenas de homenaje -?verdad, se?or Ferran?- de cierta parte del sector de las m¨¢quinas en agradecimiento a los servicios prestados recientemente.
Los que damos la cara, incluso por escrito, nada tenemos que ocultar. Entretanto, que sigan hablando de que defendemos s¨®lo a Cirsa y a Recreativos Franco; y, por favor, que se lo empiecen a explicar a las decenas de miles de familias a las que ellos acaban de perjudicar, porque si nosotros se lo explicamos, estaremos lisa y llanamente cumpliendo con nuestro deber asociativo y aplicando nuestro derecho democr¨¢tico a defender nuestros leg¨ªtimos intereses.
Miguel Dur¨¢n Campos es secretario general de Cofar.
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