Una antolog¨ªa re¨²ne dos siglos de los mejores cuentos portugueses
Jo?o de Melo cree que la variedad del libro rompe un c¨ªrculo de fatalidad
Cincuenta autores y 50 relatos van a descubrir al lector espa?ol el riqu¨ªsimo mundo del cuento portugu¨¦s, un g¨¦nero que han cultivado grandes autores de ese pa¨ªs desde E?a de Queir¨®s a Torga o Saramago. La antolog¨ªa, que edita Alfaguara y ha sido realizada y prologada por el escritor Jo?o de Melo con dos criterios ('autores notorios, cuentos notables'), rompe a su juicio 'el c¨ªrculo de fatalidad' que rodea a la literatura lusa en Espa?a.
'Camoens, Pessoa, Saramago, Lobo Antunes, L¨ªdia Jorge... Y los dem¨¢s, ?qu¨¦? ?D¨®nde estaban los otros? ?Qui¨¦n los conoc¨ªa?'. El escritor y agregado cultural de la Embajada portuguesa en Espa?a, Jo?o de Melo, cree que la Antolog¨ªa del cuento portugu¨¦s repara en parte una grave injusticia hist¨®rica: el desconocimiento profundo de la literatura portuguesa en Espa?a. 'Faltaba una visi¨®n panor¨¢mica, y creo que est¨¢ aqu¨ª porque el libro recoge dos siglos de literatura portuguesa, toda la modernidad, desde los rom¨¢nticos del XIX, que es cuando nace el cuento moderno, hasta algunos j¨®venes prometedores de ahora mismo'.
De Melo ha organizado la antolog¨ªa por orden cronol¨®gico, empezando por Alexandre Herculano (1810-1877), Camilo Castelo Branco (1825-1890) y E?a de Queir¨®s (1845-1900) -'para mi gusto el mejor escritor portugu¨¦s de todos los tiempos'-, y acabando por noveles del siglo XXI como Jacinto Lucas Pires y Jos¨¦ Lu¨ªs Peixoto, ambos nacidos en 1974.
En medio, el peso recae sobre todo en los escritores del siglo XX, 'una ¨¦poca marcada por la vigencia alterna de todos los ismos', que engloba autores desaparecidos ya como el paisano de Melo en las islas Azores Vitorino Nem¨¦sio (1901-1978), Jos¨¦ Cardoso Pires (1925-1998) o Miguel Torga (1907-1995), y muchos en activo todav¨ªa, como los veteranos Agustina Bessa-Lu¨ªs y Jos¨¦ Saramago (1922) o una decena de autoras que elevan la presencia femenina hasta niveles cercanos al 50%: como Mar¨ªa Ondina Braga (1932), Mar¨ªa Velho (1938), Mar¨ªa Isabel Barreno (1939), Teolinda Gers?o (1940), Teresa Veiga (1945), L¨ªdia Jorge (1946), Lu¨ªsa Costa Gomes (1954), Ana Teresa Pereira (1958)...
'Pr¨¢cticamente la mitad de los autores son menores de 50 a?os', dice Melo. 'Y es seguro que alguien echar¨¢ de menos a alguno, pero contra eso no puedo hacer nada. Las antolog¨ªas son as¨ª, necesitan coraje y decisi¨®n. Y lo ¨²nico que puedo decir en mi favor es que ninguno est¨¢ contra mi voluntad, ni contra la suya, y que todos los que pod¨ªan hacerlo han elegido su propio cuento, con la ¨²nica condici¨®n de que fuera lo m¨¢s corto posible'.
Una forma de decir
Jo?o de Melo explica en el pr¨®logo que los lectores del libro est¨¢n 'frente a una literatura hist¨®rica, m¨ªstica, mitol¨®gica, m¨¢gica, ex¨®tica, tr¨¢gica, realista, moderna, posmoderna, como s¨®lo ella lo sabe ser'.
Adem¨¢s de todo ello, y de reivindicar el realismo m¨¢gico como un tipo de expresi¨®n intr¨ªnsecamente portuguesa, y de destacar la gran diversidad de voces como la se?a de identidad del libro, Melo recuerda que en Portugal el cuento es 'un g¨¦nero definitivamente mayor, respetado por los autores y por el p¨²blico, algo as¨ª como lo que es el soneto para la poes¨ªa, la prueba de fuego'.
M¨¢s all¨¢, Melo sostiene que la antolog¨ªa respira una forma de decir, una manera de contar espec¨ªficamente portuguesa, una mezcla de melancol¨ªa, ruralismo, exilio y aliento po¨¦tico que quiz¨¢ podr¨ªa definirse como la expresi¨®n literaria del mito de la saudade: 'No llega a tanto como en la poes¨ªa, que es el g¨¦nero de la saudade por excelencia, pero s¨ª, est¨¢ ah¨ª. Y eso en parte se explica por la historia del pa¨ªs. Somos un pa¨ªs de mucha salida, de mucho viaje, un pa¨ªs de partidas y de pocos regresos, que se encuentra m¨¢s fuera que dentro. El sentimiento mayor a lo largo de nuestra historia es que era necesario salir del pa¨ªs, que ¨¦sa no era la tierra prometida. Portugal creaba mundos fuera, Brasiles, Angolas... Y eso lleg¨® a poner en juego su propia identidad europea... Cre¨ªamos que la universalidad estaba fuera, m¨¢s lejos. En el siglo XX acabamos con todo eso, con la dictadura, la colonizaci¨®n, las guerras... Quiz¨¢ por eso nuestra literatura est¨¢ tan conectada con la memoria, con la experiencia de lo vivido, con la construcci¨®n de una universalidad propia...'.
Pero, en definitiva, estos 50 cuentos destacan sobre todo por la riqueza de su lenguaje. 'Hay cuentos totalmente imaginarios y enraizados, testimoniales y pol¨ªticos, pero nunca hay asepsia. Siempre hay un estilo, una voluntad de crear un lenguaje, de recuperarlo para la creaci¨®n '.
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