El idiota
Cuando llega la visita el ni?o est¨¢ viendo la tele. La visita se acerca al ni?o con la pretensi¨®n de darle un beso, pero el ni?o ni se inmuta, el ni?o no piensa apartar los ojos de la tele. 'Es que es su programa favorito', explican los pap¨¢s. Y los cuatro adultos se quedan un momento paralizados, rid¨ªculos en su empe?o de entablar alg¨²n tipo de comunicaci¨®n con la criatura. La visita sonr¨ªe, dejadle, no le molestemos. M¨¢s tarde la criatura asomar¨¢ la cabeza por el comedor. Viene a dar su beso de buenas noches. No est¨¢ dispuesto a concederle un beso a la visita. Los padres lo disculpan, es que es t¨ªmido: cari?o, dales un beso a estos amigos que te han tra¨ªdo un juego tan bonito. No y no. El rey de la casa se lleva a su madre secuestrada. El padre explica a la visita que sin mam¨¢ la criatura no se duerme, tiene mamitis. La visita sonr¨ªe enternecida. Al poco, la criatura exige tambi¨¦n la presencia del padre. Papitis. El padre desaparece y la visita se queda sola, inc¨®moda, esperando a que los padres sean liberados.
La criatura crece. Le salen granos, bigote, la nariz deja de ser chata, la mand¨ªbula se expande, de la espalda inmensa cuelgan dos brazos que llegan hasta las rodillas. Pero la vida sigue igual. La visita llega y la criatura est¨¢ tumbado en el sof¨¢ viendo la tele. Les hace un leve gesto con la cabeza. No cenar¨¢ con nosotros, murmuran los padres, est¨¢ pasando una ¨¦poca un poco retra¨ªdo. La adolescencia, dice la visita, qu¨¦ edad tan dif¨ªcil para estos pobres. Sufren mucho.
El sufrimiento debe ir por dentro porque, por fuera, qui¨¦n dir¨ªa que esta desproporcionada criatura sufre. Parece satisfecho consigo mismo. Sus padres lucharon para que tuviera la autoestima alta. ?Ah, la autoestima! Tanto la asignatura 'Conocimiento del medio' como la televisi¨®n auton¨®mica se encargaron tambi¨¦n de que pensara que viv¨ªa en el mejor de los mundos. Su mundo es peque?o. Nuestra criatura no concibe conceptos como Espa?a, y menos como Europa (?qu¨¦ es Europa al lado de mi pueblo?, piensa con orgullo). Est¨¢ cerca de convertirse en un idiota. Pero en un mundo donde abundan los idiotas se siente bastante acompa?ado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.