Sami Na?r afirma que conferir al inmigrante una identidad cultural propia refuerza los prejuicios

Sami Na?r, europarlamentario socialista franc¨¦s especializado en el fen¨®meno de la inmigraci¨®n, advirti¨® ayer del peligro que supone que los pa¨ªses receptores doten a los inmigrantes de unos rasgos de identidad propios, ya que con ello se contribuye a crear 'conjuntos cerrados' que impiden una integraci¨®n 'de pleno derecho'. Na?r pronunci¨® ayer en Granada la conferencia inaugural del tercer congreso sobre la inmigraci¨®n en Espa?a. El presidente andaluz, Manuel Chaves, reclam¨® m¨¢s fondo de la UE para paliar el 'sobrecoste' de la atenci¨®n a los inmigrantes.

N¨¢?r record¨® que la integraci¨®n de los inmigrantes en los pa¨ªses de acogida es uno de los retos principales ya que est¨¢ demostrado que s¨®lo una ¨ªnfima parte de las personas que se instalan provenientes de otros Estados afronta luego el regreso. El europarlamentario dijo que tras veinte a?os de an¨¢lisis de los conflictos suscitados por los movimientos migratorios hay que impedir que la integraci¨®n se plantee en t¨¦rminos 'culturalistas y de identidad'. 'La sociedad de acogida se equivoca si encierra la inmigraci¨®n en un estatuto de minor¨ªa, pues tambi¨¦n la encerrar¨¢ en un papel determinado dentro de la sociedad. Y esa actitud conduce inevitablemente a derivas racistas', dijo.

A su juicio, el prop¨®sito fundamental del inmigrante no es convivir bajo unos rasgos peculiares sino 'desaparecer como inmigrante para hacerse ciudadano de pleno derecho del pa¨ªs de acogida'. 'Considerar el inmigrante s¨®lo a trav¨¦s del prisma cultural y deducir de su cultura de origen su capacidad o incapacidad para asimilarse, equivale a un comportamiento totalitario por parte de la sociedad de acogida', dijo.

Sami Na?r agreg¨® que el '¨²nico espacio en el que la identidad debe estar fundamentada es el espacio pol¨ªtico'. Esta situaci¨®n obliga tanto al Estado receptor como al inmigrante. El Estado debe transmitir su lengua y cultura a los reci¨¦n llegados mediante la escolarizaci¨®n o garantizarles la libertad confesional, mientras que los inmigrantes tienen la obligaci¨®n de aceptar los c¨®digos del pa¨ªs de acogida y respetar las leyes 'elementales de hospitalidad'.

Estas leyes incluyen la aceptaci¨®n de la igualdad entre el hombre y la mujer, el reconocimiento de la autonom¨ªa de los individuos y de la libertad confesional. 'Lo que determina la identidad democr¨¢tica', dijo, es 'el acceso a la ciudadan¨ªa, lo cual significa disponer de los mismos derechos y deberes'. Na?r dijo que frente al racismo de la extrema derecha no cabe contraponer un idealismo ingenuo y que, por tanto, ni el cierre de fronteras ni la apertura sin control son soluciones v¨¢lidas.

Por su lado, el presidente andaluz, Manuel Chaves, aprovech¨® su intervenci¨®n en el acto de inauguraci¨®n del congreso, al que asisten unas 700 personas de 45 provincias espa?olas, para reclamar un 'tratamiento singularizado en los presupuestos de la Uni¨®n Europea para las regiones que financiamos con nuestro propios recursos el sobrecoste que supone la atenci¨®n de miles de personas de una poblaci¨®n que, en buena parte, podr¨ªa considerarse de car¨¢cter flotante'.

Chaves record¨® que los andaluces conocen bien los sentimientos encontrados que provoca la inmigraci¨®n ya que antes de ser receptores de extranjeros fueron ellos mismos inmigrantes en Europa. Esta circunstancia permite a los andaluces, a?adi¨®, 'encarar este fen¨®meno con un punto de vista m¨¢s abierto a la diversidad'.

El presidente, en un extenso y reflexivo discurso, lament¨® que el balance de la gesti¨®n de los flujos migratorios en Espa?a 'est¨¦ lejos de ser satisfactorio'. El presidente andaluz cit¨® como ejemplos de esta desidia los convenios 'en v¨ªa muerta o pocos desarrollados' con Marruecos, la 'precariedad y lentitud' de los canales de entrada legal de inmigrantes o la escasa eficacia - 'desmentida a diario por la realidad', dijo- de una vigilancia fronteriza anunciada por sus valedores como 'inexpugnable'.