El hombre de hierro
Desafiando las leyes de la naturaleza, Lemmy Kilmister volvi¨® a demostrar en directo que el rock fuerte y canalla que la banda lleva ofreciendo desde 1975 no decaer¨¢ nunca mientras haya p¨²blico y se mantenga la actitud de los ejecutores. En cuanto a lo primero, la sala mostraba un lleno a rebosar y una alta temperatura. Con respecto al grupo, Mot?rhead contin¨²a siendo una metralleta bien engrasada que no concede piedad s¨®nica y te obliga a meterte en la cama horas despu¨¦s con un tremendo pitido en las orejas.
Para esta ¨²ltima gira, el tr¨ªo elabor¨® un repertorio basado en los grandes ¨¦xitos de toda su larga discograf¨ªa, dejando poco espacio a las canciones de su ¨²ltimo disco de estudio, Aces.
Mot?rhead
Lemmy (bajo y voz), Mikkey Dee (bater¨ªa) y Phil Campbell (guitarra). Sala Divino Aqualung. Madrid, martes 5 de noviembre.
Con una tremenda econom¨ªa esc¨¦nica -apenas los tres m¨²sicos, un ruido infernal y unas luces correctas-, el terceto arranc¨® con dos explosivas r¨¢fagas, We are Mot?rhead y No class, para detenerse un momento con el fin de que Lemmy pidiera a gritos que le subieran el bajo por los monitores.
Esto ¨²ltimo resulta curioso, si se tiene en cuenta que dicho instrumento, literalmente, barr¨ªa la sala. Pero cualquiera le lleva la contraria a este especimen humano, adicto a los v¨ªdeojuegos y con un nivel de ingesta de bourbon que no se rige precisamente por la prudencia. Hubo en el concierto homenajes a los Sex Pistols, con la tradicional interpretaci¨®n de su himno God save the queen, y a sus pares del barrio neoyorquino de Queens, los llorados Ramones.
Pero lo dem¨¢s fue m¨¢s bien un homenaje a s¨ª mismos, a su furia desatada, a su descontento at¨¢vico con un mundo pol¨ªticamente correcto que no concuerda en nada con los subversivos conceptos de la ley de la calle.
Lo seguidores celebraron de manera ruidosa y exhibiendo un mar de manos levantadas haciendo el signo de los cuernos la interpretaci¨®n de cl¨¢sicos del g¨¦nero como Brazil, Bomber, Ace of Spade y Overkill, mientras Lemmy los contemplaba desde el escenario haciendo gala de esa estampa de hombre de hierro que desaf¨ªa las leyes de la naturaleza humana.
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