Un lastre para C¨®rdoba
La noticia publicada estos d¨ªas sobre la cantidad de 2,9 millones de euros que le cost¨® a Cajasur una poliza de seguro en favor del sacerdote Miguel Castillejo, por la que percibir¨¢ una sustanciosa pensi¨®n (210.000 euros anuales) primero ¨¦l y despu¨¦s sus hermanas, cuando abandone la Presidencia de CajaSur, es escandalosa. Pero s¨®lo es una de las consecuencias del principal problema que padece esta instituci¨®n desde hace a?os: el ejercicio de un poder personal que hace y deshace, premia y castiga, en definitiva ejerce de manera absoluta. Y, por el contrario, la carencia del talante democr¨¢tico que toda instituci¨®n p¨²blica requiere. Esta actitud llega al extremo de que para gran parte de la sociedad la instituci¨®n es su presidente. En una emulaci¨®n de aquel 'el Estado soy yo' que dijo Luis XIV de Francia, CajaSur es don Miguel.
Solicit¨¦ un cr¨¦dito a Cajasur para el Ayuntamiento. Se me dar¨ªa a cambio de favorecer ciertos intereses urban¨ªsticos
Con ser grave esta actitud en una instituci¨®n de car¨¢cter p¨²blico que act¨²a en el seno de una sociedad democr¨¢tica, es a¨²n peor el ejercicio de ese poder en la sociedad cordobesa. Utilizando como principal instrumento los recursos de la Obra Social ha creado un clientelismo subvencionado incapaz de ejercer la menor cr¨ªtica, al menos en voz alta. Lo que la sustituye es el rumor, un terreno peligroso donde no se distingue la verdad de la maldad, y que es fruto de las dificultades con las que se tropieza para el ejercicio libre de la cr¨ªtica. A eso se une el temor a caer en desgracia, porque tarde o temprano habr¨¢ que pasar por CajaSur, es decir, por don Miguel, para pedir alg¨²n favor. Pongo un ejemplo personal. En mi etapa de alcalde de C¨®rdoba solicit¨¦ un cr¨¦dito para el Ayuntamiento que pasaba por un momento econ¨®mico dif¨ªcil, la respuesta fue que el cr¨¦dito se conced¨ªa a cambio de que se le favoreciera en ciertos intereses urban¨ªsticos en los que estaba implicada CajaSur. No acced¨ª y no hubo cr¨¦dito, lo concedi¨® otra entidad financiera.
?ste es el verdadero problema, una forma anacr¨®nica de ejercicio del poder, que supone un lastre para el desarrollo de una sociedad moderna. El hecho de que, por fin, las noticias sustituyan a los rumores es un avance importante y supone un primer paso para que la situaci¨®n vaya evolucionando hacia la normalidad.
Guste o no, es inevitable que estos hechos se vinculen con su condici¨®n de sacerdote. Porque no es normal que un miembro de la Iglesia presida, dirija y controle una instituci¨®n financiera de manera vitalicia, probablemente transgrediendo los propios estatutos de la Fundaci¨®n Can¨®nica de CajaSur. No existe nada m¨¢s contradictorio. En C¨®rdoba, despu¨¦s de veinticinco a?os, nos hemos acostumbrado, pero cuando alguien de fuera nos pregunta con asombro c¨®mo puede ocurrir eso, nos acordamos de que, efectivamente, no es normal; es m¨¢s, es un caso ¨²nico en Espa?a. Pero hasta ahora, que se sepa, la autoridad eclesi¨¢stica no considera a don Miguel un cura rebelde y conviene recordar que ocupa el cargo por designaci¨®n del Cabildo que preside el Obispo de la di¨®cesis, que hasta el momento guarda silencio. ?Qui¨¦n calla otorga? Esta llamada singularidad es la que ha sido esgrimida para no cumplir la Ley de Cajas aprobada por el Parlamento de Andaluc¨ªa. Es precisamente esa singularidad de ser una caja de la Iglesia, dirigida por un sacerdote que, adem¨¢s, cuenta en su curr¨ªculo con la distinci¨®n de prelado de honor de su Santidad. Esta circunstancia a?ade la componente de esc¨¢ndalo a su retiro millonario.
?Es moral y ¨¦ticamente defendible esta situaci¨®n? ?Con qu¨¦ argumentos? ?Es que los miembros de la Iglesia no son moralmente incompatibles con ciertas actividades? ?Todo se puede justificar? ?Qu¨¦ estar¨¢n pensando y diciendo de todo esto las personas que no puedan pagar el plazo de la hipoteca o el vencimiento de un cr¨¦dito porque no llegan a fin de mes y sin embargo su sacerdote-presidente se pone ese retiro millonario? Preguntas para nada demag¨®gicas y que hoy se est¨¢ haciendo una gran parte de la opini¨®n p¨²blica.
Las autoridades eclesi¨¢sticas deber¨ªan de adoptar una postura clara en este asunto para no hacerse c¨®mplices del esc¨¢ndalo y aplicar aquella frase del Evangelio que dice que si tu ojo te escandaliza, arr¨¢ncatelo. Estoy convencido de que si esto hubiera ocurrido en cualquier ¨¢mbito de la sociedad civil, la autoridad eclesi¨¢stica no hubiera permitido que se llegara a este extremo.
Personalmente, lo que me escandaliza es que CajaSur tenga una estructura de poder personal inconcebible en un estado democr¨¢tico y que en estos momentos est¨¢ poniendo en peligro el prestigio de la instituci¨®n. Ha llegado el momento de tomar una decisi¨®n, para m¨ª es clara, CajaSur es necesaria, su presidente no.
Herminio Trigo Aguilar ha sido alcalde de C¨®rdoba
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