Un debut accidentado
'En aquella casa habitaban los fantasmas de mis madres'. ?ste es el desconcertante arranque de Las mujeres que hay en m¨ª, la novela finalista del ¨²ltimo Premio Planeta y debut literario en castellano de Maria Pau Janer (pron¨²nciese la jota dejando escapar el aire entre los dientes, y no como hacen hoy muchos indocumentados, haciendo vibrar la ¨²vula o campanilla, como en la jota de jam¨®n, o como hizo el secretario del jurado al anunciar su nombre, con ye de yunque). Pues bien, fon¨¦tica aparte, creo que estoy en condiciones de relatar c¨®mo fue, en 1983, el debut absoluto de la escritora mallorquina en el proceloso mundo de la letra impresa. Y a¨²n m¨¢s: en la cr¨®nica de hoy, y a la discreta atenci¨®n de los futuros bi¨®grafos y ex¨¦getas paujanerianos, subsanaremos un min¨²sculo error que, si en su d¨ªa tuvo algo de hist¨¦rico, hoy ya comienza a tener algo de hist¨®rico.
El autor describe los primeros pasos de Maria Pau Janer en el proceloso mundo de la letra impresa
Estamos, repito, en 1983, en una de aquellas ma?anas luminosas, h¨²medas y algo anodinas del mes de marzo palmesano. El primer n¨²mero de la revista Teara sale a la calle llevando un poema titulado I la llum no es trenca, del que es autora la hoy finalista planetaria y entonces estudiante de 3? de BUP del instituto Ramon Llull (curso de letras). Pero como en todo momento estelar de la humanidad, alguien fue y meti¨® la pata. Y me temo que ¨¦se fue un servidor. Mientras dobl¨¢bamos alegremente y una por una las cinco hojas impresas a doble cara que compon¨ªan nuestra revista, reci¨¦n salidita de una imprenta de la calle de Ausi¨¤s March, de repente, el sobresalto, el pasmo, el telele, los sudores fr¨ªos... ?El poema de Pau Janer aparec¨ªa sin firma! A la hora de ponerlo en p¨¢gina se me desplaz¨® una de las ilustraciones sobre la mism¨ªsima firma de la debutante. La verdad es que las confusiones acerca de este poema hab¨ªan comenzado unos d¨ªas antes. Cuando Andreu Ribas, otro de los tearos, me llam¨® por tel¨¦fono para decirme que Pau Janer nos hab¨ªa entregado un poema, me pareci¨® entender que ¨¦ste se titulaba I la llum mostrenca, cosa que me pareci¨® m¨¢s propia de una de las poetisas punk que se estilaban en la ¨¦poca que de una chica tan delicada, espiritual y tan de escola mallorquina como na Paueta nostra. Pero al fin y al cabo, lo que permanece para cubrirnos de oprobio en el futuro no son los inocentes malentendidos telef¨®nicos, sino las chapuzas de compaginador atolondrado. Y ¨¦stas fueron las que, disimulando mi confusi¨®n y prepar¨¢ndome para lo peor (el padre de Pau, Gabriel Janer Manila, era nuestro profesor de catal¨¢n), tuve que justificar frente a la agraviada autora una luminosa, h¨²meda y algo anodina ma?ana de marzo palmesano, a la hora del recreo y en una esquina del patio. Digamos que el sentido de la camarader¨ªa y la comprensi¨®n de los errores ajenos pudo m¨¢s que la posible vanidad herida, y todo acab¨® felizmente unos d¨ªas m¨¢s tarde frente a las mesas de madera de olivo de un celler, donde nos gastamos los primeros dividendos que dio Teara (se vend¨ªa sorprendentemente bien, a 50 pesetas) comiendo pa amb oli amb cuixot y bebiendo a litros un vinazo repelente servido en jarritas de barro de P¨°rtol. Al final todos acabamos vomitando un poco en una esquina y volvimos a nuestros hogares paternos mareados y felices por haber entrado en el mundo de la poes¨ªa y ver nuestros nombres impresos en un papel impreso en off-set a doble cara.
De todas esas cosas me acuerdo cuando veo el nombre de Maria Pau Janer impreso en alg¨²n lugar, es decir, con frecuencia. Y m¨¢s a¨²n en momentos como el de hace unas semanas en la gala de los Planeta celebrada en Montju?c, cuando asist¨ª al nacimiento para las letras en castellano de Maria Pau Janer (con ye de yema o jota de Jabugo; anfibolog¨ªa doble, este a?o: Brice o 'Brais'). Una de las mujeres que hay en ella -no s¨¦ cu¨¢l, pero llevaba un precioso vestido rojo- me abraz¨® antes de entrar a cumplir el tr¨¢mite de la rueda de prensa; me confes¨® que estaba tota tremolosa y quedamos para vernos con calma un d¨ªa de ¨¦stos, aprovechando sus habituales visitas a Barcelona, y charlar tranquilamente de sus libros, cosa que a¨²n no ha podido ocurrir debido a su agenda de ministra y a quien se la administra.
Pero basta de evocaciones juveniles y de blandenguer¨ªa. A lo que ¨ªbamos. A aclarar para la historia de la literatura y quien tenga que escribirla este cap¨ªtulo bachiller y atropellado de una incipiente e imparable vocaci¨®n. Aqu¨ª est¨¢ el poema, y despu¨¦s su firma. Se titula I la llum no es trenca y dice as¨ª: 'Campanars de fum/ que plouen dins l'¨¤nima,/ repiquen i vetllen. La nit ¨¦s inmensa/ i la boira espesa,/ la llum no es trenca. Solitud dins l'aigua del meu pensament. On ¨¦s l'amor i per quins camins tresca?/ La tristesa penja/ i vol besar el mar./ El record, tan breu, vola cel enll¨¤'. Maria Pau Janer.
NOTA. La imagen que ilustra esta cr¨®nica fue tomada el mi¨¦rcoles de Semana Santa de 1983, durante la clase de historia del profesor Antonio Di¨¦guez, hoy diputado del PSOE en el Parlamento aut¨®nomo balear. Las escrituras sobre la pizarra corresponden a la clase anterior (lat¨ªn, por Bernat Cifre). La instant¨¢nea recoge el momento exacto en que Pau Janer hace de mano inocente y extrae el papelito con el nombre del ganador del concurso Vacaciones Felices. Lo gan¨® un tal Morales. Creo que hoy escribe novelas policiacas con seud¨®nimo.
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