'El paso del coleccionismo al fetichismo es muy sutil'

Diario de un coleccionista (Planeta Pr¨¢cticos) es el t¨ªtulo del nuevo libro de Jordi Tard¨¤ aparecido s¨®lo 15 d¨ªas antes de que el popular radiofonista inaugure su ya tradicional Fira del Disc de Col.leccionista de Catalunya. Jordi Tard¨¤ es tambi¨¦n uno de los mayores coleccionistas del mundo de discos y objetos relacionados con el rock. Hace pocas semanas la empresa Christie's hizo p¨²blica una millonaria oferta de compra por su colecci¨®n, pero ¨¦l no desea desprenderse de sus queridos objetos so?ando que alg¨²n d¨ªa formen parte de un futuro museo del rock edificado en Catalu?a.

'El coleccionista suele llegar a serlo por casualidad y el paso del coleccionismo al fetichismo es muy sutil', afirma Tard¨¤. 'No me considero fetichista, pero si soy objetivo comprendo que, desde fuera, la gente crea que lo soy. El coleccionista es un personaje inconsciente y no se da cuenta de cu¨¢ndo da el paso hacia el fetichismo'.

Muchos psic¨®logos est¨¢n a favor del coleccionismo por considerarlo una actitud ben¨¦fica para la mente humana, pero otros le atribuyen todas las caracter¨ªsticas negativas de una especie de ludopat¨ªa. Tard¨¤ prefiere pensar en bondades, se considera a s¨ª mismo 'un tipo normal', pero conoce a personajes capaces de vender a su madre por conseguir una pieza. 'Alguna vez debo haberme comportado as¨ª, seguro, porque el coleccionista, cuando act¨²a como tal, no es due?o de sus actos. Y no sucede s¨®lo en el mundo de la m¨²sica. Conozco periodistas deportivos de Catalunya R¨¤dio, donde yo trabajo, que cuando acab¨® la final de Wembley cogieron un trozo de c¨¦sped del campo y lo tienen enmarcado en su casa. El coleccionismo es como una religi¨®n, pero no de las que te obligan a marcar normas; aqu¨ª m¨¢s o menos cada uno se marca las suyas, aunque existe una devoci¨®n similar hacia alg¨²n artista'. En su nuevo libro habla del coleccionista m¨¢s raro que ha conocido, cuya obsesi¨®n eran las telas de ara?a.

Jordi Tard¨¤ guarda su amplia colecci¨®n dispersa en dos pisos y un garaje del Maresme. 'Todo en perfecto estado', matiza. No le cuesta decidir cu¨¢les son sus piezas m¨¢s queridas: 'Una tarjeta de cr¨¦dito de Mick Jagger y una botella de Jack Daniels de Keith Richards'. Por ambos objetos no tuvo que disputar mucho. 'Jagger fue a pagar en un restaurante y le dijeron que la tarjeta estaba caducada, pag¨® con otra, rompi¨® ¨¦sta y yo me la qued¨¦. La botella de bourbon me la dio el propio Richards antes de salir al escenario en una actuaci¨®n cuando yo estaba recuper¨¢ndome de una grave enfermedad y los Stones me dejaban asistir a sus conciertos desde el escenario. En ambos casos son objetos que me evocan historias queridas, eso es importante. Tengo la ba?era de Elton John, pero no me evoca nada, es simplemente un objeto y la utilizo como mesa'.

El pr¨®ximo viernes se inaugura la decimoctava edici¨®n de la Fira del Disc de Col.leccionista de Catalunya, una de las obras de las que m¨¢s orgulloso se siente Tard¨¤. 'El secreto ha sido apostar por los actos paralelos. S¨®lo con los discos no conseguir¨ªamos que se hablase tanto, pero si se subastan unos pelos de Napole¨®n o de Marilyn, todos los medios se hacen eco. Lo que yo quiero es que en la feria haya expositores de todo el mundo ofreciendo material inencontrable. Los pelos de Marilyn me traen sin cuidado, pero soy consciente de que una cosa es necesaria para la otra'.