La libertad de la contemplaci¨®n
A LA MUERTE de Jos¨¦ Lezama Lima (1910-1976) quedaron in¨¦ditos una serie de materiales. Su primer poemario, Inicio y escape, se incluy¨® luego en la Poes¨ªa completa (1985); C¨¦sar L¨®pez rescat¨® los pasajes desechados de Oppiano Licario; y otros ensayos, art¨ªculos, cartas y poemas han ido viendo la luz en publicaciones peri¨®dicas. Los Diarios son dos cuadernos manuscritos redactados en dos periodos de tiempo diferentes. El primero es una carpeta que lleva la indicaci¨®n de 'Diario de J. L. L.' y que contiene notas no regulares escritas entre el mes de octubre de 1939 y el mes de julio de 1949. El segundo diario, redactado en un cuaderno de agendas de 1956, tiene tambi¨¦n anotaciones muy espor¨¢dicas referidas a ese mismo a?o y a los dos siguientes. La d¨¦cada que abarca el primero fue muy fruct¨ªfera para el escritor cubano. Public¨® libros como: Enemigo rumor (1941), Aventuras sigilosas (1945) y La fijeza (1949); as¨ª como lider¨® las revistas: Espuela de Plata (1939-1941); Nadie Parec¨ªa. Cuaderno de lo bello con Dios (1942-1944) y Or¨ªgenes (1944-1956), en donde sac¨® a la luz el fragmento inicial de Paradiso. Lezama hab¨ªa terminado sus estudios de Derecho e iniciado su duro peregrinaje laboral. En 1949 viaj¨® a M¨¦xico, una de las escas¨ªsimas salidas fuera de su pa¨ªs, pero no existe ninguna referencia en el primer diario pues, a diferencia del segundo, aqu¨ª hay apenas confesiones personales.
El primero est¨¢ repleto de reflexiones fi-
los¨®ficas, po¨¦ticas, religiosas, sobre la cultura y el poder, as¨ª como multitud de citas y referencias a los m¨¢s variados autores universales. Lezama busca las relaciones entre filosof¨ªa y poes¨ªa y, para ello, convoca a Descartes, Pascal, Shelley o Val¨¦ry. Tambi¨¦n ahonda en el papel del poeta comparando la frase de Descartes: 'Y me veo como en un t¨¦rmino medio entre Dios y la nada, esto es, colocado de tal suerte entre el ser supremo y el no ser', con la de Val¨¦ry: 'Estoy entre el vac¨ªo y el suceso puro'. Lezama hace una defensa de la poes¨ªa intimista, de indagaci¨®n existencial, la que va desde Lucrecio a Val¨¦ry: 'Lo que a m¨ª me ocurre es mi f¨ªsica y mi metaf¨ªsica'. Otro asunto interesante al que se refiere es a la cultura del poeta. Intuici¨®n, inspiraci¨®n, conocimientos: '?Lucrecio, Dante, Goethe, pueden acaso considerarse como m¨¢s cultos que Rimbaud, Verlaine, Lautr¨¦amont, que se basan en una intuici¨®n irreemplazable, que prefieren adivinar, tocar la materia que los quemaba como si fuesen los primeros que descubriesen una nueva materia combustible, entrar por infierno, para¨ªso o purgatorio sin gu¨ªas?'. Lezama no rechaza ninguno de los saberes, 'el poeta tiene que mostrarnos una tierra pose¨ªda, un cosmos gobernado de lo irreal-real'. De todas formas se siente deslumbrado por la opini¨®n de Poe, que dice: 'La originalidad se debe al esp¨ªritu de negaci¨®n m¨¢s que al de creaci¨®n'. Un comentario de Claudel le vale para dar una definici¨®n del poeta: 'El hombre que en su boca, sin hablar, siente el sabor de las palabras'. Lezama lucha contra la ciencia que trata de desentra?ar el misterio de la poes¨ªa: 'Pudiera pensarse que el objeto ¨²ltimo de la filolog¨ªa es el intento diab¨®lico y perezoso de definir la poes¨ªa. Hay en esa ciencia la obstinaci¨®n diab¨®lica de querer hundir un alma. S¨®lo que al mostrar su cuerpo desnudo el poema, ese diabolismo desaparece y la poes¨ªa que no est¨¢ definida sigue mostr¨¢ndose'. Lezama, sin embargo, le da un valor incalculable a la cultura. ?l habla de una cultura general, la de la gente, que es bastante superficial; y de otra profunda y restringida que es la que deber¨ªan tener los escritores. ?sta se adquir¨ªa con el estudio y la soledad. Luego, su mordaz iron¨ªa lo lleva a reproducir esta frase de Val¨¦ry: 'Cuando estamos solos, estamos siempre en mala compa?¨ªa'. El primer Diario est¨¢ lleno de referencias, citas y comentarios de Joyce, los libros sagrados, Shakespeare, san Pablo, Cristo, Pascal, Baudelaire, los evangelios, Dilthey, Van Gogh, Mallarm¨¦, Stendhal, Flaubert, Dostoievski, Bergson (muy admirado) o Picasso.
Como dec¨ªa al principio, pocos comentarios de la vida cotidiana, apenas algunos curiosos apuntes sobre sus deudas con libreros, el ¨ªndice de libros prestados y los encuentros con escritores espa?oles como Juan Ram¨®n. Del futuro Nobel transcribe las opiniones no muy bondadosas hacia Salinas, Bergam¨ªn, Unamuno, D'Ors, P¨¦rez de Ayala o Neruda. Las referencias a autores cl¨¢sicos espa?oles como Garcilaso, san Juan de la Cruz, Miguel de Molinos, santa Teresa, Cervantes, Graci¨¢n, G¨®ngora, Quevedo o fray Luis son muy abundantes. Lezama define a los espa?oles a trav¨¦s de una frase de Cervantes: 'No te asolites tanto, que te despuntar¨¢s'. 'Asolites', el esp¨ªritu contradictorio. Ortega, entre los contempor¨¢neos, es, junto a Juan Ram¨®n, el autor espa?ol m¨¢s elogiado.
El segundo diario con-
tiene m¨¢s confesiones personales y de la vida cotidiana. En los a?os que abarcan estas anotaciones, el autor imparte las conferencias sobre La expresi¨®n americana (1957); da a conocer, en 1958, Tratados en La Habana, y sigue trabajando como un mal pagado empleado p¨²blico. Son abundantes las referencias a la poco saneada econom¨ªa cotidiana y a las reuniones con amigos como Gast¨®n Baquero, Fina y Cintio Vitier o el padre Gaztelu. La vida familiar est¨¢ centrada en las hermanas y su madre: 'La cara de mi madre cada d¨ªa me impresiona m¨¢s. Su tristeza se me hace abrumadora, es como el recuerdo de todas las tristezas'. Por estas p¨¢ginas vuelven a aparecer J. R. J. y otros poetas del 27. El 25 de octubre de 1956 anota: 'Premio Nobel a J. R. J. Retrocedi¨® con las palabras, estrella, diamante, primavera, al ¨²ltimo pared¨®n, y all¨ª se encontr¨® que la palabra era la arcilla primera, el canto del nacimiento'. Sus lecturas est¨¢n aqu¨ª m¨¢s encaminadas hacia la narrativa. Son muy interesantes sus opiniones sobre Tolst¨®i, Gogol o Proust. Llega a afirmar que la novela rusa del XIX es la cumbre del g¨¦nero. Lezama comenta cuadros y hay una especial referencia a composiciones y autores musicales. Sobre la poes¨ªa destacan aqu¨ª sus referencias a la riqueza verbal de poetas como Rub¨¦n Dar¨ªo, al que pone como ejemplo a seguir. Ambos diarios ayudan a entender muy bien la obra y el pensamiento de su autor, de la misma manera que la larga entrevista que Ciro Bianchi le hizo, incluida como ap¨¦ndice, aporta valios¨ªsimos datos y reflexiones como la siguiente: 'Yo nunca he pretendido darle dolores de cabeza al lector. Escribo as¨ª porque escribo as¨ª. Poes¨ªa clara y poes¨ªa oscura son ya conceptos trasnochados. Todos aceptamos que existe el d¨ªa y la noche, el agua y la tierra. Hay que aceptar tambi¨¦n que existe una poes¨ªa clara y otra oscura que es anterior a m¨ª, anterior a G¨®ngora, anterior al barroco. Lo claro y lo oscuro poco importa en verdad. Lo que cuenta es el reverso enigm¨¢tico de lo lejano y lo cercano a lo que Pascal hizo referencia'.
Diarios (1939-1949) y (1956-1958). Jos¨¦ Lezama Lima. Edici¨®n de Ciro Bianchi. UNION. La Habana, 2002. 180 p¨¢ginas.
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