La ¨²ltima oportunidad

La comunidad internacional ha dado una '¨²ltima oportunidad' a Sadam Husein. Los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (Siria entre ellos) han aprobado por unanimidad una resoluci¨®n que exige al dictador iraqu¨ª que abra su pa¨ªs de par en par a los inspectores que buscan armas de destrucci¨®n masiva, vectores para lanzarlas o posibles componentes. Las ocho semanas de negociaciones para dise?ar este texto habr¨¢n valido la pena.

Francia -con una posici¨®n que deb¨ªa haber sido la de la UE en su conjunto-, Rusia y el propio secretario general de la ONU, Kofi Annan, han logrado moderar a Estados Unidos y, al menos de momento, salvar la legalidad. Esto demuestra que es posible frenar el ¨ªmpetu a veces desbocado de la superpotencia para reconducirla a la senda de Naciones Unidas. La resoluci¨®n le recuerda a Irak que tendr¨¢ que afrontar 'graves consecuencias' si sigue violando sus obligaciones. El recurso a 'todos los medios necesarios' -es decir, a la guerra- queda en los considerandos.

Frente a la carta blanca que pretend¨ªa Bush para atacar a Irak a la m¨ªnima obstrucci¨®n, el Consejo de Seguridad tendr¨¢ que volver a reunirse 'para considerar la situaci¨®n' tras las inspecciones, o en cuanto el r¨¦gimen iraqu¨ª imponga cualquier traba. Lo que el Consejo de Seguridad le exige a Irak es que cumpla con el desarme que acept¨® en 1991 tras perder la guerra de Kuwait, con medidas m¨¢s estrictas de control. Los inspectores, que podr¨¢n ir protegidos por guardias de Naciones Unidas, tendr¨¢n acceso a cualquier recoveco en Irak, incluidos los palacios presidenciales en Bagdad, y podr¨¢n interrogar a cualquier ciudadano iraqu¨ª.

La actual crisis de Irak ha sido, en buena parte, fabricada por Washington en la estela del 11-S. Pero Sadam Husein ha estado toreando a la ONU desde 1991, y se desconoce qu¨¦ armas ha podido desarrollar desde que en 1998 salieran los inspectores de su territorio. El dictador iraqu¨ª sabe que la resoluci¨®n de ayer pone fin al juego, aunque intentar¨¢ seguir alimentando la desuni¨®n de la comunidad internacional ante un ataque. No es descartable, y ser¨ªa la menos mala de las salidas, que si Sadam Husein se resiste se produzca un movimiento interno para derrocarlo. Se evitar¨ªa as¨ª una guerra que podr¨ªa resultar sangrienta, especialmente si se centra en la capital, Bagdad, donde al parecer se est¨¢n replegando las tropas.

La unanimidad del Consejo de Seguridad ha dejado a Sadam Husein sin argumentos. La resoluci¨®n aprobada ayer no autoriza autom¨¢ticamente a la guerra, pero si Bagdad no cumple, con un Bush crecido por la victoria electoral republicana, nada detendr¨¢ a EE UU, que atacar¨¢ con el apoyo de 'algunos amigos' y 'con todos los medios militares necesarios para asegurar el ¨¦xito', como ha afirmado el presidente. Washington est¨¢ preparando la guerra y Bush tocando los tambores, pero est¨¢ por ver si estos preparativos torcer¨¢n la voluntad de Bagdad o acabar¨¢n por cobrar una diab¨®lica din¨¢mica propia. En todo caso, la resoluci¨®n contiene el calendario de esta crisis: siete d¨ªas para que Irak acepte, 45 para que se reanuden las inspecciones, y 15 m¨¢s para presentar sus resultados al Consejo de Seguridad. Como pronto la semana pr¨®xima, y como tarde en dos meses, la suerte de Irak y de una regi¨®n de gran inestabilidad comenzar¨¢ a cambiar. Que sea para bien o para mal, depende ahora, en primer lugar, de Sadam Husein.