Viviendas lejanas
El Gobierno se est¨¢ enfrentando con creciente torpeza a las cr¨ªticas que desde todos los flancos sociales suscita el llamado 'problema de la vivienda'. El profundo malestar ciudadano provocado por la explosi¨®n de los precios y la desaparici¨®n pr¨¢ctica de las viviendas de protecci¨®n oficial ha sorprendido al Gabinete de Aznar, y en particular a los ministerios de Fomento y Econom¨ªa, sin una pol¨ªtica clara y con un mensaje confuso. Si se quiere analizar en profundidad la pol¨ªtica de vivienda del Gobierno, la primera dificultad exigir¨ªa superar la divergencia de opini¨®n entre ambos departamentos. Porque el vicepresidente Rato ha desautorizado de forma manifiesta al ministro de Fomento cuando entiende que la vivienda exige un pacto (?de Estado?) con el PSOE para elaborar una nueva Ley del Suelo despu¨¦s de que Cascos pr¨¢cticamente negara la existencia del problema.
En el supuesto de que la posici¨®n de Rato fuese la defendida sin fisuras desde el Gobierno, significar¨ªa un reconocimiento nada disimulado de que la pol¨ªtica oficial de vivienda aplicada desde 1996 ha fracasado. La pol¨ªtica de la Administraci¨®n de intervenir lo menos posible en el mercado de la vivienda ha rendido excelentes dividendos a los especuladores e inversores deseosos de encontrar una oportunidad de inversi¨®n en un producto con fiscalidad reducida y grandes posibilidades de ocultar dinero negro reci¨¦n aflorado por culpa del euro, pero ha desesperado y castigado a quienes necesitan un piso para vivir; es decir, a una gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n.
La propuesta de Rato debe ser interpretada, pues, como un intento de compartir un fiasco estrepitoso y diluir las responsabilidades de gesti¨®n, que, en todo caso, corresponden al Gobierno, como le incumbe la iniciativa para resolverlo. Podr¨ªa empezar, por ejemplo, por la elaboraci¨®n de un Libro Blanco que explique qu¨¦ papel juegan en el coste final de los pisos factores tales como el suelo, los materiales o los costes laborales, as¨ª como la incidencia que tiene la pol¨ªtica del suelo de ayuntamientos y diversos entes p¨²blicos en el encarecimiento de los precios.
No es un pacto con el PSOE lo que necesita Rato para acabar con la escasez de terreno edificable. El vicepresidente puede, si quiere, frenar la especulaci¨®n inmobiliaria exigiendo a los ayuntamientos que gestiona su partido -Madrid, por ejemplo, Valencia, Zaragoza o Palma de Mallorca- que no retengan suelo, aceleren las calificaciones donde sean legalmente recomendables e intervengan en el control de los precios de las promociones a trav¨¦s de los institutos municipales de la vivienda. Ser¨ªa una intervenci¨®n m¨¢s eficaz que un pacto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.