Luis Egea, 'in memoriam'

Luis Egea muri¨® en Algorta (Getxo, Vizcaya) con poco m¨¢s de sesenta a?os. Era un activo militante socialista, profesor de Microbiolog¨ªa de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. Tuvo la vida de un hombre comprometido con la pol¨ªtica, la ciencia y el humanismo y alimentada de amigos, tertulias y libros. Y todo ello a raudales. Como era Luis. Entre los amigos estaban, sobre todo, por encima del mundo, Mari, Ana y Marta, su mujer y sus hijas.

Seguramente fue feliz con la base instrumental que le proporcionaba el creer en sus razones. Luis cre¨ªa muy profundamente en valores tan firmes como la solidaridad, la justicia y el humanismo. Sus creencias coexist¨ªan arm¨®nicamente con el humor socarr¨®n y rom¨¢ntico, tan granadino, y su elegancia de esp¨ªritu, con aquel caracter¨ªstico desapego a lo banal que se traduc¨ªa en la sonrisa tierna y burlona y en el machadiano torpe ali?o indumentario. Fue un hombre generoso, extraordinariamente generoso, y dej¨® escritos de diverso tipo: cient¨ªficos, pol¨ªticos y normativos, pero era de esas personas que permanecen a¨²n m¨¢s por s¨ª mismos, por la fuerza con la que transmiten afecto y convicci¨®n en su permanente compromiso y honestidad.

Contra viento y marea, Luis fue paradigma de un progresista de su generaci¨®n. En la mitad de los sesenta, siendo ya militante socialista y por aquel entonces profesor no numerario de Fisiolog¨ªa Vegetal de la Universidad Complutense, form¨® parte, desde los rudimentos del movimiento de PNN, de las primeras asambleas en la Facultad de Ciencias. Por la misma ¨¦poca fue tambi¨¦n una referencia culta y especial en el Ateneo de Madrid. Mas tarde vivi¨® los inicios de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (por entonces Universidad Aut¨®noma de Bilbao), todav¨ªa en el edificio de n¨¢utica, junto al puente de Deusto, en horas que fueron pol¨ªticamente muy convulsas y en las que su compromiso democr¨¢tico qued¨® siempre como ejemplar testimonio para colegas y estudiantes. Tambi¨¦n ese compromiso democr¨¢tico le llev¨® a aceptar importantes responsabilidades en la Administraci¨®n p¨²blica vasca y en la general del Estado como viceconsejero y director general, respectivamente. Ambos cometidos los cumpli¨® con eficacia y entusiasmo.

Cuando relataba su punto de vista sobre la situaci¨®n pol¨ªtica del Pa¨ªs Vasco, lo hac¨ªa de forma minuciosa, muy precisa, y era capaz de analizar muchos factores; siempre apasionadamente expuesto, su discurso era veraz y original. Algunos le animaban entonces a escribir sus memorias. Luis sonre¨ªa, modesto como era, diciendo literalmente: 'No conservo bastantes documentos, pero adem¨¢s, si escribo no tengo tiempo para leer a otros'

. Su talante y su importante personalidad merecieron el respeto de quienes fueron sus amigos y compa?eros, pero tambi¨¦n, en gran parte, de quienes discreparon de sus ideas.-