La intrahistoria de Arantxa
De la protecci¨®n familiar a la toma de decisiones por s¨ª misma
Junto a la oficial, existe otra historia de Arantxa S¨¢nchez Vicario que tiene poco que ver con la de los libros. Es de dudas e inseguridades, de vivencias ¨ªntimas. La de las peque?as cosas que fueron configurando la personalidad de esta gran tenista.
Junto a la oficial, existe otra historia de Arantxa S¨¢nchez Vicario que tiene poco que ver con la de los libros. Es de dudas e inseguridades, de vivencias ¨ªntimas. La de las peque?as cosas que fueron configurando la personalidad de esta gran tenista.
Arantxa cogi¨® la raqueta siendo a¨²n una ni?a en la pista en la que se entrenaban sus hermanos en el Club de Tenis Pedralbes, ya desaparecido. Por tanto, siempre vivi¨® sumida en un mundo individualista y competitivo sabiendo que su principal valor era ella misma. Pero tambi¨¦n creci¨® arropada siempre por una familia que convirti¨® el tenis en su raz¨®n de ser. Encontr¨® en Emilio al h¨¦roe, el espejo en que mirarse. Y no fue extra?o que su esquema de juego resultara similar al de su hermano mayor: solidez mental, preparaci¨®n f¨ªsica impecable, juego defensivo, excelente rev¨¦s, derecha discreta y gran capacidad de sufrimiento.
Sin embargo, la columna vertebral de Arantxa y toda la familia S¨¢nchez Vicario fue su madre, Marisa. Ella siempre estaba all¨ª. 'Yo nunca dejar¨ªa sola a una ni?a de 14 a?os en un mundo como ¨¦ste', confes¨® cuando su hija a¨²n estaba construyendo su carrera. Fiel a este principio, cogi¨® su maleta y le acompa?¨® a todas partes.
Su influencia y la del padre, Emilio, lleg¨® a ser abusiva en algunos momentos. Cuando Arantxa acud¨ªa a las conferencias de prensa se conoc¨ªa de antemano cu¨¢l iba a ser su discurso: 'La rival ha jugado bien, pero he sabido dominarla con mi juego', si ganaba; 'he tenido mala suerte, un mal d¨ªa, no me han salido las cosas. He perdido yo, pero ya puedo estar bien contenta con lo que he logrado en este torneo', si perd¨ªa. Pocas veces se sal¨ªa del gui¨®n preestablecido, cuya funci¨®n b¨¢sica era valorar siempre los aspectos positivos y obviar los negativos.
La sobreprotecci¨®n familiar fue sustancialmente positiva y enriquecedora para Arantxa, pero tambi¨¦n es cierto que le cre¨® vacilaciones cuando deb¨ªa afrontar situaciones inesperadas en su vida personal. En muchas ocasiones dio la sensaci¨®n de estar perdida cuando afrontaba en solitario una entrevista seria o deb¨ªa tomar una iniciativa por insignificante que fuera.
Su autoconfianza mejor¨® junto a Joan Vehils, ahora ya su ex marido, porque aquello supon¨ªa la realizaci¨®n de un sue?o siempre confesado: formar su propia familia. Incluso sus declaraciones empezaron a resultar m¨¢s interesantes porque introdujo elementos de an¨¢lisis que nunca hab¨ªa aportado. Y tambi¨¦n result¨® crucial, en 1997, la incorporaci¨®n de Emilio como entrenador. S¨®lo ¨¦l pod¨ªa afrontar su crisis con la urgencia que requer¨ªa.
Pero con la boda, el divorcio y la uni¨®n sentimental con su nuevo preparador estaba ya claro que era ella quien hablaba. Los v¨ªnculos familiares se enfriaron. 'Mentir¨ªa si dijera que mi vida personal no afecta a mi juego', reconoci¨® en Wimbledon 2001. Su crisis lleg¨® en el peor momento, porque con las Williams, Davenport, Capriati..., el juego se endureci¨®. Tal vez al 100% se habr¨ªa mantenido. Pero, rozando los 31 a?os, con la exigencia a la que hab¨ªa sometido su cuerpo, un gran palmar¨¦s y mucho dinero, empezar de nuevo era superfluo. As¨ª lo decidi¨®. Ella sola.
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