EL CIRCO DEL SOL SE OCULTA TRAS LA CARPA.
Entresijos del montaje de 'Saltimbanco', el espect¨¢culo del Cirque du Soleil reci¨¦n estrenado en la capital
Un hombre con la cara cubierta de pintura blanca trabaja en un ordenador; una mujer con mascarilla para respirar (porque est¨¢ embarazada y se puede intoxicar) pinta zapatos de colores y un forzudo oriental levanta kilos y kilos con sus exagerados brazos.
Estamos en el circo. Por eso, adem¨¢s de estos tres personajes, hay una docena de campeones de gimnasia, que son acr¨®batas en la pista, dando saltos mortales como locos bajo la atenta mirada de una sastra, que plancha parte del vestuario. Y en una de las dependencias a pocos metros, once ni?os sentados en sus pupitres asisten a clase y todo ocurre a la vez. Estamos en el Cirque du Soleil, una gran compa?¨ªa que funciona como una peque?a ciudad en la que sus habitantes viajan por todo el mundo sin parar.
Esta compa?¨ªa internacional ha contratado en Madrid a 36 j¨®venes como acomodadores
As¨ª que se necesita una escuela, y se necesita comer y tambi¨¦n se necesitan ciertas normas que regulen la convivencia all¨ª dentro. Por ejemplo, no se pueden usar las lavadoras una hora antes de la funci¨®n, porque a partir de ese momento s¨®lo se dedican a la ropa del espect¨¢culo; o hay que lavarse las manos antes de coger los platos del comedor auto-servicio, en el que est¨¢ prohibido fumar. Todo est¨¢ pensado y medido al mil¨ªmetro en esta compa?¨ªa canadiense que, desde el pasado 31 de octubre, representa en Madrid su espect¨¢culo Saltimbanco. As¨ª tiene que ser para que todo funcione bien en un grupo formado por 150 personas que han de sacar adelante una representaci¨®n a la que siempre asisten 2.500 personas. Adem¨¢s, la funci¨®n se graba diariamente por dos motivos: uno, tener material para promociones o para trabajar; otro, porque cada cierto tiempo se saca aleatoriamente una cinta y se env¨ªa a Montreal (Canad¨¢), donde est¨¢n las oficinas centrales.
Ayer la comida consist¨ªa en escalopines, calamares a la romana, col con pimientos, tallarines con queso y br¨®coli y tortilla vegetariana, tal y como indicaba una pizarra colgada en el comedor. 'Siempre hay un men¨² vegetariano y platos que contengan hidratos de carbono, dos tipos de verdura, pescado y carne', explicaba Montse Mor¨¦, la relaciones p¨²blicas y una de las cuatro espa?olas que viajan con este espect¨¢culo. Habla sentada en una de las mesas del comedor: todas son redondas y decoradas con dibujos que hacen los miembros de la compa?¨ªa: en una hay un sol, en otra dos copas de vino, dibujos japoneses y tambi¨¦n est¨¢n en otras los pies y las manos de todos estampadas en colores.
Por detr¨¢s de las mesas asoman los fogones, en los que trabajan cuatro cocineros, que forman parte del Cirque du Soleil, y otros cuantos que se contratan al llegar a cada ciudad. Porque los 150 componentes de la compa?¨ªa necesitan un buen refuerzo: otras cien personas para sacar adelante la funci¨®n.
Carlos D¨¢vila es uno de los 36 j¨®venes seleccionados como acomodadores para la temporada de Madrid, selecci¨®n de la que se ocupa una empresa. 'Creo que buscan gente que hable ingl¨¦s y que sea abierta, que se pueda entender bien con el p¨²blico y con la compa?¨ªa', comenta este joven dise?ador gr¨¢fico de 24 a?os, que adem¨¢s alude a un dato importante, ya que en este circo se juntan 23 nacionalidades distintas que se entienden en ingl¨¦s. D¨¢vila ha comprobado ya lo bien que funciona la organizaci¨®n. Dice que todos tienen una tarjeta en la que se explica claramente aspectos como el momento exacto de abrir una puerta. Y a?ade que le ha sorprendido el esp¨ªritu tan libre de este circo: la ¨²nica norma de apariencia consiste en no llevar piercing externos. 'Se refieren a que no vayamos a aparecer con la ceja llena de imperdibles', explica.
Los gorgoritos que se oyen desde donde est¨¢n las lavadoras (ayer, como era martes, es el d¨ªa que tienen m¨¢s cola porque el lunes no se trabaja) no proceden de una cantante, como cualquiera pensar¨ªa. Es la mujer de uno de los m¨²sicos, que trabaja como sastra. Porque el Cirque du Soleil cuenta con varias familias que viajan unidas, aunque no todos trabajen en el circo. De ah¨ª que se necesite una escuela (oficial), para los ni?os, y tambi¨¦n dos profesoras que viajan con todo el grupo. 'Escogerlas no es nada f¨¢cil. Canad¨¢ exige muchos requisitos. Una tiene que ser especialista en letras y otra en ciencias', explica Montse. Y, cada a?o, los peque?os se examinan por correo. Lo primero que hay que ense?ar a muchos de ellos es el ingl¨¦s o el franc¨¦s.
Esta peque?a ciudad tiene tambi¨¦n su alcalde, que es el director de gira, y concejales, que son los representantes de cada departamento. Ayer tocaba reuni¨®n semanal, que se celebra en un espacio cercano al bar del p¨²blico. Y en la pista central era el turno del ensayo del n¨²mero del columpio ruso: consiste en lanzar a un hombre, que se eleva 15 metros y cae en una colchoneta. 'Desde esa altura es como caer en una caja de cerillas', comentaaban los artistas. Todos ellos, como el resto de sus compa?eros, son campeones de gimnasia. Incluso hay medallistas. No en vano el Cirque du Soleil cuenta con esp¨ªas que van a los Juegos Ol¨ªmpicos y a las competiciones importantes para fichar nuevos valores.
Las cuentas de un circo
Cada fin de semana, 60.000 personas ven un espect¨¢culo del Cirque du Soleil en todo el mundo. Las cuentas salen porque, en estos momentos, hay ocho espect¨¢culos distintos girando por el mundo.
All¨ª donde aterrizan -y esta vez le ha tocado al barrio de Moratalaz-, se pone a punto una superficie de 3.000 metros cuadrados. Su propia gente se ocupa de allanar, nivelar y asfaltar. A continuaci¨®n, llegan los 54 camiones con el material para montar las carpas: solamente la principal (mide 50 metros de di¨¢metro) necesita 134 palos laterales, 450 estacas y cuatro m¨¢stiles de 25 metros de altura. Llegan tambi¨¦n 28 kil¨®metros de cable destinados a iluminaci¨®n, sonido, electricidad y tel¨¦fono. Y luego se presentan 58 remolques transportando 850 toneladas de equipo. Adem¨¢s, esta ciudad ambulante es aut¨®noma en lo que a electricidad se refiere, ya que cuenta con tres generadores.
El resultado de todo ello se llama Saltimbanco, un espect¨¢culo al que ayer su director art¨ªstico, Pierre Parisien, defin¨ªa como 'una fiesta para los ojos llena de color y energ¨ªa, en el que participan 52 personas de distinta formaci¨®n'.
Y es que tal y como explicaba el mismo Parisien, para cada uno de los n¨²meros han ido buscando por todo el mundo al int¨¦rprete perfecto.
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