Ignas vence a la burocracia
Un lituano de 12 a?os sin permiso de residencia logra inscribirse como futbolista
'Soy un ni?o de 12 a?os llamado Ignas Klemunski, de Lituania. Vivo en Espa?a dos a?os y medio. Me gusta mucho el f¨²tbol y quiero ser un gran jugador. Me gusta mucho vivir en Espa?a y cuando sea grande quiero jugar en un equipo de Espa?a y tambi¨¦n aqu¨ª hay muy buenos entrenadores. Tengo muchos amigos que me ayudan en los estudios y en idioma espa?ol, aunque ya s¨¦ bastante. Me gustar¨ªa mucho competir con otros equipos, pero no puedo porque no tengo la ficha. Hace un a?o entregamos los papeles para que me hagan la residencia en Almer¨ªa pero la mujer de la oficina no ha hecho nada y se olvid¨® de m¨ª. Ahora tengo que hacer todo de nuevo, entonces este a?o tampoco podr¨¦ participar como oficial. Mi madre y mi padre tienen los papeles, pero yo no. Me da miedo pensar que tengo que esperar mi residencia otro a?o m¨¢s. Se?or presidente, por favor, ay¨²deme para que pueda jugar en el mundialito y estar con mi equipo. Espero su respuesta. Gracias'.
Con esta carta, dirigida a Eduardo Herrera, presidente de la Federaci¨®n Andaluza de F¨²tbol, el peque?o Ignas pretend¨ªa dar un paso con el que espantar la tristeza que le produjo no poder participar de la victoria de su equipo de alevines de Hu¨¦rcal-Overa (Almer¨ªa) en el mundialito de 2001 en Torredonjimeno por carecer de permiso de residencia.
Su voluntad y el apoyo de sus compa?eros, de su entrenador y del concejal de Deportes de Hu¨¦rcal-Overa han conseguido, sin embargo, que esa situaci¨®n cambie. Y es que la carta que escribi¨® Ignas de su pu?o y letra no cay¨® en saco roto. Conmovidos por la ilusi¨®n que encerraban esas l¨ªneas, los responsables de la Federaci¨®n Andaluza de F¨²tbol accedieron a la petici¨®n del peque?o, que ya tiene su ficha y, por tanto, el camino libre para jugar en cualquier competici¨®n.
'Cuando estuvimos en Torredonjimeno lo pas¨¦ fatal porque no pod¨ªa jugar con mis compa?eros. Estaba triste, aunque luego tambi¨¦n contento porque ganamos el partido', explica Ignas, que lleva cinco a?os jugando al f¨²tbol. 'Cuando estaba en Lituania me entrenaba con mi padre. Ahora juego de centrocampista y tambi¨¦n de interior derecho. Me gusta Espa?a y en el colegio lo que m¨¢s me gusta es la Educaci¨®n F¨ªsica y la Historia', afirma este peque?o hincha del F¨²tbol Club Barcelona que sue?a con emular alg¨²n d¨ªa los pasos de Saviola y Luis Enrique.
Juan Pardo, el entrenador de Ignas, que este a?o ha pasado a formar parte del equipo de infantiles, asegura que el ni?o es un buen jugador y comparte con los compa?eros del chaval la alegr¨ªa de poder contar con ¨¦l para disputar partidos oficiales. 'Es un buen compa?ero de equipo y tambi¨¦n en el colegio. Es muy buen estudiante', aseguran Pedro Lloris y Juan Carlos Pardo, dos de los peque?os que juegan en el mismo equipo que Ignas y comparten aula con ¨¦l.
Un caso que puede abrir camino
Ignas Klemunski, que tiene una hermana de 18 a?os en Lituania, ha logrado integrarse perfectamente en Almer¨ªa. Su caso puede ser el punto de arranque para que otros chavales inmigrantes tengan tambi¨¦n la oportunidad de competir en encuentros oficiales con sus escuelas, al margen de que tengan o no regularizada su situaci¨®n en Espa?a. En eso, al menos, conf¨ªa Antonio L¨®pez, concejal de Deportes de Hu¨¦rcal-Overa. 'Es absurdo que no dejaran jugar a Ignas porque las escuelas deportivas no son algo lucrativo. Esto es s¨®lo deporte y creemos que es un buen modo para trabajar en la integraci¨®n de los inmigrantes', explica. Antonio L¨®pez recuerda que hay otros peque?os, en otras disciplinas deportivas, que se encuentran en la situaci¨®n en la que hasta ahora estaba Ignas y que tambi¨¦n deber¨ªa de poder tener su ficha y competir en igualdad de condiciones con sus compa?eros espa?oles o de pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. Las escuelas deportivas de Hu¨¦rcal-Overa, donde juega Ignas, comenzaron a funcionar hace seis a?os. Al f¨²tbol juegan 250 ni?os y en todas las actividades deportivas que ofrecen participa un millar de peque?os. Todo un ¨¦xito en un municipio de unos 17.000 habitantes. 'En este pueblo hay centros educativos donde tenemos ha chavales de hasta 17 nacionalidades distintas. Son ni?os y tenemos que trabajar para que se integren lo mejor posible. Para eso, una de las herramientas que tenemos son estas escuelas deportivas. Desde ellas, lo que pretendemos no es fomentar la competitividad, sino impulsar aspectos como la afectividad de los chavales, independientemente de que sean espa?oles o de cualquier otra nacionalidad', subraya el concejal Antonio L¨®pez. El precedente que ha sentado el caso de Ignas quiz¨¢s pueda ayudar a normalizar una situaci¨®n que afecta a otros ni?os que s¨®lo piensan en el deporte, sin echarle cuentas a toda esa mara?a de papeles, burocracia, leyes y dem¨¢s obst¨¢culos contra los que, en demasiadas ocasiones, se estrella la l¨®gica.
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