?Por qu¨¦ tan agresivo?
Ha llamado la atenci¨®n la agresividad con que Aznar se dirige ¨²ltimamente a Zapatero, y precisamente en relaci¨®n al desaf¨ªo nacionalista, sobre el que m¨¢s necesario parece el entendimiento entre los dos grandes partidos. El domingo pasado le compar¨® con un globo pinchado y le conmin¨® a definir su modelo de Estado y a decir claramente si est¨¢ a favor o en contra de la reforma de la Constituci¨®n y de los Estatutos vasco y catal¨¢n. Tambi¨¦n dijo que el proyecto de Espa?a del PP no es que sea el mejor, sino el ¨²nico que hay.
Ya casi se ha olvidado, pero el PSOE ten¨ªa un discurso similar a comienzos de los noventa. Cuando el PP, en la oposici¨®n, se apuntaba a todo lo que se moviese, incluyendo la reforma de Estatutos como el de Arag¨®n o el rechazo de los planes hidr¨¢ulicos que presentaba Borrell, los socialistas se proclamaban ¨²nica garant¨ªa de cohesi¨®n nacional y vertebraci¨®n territorial. Y eran reticentes a reformas constitucionales como la que hab¨ªa propuesto Aznar en 1994 (en el libro Espa?a. La segunda transici¨®n) para transformar el Senado en una verdadera C¨¢mara territorial. La propuesta era similar a la que ahora plantean los socialistas como f¨®rmula de cierre del desarrollo del Estado auton¨®mico.
La semana pasada se present¨® en Madrid el libro de Enric Argullol Desarrollar el autogobierno (Pen¨ªnsula, 2002). Se trata de un concienzudo y solvente intento de dar respuesta a la cuesti¨®n (planteada en su momento por Pujol al autor) de si era posible aumentar el autogobierno de Catalu?a sin cambiar el marco institucional. La respuesta de Argullol, tras estudiarlo competencia a competencia, es que s¨ª: que caben interpretaciones flexibles de la Carta Magna que permiten modificar el reparto competencial.
Sin embargo, no basta que algo sea posible para hacerlo deseable. Por supuesto, la l¨ªnea de demarcaci¨®n competencial de la Constituci¨®n pod¨ªa haber pasado un poco m¨¢s aqu¨ª o algo m¨¢s all¨¢, pero una vez fijada, y demostrado que garantiza un autogobierno real, no es l¨®gico el empe?o de moverla permanentemente en favor de las comunidades. Los nacionalistas suelen presentar su pretensi¨®n como respuesta a situaciones que ponen de relieve problemas de funcionalidad del Estado auton¨®mico. Pero ese criterio tambi¨¦n podr¨ªa servir para recortar competencias en su d¨ªa reconocidas. Una cosa es adaptar el sistema, para hacerlo m¨¢s eficaz, ante hechos como la entrada de Espa?a en la UE, que aconsejar¨ªa establecer un sistema de representaci¨®n de las autonom¨ªas en Bruselas, y otra la obsesi¨®n por aumentar las competencias.
El Estatuto es el marco de juego. Cada partido pondr¨¢ el acento en unas u otras prioridades, pero dentro de unas reglas compartidas. Intentar cambiar ese marco desde una mayor¨ªa parlamentaria (o incluso sin ella, como Ibarretxe) es desestabilizador. Quien quiera reformar el Estatuto (o hacer uno nuevo, como Artur Mas) tendr¨¢ que demostrar antes que es compatible con la l¨®gica del Estado de las autonom¨ªas (sin el que no habr¨ªa autogobierno) y que cuenta con un consenso no inferior al que respald¨® su aprobaci¨®n. La reforma del Senado (y, para ello, la de la Constituci¨®n) corresponde al criterio de perfeccionamiento del sistema auton¨®mico; la de los estatutos en una l¨®gica confederal o soberanista, al de su voladura.
Eso es lo que intenta asentar Zapatero en su partido frente a los Od¨®n Elorza y compa?¨ªa. Hasta hace poco, el PP era respetuoso con el esfuerzo del secretario general socialista para vencer esas resistencias porque, como dec¨ªan sus portavoces cuando le llevaba 10 puntos de ventaja al PSOE en las encuestas, hay acuerdo en lo fundamental.
?Por qu¨¦ entonces ese empe?o de Aznar por dar argumentos con sus provocaciones y emplazamientos a quienes empujan a Zapatero a romper todo entendimiento con el PP? Una raz¨®n (infame) ser¨ªa ¨¦sta: porque ha sido ese entendimiento, mantenido contra viento y marea incluso en los temas m¨¢s delicados, como la ilegalizaci¨®n de Batasuna, lo que ha convertido a Zapatero en alternativa veros¨ªmil. ?Y por qu¨¦ con tanta agresividad personal cuando no va a competir con ¨¦l en 2004? Porque si ganara Zapatero frente al candidato designado por Aznar, ¨¦ste sufrir¨ªa algo peor que la derrota: quedar¨ªa en rid¨ªculo ante los suyos, que no le perdonar¨ªan haber renunciado, por mantener su palabra, a presentarse (y a ganar). Por eso est¨¢ tan agresivo desde que las encuestas reflejan un empate t¨¦cnico.
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