Los comunistas chinos relevan su direcci¨®n sin purgas ni muertes por primera vez en la historia
Jiang Zemin deja hoy el poder junto con la c¨²pula del PCCh, salvo el nuevo l¨ªder, Hu Jintao
Jiang Zemin abandona hoy oficialmente el liderazgo del Partido Comunista Chino (PCCh) y arrastra en su retirada a todo el Comit¨¦ Permanente del Bur¨® Pol¨ªtico, el principal ¨®rgano de poder en China. La excepci¨®n es Hu Jintao, de 59 a?os, que permanece porque ma?ana debe ser elegido nuevo secretario general del PCCh. El partido fundado por Mao Zedong hace 81 a?os realiza as¨ª la primera sucesi¨®n pol¨ªtica ordenada de su historia, sin purgas y sin muertes de por medio y en un momento de enorme vitalidad del pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo.
Los 2.114 delegados, cuidadosamente elegidos o m¨¢s bien designados tras meses de arduas negociaciones entre las diversas corrientes del PCCh, votaron ayer a los aproximadamente 330 miembros del Comit¨¦ Central de una lista de 360 nombres. Los nuevos mandarines de una China que s¨®lo tiene de comunista el nombre, se dar¨¢n a conocer oficialmente hoy, poco antes de la ceremonia de clausura del XVI Congreso, conocido como el 'c¨®nclave del cambio', porque supone la mayor renovaci¨®n de cargos jam¨¢s habida en el partido y la cesi¨®n del b¨¢culo de la tercera a la cuarta generaci¨®n de dirigentes comunistas.
Jiang, de 76 a?os, no aparece en esa lista, un hecho que lo convierte en un militante de base. El primer ministro, Zhu Rongji, el presidente de la Asamblea Popular Nacional (APN), Li Peng, y los restantes tres magn¨ªficos tambi¨¦n son ya sencillos n¨²meros entre los 66 millones de miembros del partido. S¨®lo Zhu parece alegrarse de abandonar el poder, los dem¨¢s han tratado in¨²tilmente de conservarlo. En medios del PCCh se asegura que Jiang se ha ido para arrastrar a Li, el m¨¢s ortodoxo de los siete. Adem¨¢s, Jiang ha maniobrado hasta eliminar a su principal rival pol¨ªtico, Li Riuhuan, de 68 a?os, que hasta hace apenas dos meses se daba por seguro que permanecer¨ªa en el Comit¨¦ Permanente y se convertir¨ªa en el nuevo presidente de la APN.
En el pleno que tiene previsto celebrar en marzo la Asamblea, los que han perdido sus galones en el partido, los perder¨¢n en el Estado, y sus sustitutos habr¨¢ que buscarlos entre los que ma?ana salgan elegidos miembros del nuevo Comit¨¦ Permanente, que supuestamente tendr¨¢ nueve miembros para acomodar mejor a las distintas corrientes del PCCh. Todo apunta, sin embargo, a que Jiang, como hizo en su d¨ªa el llamado arquitecto de la reforma, Deng Xiaoping, se reserve la presidencia de la Comisi¨®n Militar, el ¨®rgano que controla al Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n, el m¨¢s numeroso del mundo, con 2,4 millones de soldados.
Jiang deja el PCCh despu¨¦s de haber introducido en su militancia a los antiguos 'enemigos del pueblo', a los propietarios, banqueros, empresarios y multimillonarios. En el plano econ¨®mico, los 13 a?os que ha permanecido en el poder han representado un importante avance para China. Su tierra, Shanghai, ha sido la que m¨¢s se ha beneficiado.
En el plano pol¨ªtico, Jiang se marcha tras conseguir la aprobaci¨®n por el congreso de un documento que se?ala que la liberalizaci¨®n econ¨®mica no puede trasladarse a otras facetas de la vida de los ciudadanos. El texto pide que durante este periodo de transici¨®n a la econom¨ªa de mercado se mantenga un 'f¨¦rreo control' sobre los cambios que se producen en la sociedad y a?ade que no debe tolerarse ning¨²n tipo de reto al poder absoluto del PCCh.
Las fuertes disparidades, tanto sociales como interregionales, que est¨¢n apareciendo en China como consecuencia de 20 a?os de desarrollo acelerado se est¨¢n transformando en el germen del descontento de los m¨¢s desfavorecidos: los obreros que pierden sus empleos en la reestructuraci¨®n de las grandes empresas estatales y los campesinos. Peque?os focos de protesta de unos y otros se repiten sin cesar. Zhang Junjiu, vicesecretario de la Uni¨®n de Sindicatos de China, declar¨® el lunes que est¨¢ prevista una 'fuerte expansi¨®n' de estos sindicatos verticales para 'ayudar mejor' a los obreros en sus necesidades.
En Pek¨ªn, sin embargo, mucha gente se ha mostrado satisfecha con la situaci¨®n actual. 'No me importa si es Jiang o Hu, lo que quiero es que la pol¨ªtica no cambie', afirma una dependienta de Wangfuying, la calle m¨¢s comercial de toda la capital.
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