Cumplea?os infeliz para los Windsor

Los problemas acumulados en las ¨²ltimas semanas por la casa real brit¨¢nica empa?aron ayer lo que ten¨ªa que haber sido una fiesta mayor para los Windsor: la que un grupo de amigos ofreci¨® anoche a la reina Isabel II y al pr¨ªncipe heredero, Carlos de Inglaterra. Ella ha cumplido en 2002 medio siglo de reinado; ¨¦l, celebraba su 54 cumplea?os.

Ni la huelga de bomberos, ni la oto?al lluvia que empapaba Londres, ni el aluvi¨®n de cr¨ªticas que por el caso Burrell (el mayordomo de lady Di acusado de apropiarse de algunas de sus pertenencias) ha ca¨ªdo sobre la monarqu¨ªa brit¨¢nica, ni las pocas ganas de fiesta que tiene la reina, seg¨²n ha trascendido, impidieron ayer el baile de gala en los salones del Ritz. 'Aunque la familia real no est¨¢ para fiestas, era demasiado tarde para cancelarla', aseguraba la corresponsal de la BBC en el palacio de Buckingham.

Ayer trascendi¨® un detalle que puede sosegar a los Windsor: el antiguo criado, que ha acusado de violaci¨®n a un alto sirviente del pr¨ªncipe Carlos, hizo lo propio en otras dos ocasiones que, seg¨²n Scotland Yard, resultaron falsas. George Smith, que dice haber sido sodomizado en 1989 por un superior, acudi¨® a la polic¨ªa en mayo y octubre de 1999 para denunciar delitos similares (la violaci¨®n por dos hombres) y en ambos casos acab¨® retirando la denuncia.

La supuesta violaci¨®n y los otros problemas palaciegos est¨¢n siendo investigados por el secretario personal del pr¨ªncipe Carlos, sir Michael Peat. Entre los asuntos, la investigaci¨®n interna deber¨¢ esclarecer si es cierto que el entorno del pr¨ªncipe Carlos encubri¨® las acusaciones de violaci¨®n planteadas por Smith en 1997, cuando se decidi¨® a explicar su caso a la princesa Diana. El asunto no lleg¨® a o¨ªdos de Scotland Yard hasta varios a?os despu¨¦s, cuando investigaba el supuesto robo de 310 objetos personales y documentos de Diana a manos de su mayordomo, Paul Burrell.

?ste, que qued¨® absuelto recientemente, hab¨ªa informado a la reina de su decisi¨®n de llevarse algunos de esos objetos para evitar su robo. El silencio de Isabel II, que s¨®lo lo interrumpi¨® en el ¨²ltimo momento, estuvo a punto de costarle la c¨¢rcel.