Blair, dispuesto a usar la fuerza si persiste la huelga de bomberos
La muerte de tres ancianos lleva al Gobierno a amenazar con romper los piquetes
El primer tramo de la huelga de bomberos en el Reino Unido ha provocado el caos del metro en Londres al negarse a trabajar 100 conductores por motivos de seguridad y una escalada del enfrentamiento entre el Gobierno y los huelguistas. El viceprimer ministro John Prescott, vieja gloria del laborismo, amenaz¨® con romper los piquetes y requisar los camiones de bomberos si no se aplaza el segundo tramo: ocho d¨ªas de paro desde el 22 de noviembre.
Esta tarde, a las seis, acaba el primer tramo de la huelga: 48 horas de paro, que han acrecentado la distancia entre las partes enfrentadas. La primera noche de huelga se cerr¨® con el dram¨¢tico balance de tres ancianos muertos en otros tantos incendios, un saldo que dobla el promedio de muertes por incendio en tiempos de paz social.
Quiz¨¢ esas muertes sean s¨®lo una desgracia estad¨ªstica, pero al menos en uno de los casos parece que el retraso en la llegada de la patrulla del Ej¨¦rcito encargada de apagar el fuego ha podido precipitar el fallecimiento por asfixia del inquilino de un tercer piso en llamas.
Evan John Davies, de 86 a?os, viv¨ªa a poco m¨¢s de 500 metros del parque de bomberos de Dudley, en los West Mid-lands, pero tuvo que esperar m¨¢s de 20 minutos hasta que lleg¨® una de las vetustas Diosas Verdes, como se conoce a los camiones de bomberos que el Ej¨¦rcito ya utiliz¨® hace 25 a?os para sofocar los fuegos durante la ¨²ltima huelga de bomberos que tuvo lugar en el pa¨ªs.
Los bomberos exigen un aumento del 40% en sus salarios y la patronal ofrece el 11% en dos a?os. La oposici¨®n, sedienta de sangre pol¨ªtica, se ha echado a la yugular del Gobierno laborista por no haber sabido reconducir el conflicto, pero tambi¨¦n por no haberse decidido antes a utilizar la moderna maquinaria de la que disponen los bomberos, protegida en las cocheras por los piquetes.
Prescott, una vieja gloria del laborismo de siempre, amenaz¨® ayer con requisar esas m¨¢quinas y hacerlo a la fuerza si es necesario, incluso rompiendo los piquetes, si no se suspenden los ocho d¨ªas consecutivos de huelga convocados a partir del 22 de noviembre.
Pero la medida puede resultar poco pr¨¢ctica, pues no est¨¢ claro que el Ej¨¦rcito est¨¦ en condiciones de utilizar correctamente un material tan sofisticado, que requiere varias semanas, sino meses, de entrenamiento.
El conflicto provoc¨® ayer el caos del transporte en Londres. La empresa del metro hab¨ªa decretado el cierre de las 22 estaciones que utilizan ascensores, y no escaleras autom¨¢ticas. Era un mal relativamente menor al lado de lo que realmente ocurri¨®: un centenar de conductores del metro se negaron a trabajar alegando que no se daban las condiciones de seguridad suficientes debido a la huelga de los bomberos, obligando a suspender el servicio en una de las l¨ªneas principales reduci¨¦ndolo a la mitad en otras dos.
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