Mariza: el fado coge color
En Portugal ya hay quien la ha dado en llamar 'la Eminem del fado', en referencia a esa llamativa cabellera rapada al dos y te?ida de rubio claro. El personaje responde al nombre de Mariza Brand?o y ha contravenido algunos paradigmas est¨¦ticos de las fadistas tradicionales, de siempre ce?idas al negro riguroso y un rictus de extrema severidad. A Mariza no le importa presumir de juventud -tiene 27 a?os-, frescura y chales coloristas, sin que por ello su canto deje de ser profundo y can¨®nico. De hecho, entre sus colaboradores m¨¢s estrechos figuran dos music¨®logos que velan por la pureza e idoneidad del repertorio.
Todos estos principios se han vertido en un deb¨² discogr¨¢fico, Fado em mim (World Circuit/Resistencia), que bordea ya la condici¨®n de acontecimiento musical en el pa¨ªs vecino. Con m¨¢s de 30.000 ejemplares despachados, una cifra muy elevada para el mercado portugu¨¦s, Fado em mim encabeza una revoluci¨®n fadista como no se conoc¨ªa en el estuario del Tajo desde los mejores tiempos de la divina Am¨¢lia Rodrigues.
Brand?o ha llegado a ser una fadista extraordinaria casi m¨¢s por la voluntad de su padre que por iniciativa propia. Natural de Mozambique -all¨ª convivi¨® con 28 primos y los ?16! hermanos de mam¨¢-, a los tres a?os se instal¨® en el viejo barrio lisboeta de Mouraria, donde la familia regentaba un local de restauraci¨®n y fados. Ya desde entonces, el padre, Jos¨¦, se encarg¨® de que aquella chiquilla de largo pelo trenzado aprendiera desgarradas historias de amor, saudade y desamparo. 'Yo no sab¨ªa leer, claro, pero ¨¦l me transcrib¨ªa las letras con dibujitos', recuerda ahora la fadista, divertida. 'Adem¨¢s, pap¨¢ invert¨ªa noches enteras en escuchar la radio y grabar en una casete la m¨²sica que le llamaba la atenci¨®n. Y a la ma?ana siguiente, mientras preparaba mi desayuno, me dec¨ªa: 'Atenta, menina, f¨ªjate qu¨¦ canci¨®n tan bonita descubr¨ª anoche...'.
Paseando por las calles de Mouraria, Mariza tambi¨¦n pudo rastrear la huella de una antigua vecina ilustre, Mar¨ªa Severa, a la que las cr¨®nicas se?alan como amante del conde de Vimioso y primera int¨¦rprete de fados en Lisboa. Casi dos siglos m¨¢s tarde, Mariza evoca, con un punto de picard¨ªa, su figura en cada concierto. Y proclama: 'El fado ha puesto m¨²sica casi a la mitad de la historia moderna de Portugal. Es imposible no sentirlo como parte del alma'.
El ¨¦xito de Fado em mim corrobora el silencioso proceso de rehabilitaci¨®n experimentado por este g¨¦nero, al que no han sido ajenos los nombres de M¨ªsia (Garras dos sentidos), K¨¢tia Guerreiro (Fado maior), Cristina Branco (Post-Scriptum), Mafalda Arnauth (Esta voz que me atravessa), Caman¨¦ (Na linha da vida) o la prodigiosa Ana Sof¨ªa Varela, todav¨ªa in¨¦dita en Espa?a. Mariza admite que, tras la Revoluci¨®n de los Claveles, el fado sufri¨® el azote de los prejuicios. 'El r¨¦gimen de Salazar erigi¨® el pa¨ªs en torno a Las tres efes: fado, f¨²tbol y F¨¢tima. Ha llevado alg¨²n tiempo sacudirnos esa filiaci¨®n subconsciente del fado como algo viejo y reaccionario. Ahora podemos disfrutar nuevamente de esta m¨²sica como un bien precioso y sin ligazones pol¨ªticas'.
Mariza puede atestiguar
ese reverdecer en primera persona. Ha ejercido como cicerone del actor Gerard Depardi¨¦u por la noche lisboeta ('se qued¨® prendado de Petisqueira, mi local favorito en el barrio de Alc¨¢ntara') o triunfado en el prestigioso programa de Jools Holland en la BBC brit¨¢nica, por donde jam¨¢s hab¨ªa desfilado un int¨¦rprete de fado. Presume, adem¨¢s, de una buena amistad con el presidente de su pa¨ªs, Jorge Sampaio, que incluso la llam¨® para amenizar una reciente visita a Lisboa de Berlusconi. 'A Silvio le gustaron los fados, en contra de lo que se pudiera pensar. Se lo not¨¦ en la mirada: con los ojos es imposible mentir'.
El pasado 1 de octubre, el Grande Audit¨®rio de Bel¨¦m, uno de los m¨¢s nobles escenarios lisboetas, fue testigo del primer recital de Mariza en la ciudad de las siete colinas. Las entradas estaban agotadas desde diez d¨ªas antes. Tras una gira de 42 conciertos por todo el territorio portugu¨¦s, la capital se rend¨ªa al talento de una mujer que acab¨® cantando, a puro pulm¨®n, en mitad de la platea. Y en primera fila, dej¨¢ndose las palmas en cada ovaci¨®n, el bueno de Jos¨¦ Brand?o rompi¨® a llorar.
Mariza. 17 noviembre, Galileo Galilei (Madrid). 18 noviembre, teatro Lope de Vega (Sevilla). 29 noviembre, Aula de Cultura de la CAM (Alicante).
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