Una de 'n¨®madas perp¨¦tuos'

Jos¨¦ Manuel Gonz¨¢lez le tiene cogida la medida al premio Alberto Magno de relatos de ciencia ficci¨®n que organiza la Facultad de Ciencias de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV). Hace dos a?os se present¨® por primera vez. Qued¨® segundo. El a?o pasado, repiti¨®. Fue finalista. Esta vez, su relato Las tribus de la noche ha ganado. A esta 14? edici¨®n se han presentado 52 historias -todas ellas en castellano- desde diversos rincones de Espa?a y 13 pa¨ªses europeos y americanos.

Los 3.000 euros del premio ser¨¢n 'una ayuda para la carrera', explic¨® ayer Gonz¨¢lez. A sus 46 a?os acaba de empezar Ingenier¨ªa T¨¦cnica de Telecomunicaciones en la propia UPV. El dinero le viene bien porque los libros 'cuestan mucho' y la universidad le quita tiempo de su trabajo en su empresa de dise?o de p¨¢ginas web. Antes trabaj¨® durante 18 a?os como t¨¦cnico de telecomunicaciones en una multinacional.

Por primera vez en la historia de este premio todo el palmar¨¦s se ha quedado en la universidad p¨²blica vasca. El segundo premio y el galard¨®n al mejor relato de un miembro de la universidad han sido ex aequo para Jos¨¦ Antonio Cotrina por Amanecer y Santiago Garc¨ªa Alb¨¢s por El cementerio de los androides. Ambos estudiaron Publicidad e intentan vivir de sus relatos. Por ahora les da 'para ir tirando', seg¨²n explicaron ayer poco antes de la entrega de premios. El tercero fue para Jonathan Rubines Garc¨ªa, reci¨¦n licenciado en Biolog¨ªa, por Memoria de especie.

El ganador Las tribus... narra en 47 p¨¢ginas la historia de una comunidad de cient¨ªficos, con la que hace ya mucho que se perdi¨® el contacto, que se han convertido en n¨®madas perpetuos que huyen del amanecer porque la intensidad del sol imposibilita la vida en la zona. Los protagonistas son tres trabajadores (Juli¨¢n, Rashid y Carlos) de una empresa de rescate que antes de recoger a los cient¨ªficos se dedican a investigar c¨®mo logran sobrevivir.

Gonz¨¢lez insiste en que el 'objetivo de la ciencia ficci¨®n no es predecir, sino especular'. El flamante ganador record¨® que escribir ciencia ficci¨®n 'tiene que ser una afici¨®n porque no reporta dinero'. Eso s¨ª, reconoce que Internet ha permitido a los escritores aficionados tener lectores.

Entr¨® en la universidad al ver que necesitaba un bagaje te¨®rico que completara su formaci¨®n pr¨¢ctica y porque 'un t¨ªtulo es f¨¢cil de ense?ar y la experiencia, dif¨ªcil de demostrar'. Pese a que dobla la edad de sus compa?eros en la Escuela de Ingenieros y a su aspecto serio asegura que se ha 'integrado estupendamente, mucho mejor de lo que esperaba'. Lo vive como una aut¨¦ntica aventura aunque ya no tiene 'la agilidad mental de un chaval'.