La sombra de Gescartera
El esc¨¢ndalo de Gescartera ha vuelto al escenario de la actualidad pol¨ªtica y judicial quiz¨¢s con m¨¢s fuerza que cuando estall¨® hace a?o y medio. La hip¨®tesis de que el HSBC (Hong Kong and Shanghai Banking Corporation) ha sido el cauce utilizado para canalizar los 16.000 millones de pesetas estafados a los inversores de Gescartera cobra cada vez mayor verosimilitud. Es posible que este banco sea ese "otro interviniente", al que aludi¨® la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios, instructora del caso, en unas pol¨¦micas declaraciones al peri¨®dico El D¨ªa de C¨®rdoba, que permita averiguar "c¨®mo se ha escapado el dinero y ad¨®nde ha ido a parar".
La relaci¨®n del HSBC con la trama de Gescartera debe aclararse sobre todo en el ¨¢mbito judicial. Y en concreto la cobertura que proporcion¨® este banco a la creaci¨®n de una supuesta sociedad de inversi¨®n colectiva en Luxemburgo, nunca consumada, y que salv¨® a la agencia de valores de Antonio Camacho de ser intervenida por la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en abril de 1999. Hay adem¨¢s otros flecos pol¨ªticos que exigen, si no la reapertura de la comisi¨®n parlamentaria que investig¨® las responsabilidades pol¨ªticas derivadas de la estafa, al menos una explicaci¨®n del Gobierno ante el Parlamento. La sospecha de que el HSBC constituy¨® un para¨ªso fiscal en Espa?a se ha reforzado todav¨ªa m¨¢s tras el informe policial entregado a la juez Palacios, en el que se afirma con rotundidad que la direcci¨®n de este banco en Madrid "conoci¨®, permiti¨®, facilit¨® u ocult¨® la operativa irregular que ha terminado con la desaparici¨®n de los fondos de los clientes de Gescartera".
Aparte de su posible dimensi¨®n delictiva, esa actuaci¨®n bancaria tiene tambi¨¦n una indudable dimensi¨®n pol¨ªtica que apunta al titular de Econom¨ªa y al gobernador del Banco de Espa?a. Algo tendr¨¢n que decir el vicepresidente econ¨®mico Rodrigo Rato y el gobernador Jaime Caruana sobre la impunidad con que una entidad financiera ha podido utilizar el secreto bancario para desviar a trav¨¦s de cuentas opacas el dinero estafado por Gescartera a sus clientes. Se da la circunstancia, adem¨¢s, de que una empresa familiar en dificultades del vicepresidente Rato obtuvo un cr¨¦dito del HSBC en diciembre de 2000. El Gobierno no puede alegar que el caso Gescartera est¨¢ ya zanjado en el Parlamento y que es s¨®lo cuesti¨®n de los tribunales dilucidar lo que ocurri¨®. La comisi¨®n parlamentaria que investig¨® este asunto ha sido superada por los acontecimientos -hay nuevas evidencias sobre el papel desempe?ado por el HSBC en la estafa a trav¨¦s de sus cuentas opacas- y es l¨®gico que la oposici¨®n exija explicaciones al Ejecutivo sobre esas cuentas y los enjuagues contables puestos al servicio de los prop¨®sitos defraudadores de los directivos de Gescartera.
En todo caso, es tarea de la juez Palacios determinar en qu¨¦ medida la direcci¨®n del HSBC en Espa?a se convirti¨® en cooperador necesario del fraude y aclarar d¨®nde se encuentra el dinero estafado por Gescartera a sus clientes. Y es de esperar que, sin desconocer sus innegables dificultades, la investigaci¨®n judicial avance con mayor celeridad que hasta ahora. En este sentido, la personaci¨®n del PSOE en el proceso, acordada por la Audiencia Nacional en contra del criterio de la juez, puede contribuir a agilizarlo m¨¢s que a politizarlo.
El informe policial concluido sobre el modus operandi convenido entre Gescartera y el HSBC personaliza en el ex director general en Espa?a de este banco brit¨¢nico, el mayor del Reino Unido, el montaje de la operativa irregular utilizada para camuflar las operaciones de los directivos de la agencia de valores. El testimonio de Salvador Pastor puede resultar clave, por m¨¢s que su condici¨®n de imputado le haga andarse con pies de plomo como se ha visto en su primera comparecencia ante la juez Palacios, nada clarificadora. Pero todav¨ªa tiene pendientes otras citas y muchas preguntas que contestar, y ser¨¢ dif¨ªcil que de su interrogatorio surja una versi¨®n m¨¢s cre¨ªble que la documentada por la polic¨ªa.
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