El 45% de los ni?os ve programas de televisi¨®n con escenas sangrientas
S¨®lo uno de cada tres cambia de canal o apaga la pantalla, seg¨²n un estudio del CIS
La violencia en televisi¨®n es una mercanc¨ªa cotidiana. Y a los menores de edad parece que les gustan los programas que contienen episodios agresivos. El 45% de los espectadores espa?oles de 7 a 16 a?os opta por seguir viendo un programa cuando se emiten "escenas sangrientas en las que se matan o se pegan unos a otros". S¨®lo uno de cada tres se inclina en estos casos por apagar la pantalla o cambiar de canal (de ellos, ¨²nicamente al 8% les obligan en casa). As¨ª lo pone de manifiesto un estudio del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) sobre La televisi¨®n y los ni?os.
Un informe elaborado por expertos franceses y difundido la semana pasada ha llegado a la conclusi¨®n de que la emisi¨®n de imagenes violentas en televisi¨®n est¨¢ relacionada con el comportamiento de los m¨¢s j¨®venes. Hasta el punto de que sus autores recomiendan la prohibici¨®n de este tipo de programas en horario de especial proteci¨®n a la infancia (entre las 7.00 y las 22.30 horas).
En Espa?a, una encuesta del CIS realizada en 2000 entre 1.787 ni?os en edades comprendidas entre 7 y 16 a?os desvelaba una cierta despreocupaci¨®n de los padres ante los programas que sus hijos ven en televisi¨®n. De hecho, un 43% no limita, durante los d¨ªas laborables, el tiempo que los peque?os dedican a contemplar la peque?a pantalla. La mayor¨ªa consume entre una y dos horas diarias, pero algunos llegan a estar pegados al televisor hasta seis horas.
Adem¨¢s, un tercio de los padres considera que los verdaderos responsables de los espacios que ve el p¨²blico infantil son los programadores de las cadenas de televisi¨®n. Casi la mitad de los ni?os (45%) admite que no suelen recibir consejos de los adultos para determinar los programas que deben ver. El 28% reconoc¨ªa que nunca o casi nunca orienta a sus hijos sobre los m¨¢s convenientes. Adem¨¢s, los adultos tampoco se esfuerzan en prohibir programas que pudieran ser nocivos. El 43% de los ni?os no recibe censuras en este sentido.
La encuesta preguntaba tambi¨¦n por la actitud de los ni?os ante "escenas sangrientas", con golpes o asesinatos. Uno de cada tres optaba por apagar el televisor o cambiar de canal, bien de forma voluntaria (26%) u obligados por sus padres (8%). El 13% se tapaba los ojos y el 45% continuaba viendo el programa.
Respecto a las escenas de sexo o erotismo en las pel¨ªculas, aumenta la proporci¨®n de adultos que impide a los m¨¢s peque?os verlas (16%). Aun as¨ª, el 31% admite que las contempla.
Un reciente informe del Consejo Audiovisual de Catalu?a (CAC) sobre Infancia, violencia y televisi¨®n deja tambi¨¦n de manifiesto la escasa supervisi¨®n que ejercen los tutores por los contenidos audiovisuales que reciben los menores. Pr¨¢cticamente uno de cada tres ni?os (el 30,1%) asegura que tiene el control del mando a distancia de la televisi¨®n en su casa. Adem¨¢s, dos de cada tres entrevistados consideran que no se sienten vigilados mientras miran la pantalla e incluso el 45% de los ni?os, sobre todo los m¨¢s peque?os, dicen que les gustar¨ªa tener compa?¨ªa mientras contemplan la televisi¨®n. Apenas un 10,8% contest¨® que son sus padres quienes eligen el programa que pueden ver. Los propios ni?os (el 83%) son conscientes de que ven mucho o bastante la televisi¨®n.
A la hora de elegir sus programas infantiles preferidos, los ni?os se decantan por dos series de dibujos animados japoneses, los que poseen un mayor n¨²mero de escenas consideradas como violentas por la cultura occidental: Pokemon y Doraemon.
Entre sus conclusiones, el CAC asegura que "los ni?os tienen una capacidad manifiesta de diferenciar claramente entre aquello que es real y lo que es ficci¨®n", seg¨²n el equipo de investigadores de la Universidad Ramon Llull encargado de realizar el trabajo de campo.
Este documento establece que "los entrevistados tienen un buen dominio de los c¨®digos de interpretaci¨®n de los programas televisivos" y que "aunque en algunos momentos se puedan dejar llevar por la imaginaci¨®n y la fantas¨ªa, esto no significa que ignoren que la realidad cotidiana es la realidad por excelencia".
El grupo de investigadores, coordinados por el soci¨®logo Jordi Busquet Duran, entrevist¨® a 443 ni?os de entre 7 y 12 a?os, todos ellos alumnos de cinco colegios p¨²blicos de Barcelona y que representaban distintos perfiles socioecon¨®micos.
Observatorio para controlar la violencia medi¨¢tica
Organizaciones de consumidores, soci¨®logos y pol¨ªticos han dado la voz de alarma sobre los efectos que puede tener la violencia televisiva sobre la real. Un informe de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios conclu¨ªa en a?o pasado que buena parte de la programaci¨®n infantil de las cadenas espa?olas ensalza la violencia como ¨²nico modo de resolver los conflictos. Adem¨¢s, apuntaba que se produce "una expl¨ªcita e inequ¨ªvoca exaltaci¨®n de la venganza". Como dato, se?alaba que la oferta infantil de una cadena p¨²blica emitida un s¨¢bado conten¨ªa 62 actos violentos; es decir, uno cada tres minutos. Un estudio publicado en 2002 por la profesora de Sociolog¨ªa Carmen Garc¨ªa Galera advert¨ªa de que los programas violentos tiene mayor seguimiento por parte de la audiencia infantil que aquellos otros con argumentos pac¨ªficos. Especificaba que los ni?os sienten mayor atracci¨®n hacia espacios que muestran agresividad m¨¢xima que las ni?as. El 43,9% de los escolares de la Comunidad de Madrid encuestados reconoc¨ªa que los programas violentos a los que fueron expuestos les hab¨ªa gustado "much¨ªsimo" y se lo pasaban "estupendamente". Uno de cada tres percib¨ªa la violencia como algo "normal".Para la diputada del PSOE Mercedes Gallizo, los poderes pol¨ªticos deber¨ªan abordar "una seria reflexi¨®n" y "tomar medidas" para erradicar la violencia de los medios audiovisuales. En su opini¨®n, "desde la televisi¨®n se alimentan morbosamente contenidos agresivos y t¨¦tricos" que influyen en la construcci¨®n de la mentalidad de los j¨®venes.Tanto las instancias pol¨ªticas de la oposici¨®n como las asociaciones de telespectadores reclaman la creaci¨®n de un Consejo Superior Audiovisual. Este organismo, constituido en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos, se encargar¨ªa de vigilar el cumplimiento de la directiva comunitaria que prohibe emitir programas susceptibles de perjudicar el desarrollo f¨ªsico, mental o moral de los menores entre las 6.00 y las 22.00.Para controlar las im¨¢genes que reciben los menores, el Consejo Audiovisual de Catalu?a propone la puesta en marcha de un Observatorio sobre la violencia medi¨¢tica encargado de controlar los criterios de se?alizaci¨®n de contenidos que realizan las cadenas. Aboga tambi¨¦n por crear un comit¨¦ que coordine las propuestas de los espectadores, profesionales de los medios de comunicaci¨®n, educadores e investigadores. Por ¨²ltimo, propone incorporar, como un elemento m¨¢s de aprendizaje del ni?o, ense?arle a ver la televisi¨®n.
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