El cantante Benito Lertxundi abraza la vida en 'Nere ekialdean'

Benito Lertxundi (Orio, Guip¨²zcoa, 1942), uno de los m¨¢s grandes trovadores que ha dado la m¨²sica vasca, concibe la vida como un estado de comuni¨®n con la naturaleza. As¨ª lo refleja su nueva entrega, Nere ekialdean (Del lado del sol), una obra c¨®mplice con las filosof¨ªas contemplativas orientales e impregnada de un intenso sabor marino que le sirve para romper un silencio discogr¨¢fico de seis a?os. Lertxundi, que en esta ocasi¨®n se ha rodeado del productor ?ngel Unzu, la coral Xemein o la orquesta de cuerda Et Incarnatus, presentar¨¢ sus nuevos poemas sonoros en Barcelona (21 y 22 de noviembre), Vitoria (28), San Sebasti¨¢n (29) y Bilbao (30).

El hombre que revolucion¨® hace 37 a?os el panorama folcl¨®rico vasco desde el colectivo Ez Dok Amairu (No Somos Trece), junto a Mikel Laboa, Xabier Lete o Julen Lekuona, es ahora "un hombre maduro, que huye del mundo perfectamente codificado y tiende a la carcajada interior", seg¨²n explica. Nere ekialdean le retrata como un poeta profundo, pausado, minucioso. "En los atardeceres me re¨²no con los que huyen del bullicio est¨¦ril, y los inquietos que dudan me alimentan de esperanza", canta en el tema central.

C¨®mplice

Lertxundi confiesa sentirse c¨®mplice de algunos coet¨¢neos ilustres que -como Van Morrison o Bob Dylan- "est¨¢n ya de vuelta, hacen lo que les viene en gana y esconden una media sonrisa". Pero su fascinaci¨®n crece varios enteros en el caso de Leonard Cohen. "Me asombra que permaneciera una d¨¦cada encerrado en aquel monasterio budista y regresara con diez cancioncitas maravillosas, a una por a?o. Y a¨²n me divierte m¨¢s que en todo ese tiempo se ganara el apelativo de El silencioso. Creo que esta historia, alg¨²n d¨ªa, me inspirar¨¢ una canci¨®n", advierte, divertido.

Media docena de las composiciones de Nere ekialdean parten de otros tantos poemas del portugu¨¦s Fernando Pessoa, un hombre que, a juicio de Lertxundi, "huy¨® de las filosof¨ªas acomodaticias, se sinti¨® parte de la naturaleza y me ayud¨® a crecer y a profundizar". Son un pu?ado de versos, en definitiva, sobre la vida y su antagonista ineludible. Como aquellos que dicen: "Cuando yo muera, hijito (...), acu¨¦stame en tu cama y cu¨¦ntame cuentos, si acaso despierto".

"Hablar sobre la muerte", admite el de Orio, "constituye uno de mis deportes favoritos". Y se explaya: "Forma parte de nuestra naturaleza y todos somos candidatos a conocerla. ?Por qu¨¦ no estar tranquilos, entonces? La ¨²nica verdad consiste en atender al d¨ªa de hoy y sentirse parte de este planeta, de esta vida. Quienes viven atemorizados por el devenir cometen un grave error".

Por todo ello, Benito Lertxundi presume de paladear cuanto le ofrece cada nuevo d¨ªa. Revela que invierte largas horas mirando el mar ("es mi chimenea espiritual") y que los mejores versos y melod¨ªas le han sorprendido paseando en bicicleta o al volante del coche, en soledad.