Dif¨ªcil decisi¨®n frente al tumor de pr¨®stata

Antes se consideraba un c¨¢ncer de ancianos, y se hablaba de ¨¦l en susurros, pero ahora cada vez hay m¨¢s hombres, incluso de menos de sesenta a?os, que piden realizarse la prueba. Y a muchos de ellos les diagnostican un tumor. El problema se plantea entonces: ?qu¨¦ hacer?

El tumor puede crecer con tanta lentitud que pasar¨ªa inadvertido.

Los m¨¦dicos dicen con frecuencia que la mayor¨ªa de los afectados muere con c¨¢ncer de pr¨®stata, no de ¨¦l. Michael J. Barry, jefe de la unidad de medicina general del Massachussets General Hospital, de Boston afirma: "Sabemos por las autopsias que m¨¢s de la mitad de los hombres mayores tienen c¨¢ncer de pr¨®stata. Pero s¨®lo un 3% de los hombres mueren de ¨¦l". "Muchos de los c¨¢nceres que encontramos no est¨¢n destinados a matar", a?ade.

Pero tambi¨¦n los hay que matan. Cuando el tumor se extiende m¨¢s all¨¢ de la pr¨®stata, normalmente hacia los huesos, ya no puede frenarse su avance. Los tratamientos, que no son curativos, utilizan f¨¢rmacos que bloquean la producci¨®n de testosterona, porque la hormona alimenta el crecimiento de las c¨¦lulas cancer¨ªgenas. Pero tambi¨¦n causan impotencia, p¨¦rdida de masa ¨®sea y muscular, sofocos y sensaci¨®n general de apat¨ªa y malestar.

El c¨¢ncer de hueso tambi¨¦n puede ser terriblemente doloroso. As¨ª, una vez encontrado un peque?o tumor, muchos hombres prefieren que les destruyan la gl¨¢ndula prost¨¢tica, con tumor y todo.

Aunque la mayor¨ªa de los afectados cree que debe hacer algo contra el c¨¢ncer lo antes posible, la mayor¨ªa de los expertos m¨¦dicos afirman, de hecho, que a menudo el c¨¢ncer de pr¨®stata no reviste urgencia. Seg¨²n Albert G. Mulley Jr., m¨¦dico internista del Massachussetts General, que estudia la toma de decisiones m¨¦dicas, el tiempo que transcurre desde que un tumor se descubre en la pr¨®stata hasta que ¨¦ste es suficientemente grande como para escapar de la gl¨¢ndula -si es que llega a crecer hasta ese punto- puede ser de a?os. Eso significa que la mayor¨ªa de los hombres tienen mucho tiempo para decidir qu¨¦ hacer con su tumor. Si tiene 75 a?os o m¨¢s, quiz¨¢ prefiera no hacer nada, especialmente si tiene otras dolencias cr¨®nicas. "Ah¨ª es cuando los enfoques conservadores merecen una consideraci¨®n seria", opina Peter C. Albertsen, ur¨®logo de la Cl¨ªnica Universitaria de la Universidad de Connecticut.

En el caso de los hombres m¨¢s j¨®venes, la cuesti¨®n es diferente. En su caso, sus opciones quiz¨¢ est¨¦n determinadas por lo agresivo que parezca su tumor. Los pat¨®logos, al observar un tumor al microscopio, le asignan una calificaci¨®n que indica la extensi¨®n de las c¨¦lulas defectuosas.

Otro elemento para calibrar el riesgo que reviste un tumor es su nivel de PSA, que indica cu¨¢ntas c¨¦lulas cancer¨ªgenas podr¨ªan andar merodeando por el cuerpo. Si el c¨¢ncer se ha extendido, es improbable que la cirug¨ªa para extirpar la pr¨®stata tenga ¨¦xito, y el ¨²nico m¨¦todo es la radiaci¨®n y la quimioterapia.

La situaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil se da en los casos en que no est¨¢ claro si hay migraci¨®n de c¨¦lulas cancer¨ªgenas, porque el paciente debe decidir si someterse o no a un tratamiento que puede tener consecuencias graves, sabiendo que el c¨¢ncer quiz¨¢ se haya desplazado ya fuera de la pr¨®stata, lo cual har¨ªa que el tratamiento para extirparla o destruirla fuese in¨²til.

Los tratamientos m¨¢s comunes son la cirug¨ªa para extirpar la pr¨®stata, haces de radiaci¨®n dirigidos a la pr¨®stata para destruirla y semillas radiactivas implantadas en el interior de la gl¨¢ndula para erradicarla de dentro afuera.

Hasta comienzos de este mes, no hab¨ªa un estudio riguroso que demostrase si tratar de manera precoz los tumores de pr¨®stata previene la muerte por c¨¢ncer. Pero un proyecto realizado en Suecia, en el que participaron 695 hombres asignados aleatoriamente a la extirpaci¨®n de la pr¨®stata o a renunciar al tratamiento, ha descubierto que los hombres sometidos a operaci¨®n quir¨²rgica ten¨ªan menos probabilidades de fallecer de c¨¢ncer de pr¨®stata en los siguientes 6,2 a?os. El estudio, sin embargo, dej¨® preguntas sin responder. La tasa de fallecimientos total no cambiaba: en cada uno de los grupos mor¨ªa aproximadamente el mismo n¨²mero de hombres, posiblemente porque en cualquier caso un hombre salvado de pr¨®stata de c¨¢ncer podr¨ªa haber muerto de otra enfermedad.