Un territorio con los recursos supeditados al agua
El Plan Hidrol¨®gico Nacional prev¨¦ trasvasar a la Comunidad Valenciana alrededor de 400 hect¨®metros c¨²bicos
De acuerdo con el argumentario del Plan Hidrol¨®gico Nacional (PHN) las cuencas mediterr¨¢neas muestran una escasez natural de recursos que puede resultar "limitante". Esa amenaza se intensifica entre el cabo de la Nao (Alicante) y Sierra Nevada (Granada), o lo que es lo mismo: la parte meridional de la cuenca del J¨²car, la totalidad de la del Segura y la zona oriental de la cuenca del Sur. Una parte de la Comunidad Valenciana se encuentra en esas circunstancias, que se agravan por la concentraci¨®n de poblaci¨®n y la tendencia a la conurbaci¨®n litoral, acentuada por el desarrollo tur¨ªstico (que incrementa en un 10% anual la poblaci¨®n servida y aumenta el consumo de agua por las numerosas actividades recreativas). Y con una previsi¨®n de demanda que en 20 a?os crecer¨¢ un 36%.
En 1999 la Comunidad Valenciana ten¨ªa declaradas 359.995 hect¨¢reas de regad¨ªo
La cuenca del J¨²car posee unos recursos de 3.432 hect¨®metros c¨²bicos, seg¨²n el PHN
Ni Francia, ni Grecia, ni Italia tienen regad¨ªo en las proporciones valencianas
Asimismo, la industria, con las mismas pautas de la poblaci¨®n, tiene una concentraci¨®n en el litoral mediterr¨¢neo "especialmente en las comunidades de Catalu?a, Valencia y Murcia", y seg¨²n las previsiones del PHN con una evoluci¨®n de la demanda que se incrementar¨¢ en un 25% en 20 a?os. En cuanto a la agricultura, la Comunidad Valenciana, en datos de 1999, tiene 359.995 hect¨¢reas de regad¨ªo frente a las 470.138 de secano, lo que supone el 43,4% cultivado. La cuenca del J¨²car posee unos recursos h¨ªdricos en r¨¦gimen natural de 3.432 hect¨®metros c¨²bicos anuales, y la del Segura, 803, aunque no s¨®lo revierten en la Comunidad Valenciana. De hecho la Comunidad Valenciana representa el 49,59% de la primera y el 6,41% de la segunda. En cualquier caso, la agricultura consume entre el 80% y el 85% de los recursos h¨ªdricos de la Comunidad Valenciana, con una demanda de 2.284,04 hect¨®metros c¨²bicos en la cuenca del J¨²car, que es la que rige en el 91,48% de su territorio. La industria s¨®lo requiere 115, mientras que la demanda urbana se cifra en 563,35 hect¨®metros c¨²bicos.
Con todo, seg¨²n el an¨¢lisis del texto que fundamenta el PHN, la cuenca del J¨²car, en la que se incluye tambi¨¦n el r¨ªo Vinalop¨® desde el plan de 1997, presenta unos consumos que a medio plazo "igualan pr¨¢cticamente las disponibilidades de las cuencas afectadas", con unos niveles de riesgo ambiental "notables" por ser un territorio que alberga importantes recursos ecol¨®gicos vinculados con el agua, "en los que la evoluci¨®n de las demandas puede resultar incompatible con los requerimientos ambientales, especialmente en episodios hidrol¨®gicos adversos". En cuanto a la cuenca del Segura, presenta una situaci¨®n global de escasez estructural con demandas superiores a los recursos potencialmente utilizables, "incluyendo las aportaciones procedentes del trasvase Tajo-Segura, desalaci¨®n y reutilizaci¨®n directa de aguas residuales". En ese sentido, su situaci¨®n "entra?a riesgo de colapso ambiental y socioecon¨®mico". Para paliar esa situaci¨®n de concentraci¨®n del riesgo de escasez, el PHN prev¨¦ una transferencia de 315 hect¨®metros c¨²bicos desde el Ebro al J¨²car y otros 450 hacia el Segura, aunque de ¨¦stos ¨²ltimos en la Comunidad Valenciana s¨®lo quedar¨ªan alrededor de 100.
La densidad de poblaci¨®n y el uso del territorio valenciano han ido tradicionalmente relacionados con los recursos productivos con que ha contado. Con unas cuencas relativamente peque?as y con la regulaci¨®n producida de modo natural de los r¨ªos, que se produce coincidiendo con la curva de la demanda de agua, la sociedad agr¨ªcola de las riberas de los r¨ªos J¨²car y Turia han tenido hasta ahora agua suficiente, salvo en episodios de sequ¨ªa. En el resto de r¨ªos valencianos, por el contrario, ha habido problemas, bien porque sus cuencas han sido m¨¢s impermeables o peque?as, o porque la forma de entrega de la naturaleza con el recurso (invierno) no coincide con la demanda (verano). Es el caso de la provincia de Alicante, donde se ha producido un desarrollo agr¨ªcola desproporcionado en funci¨®n con los recursos. En los acu¨ªferos de las dos m¨¢rgenes del r¨ªo Vinalop¨® y en La Marina Alta y Baixa se ha estado extrayendo m¨¢s agua de la que se infiltraba, por lo que est¨¢n sobreexplotados con grave riesgo de salinizaci¨®n. En La Vega Baja, seg¨²n el catedr¨¢tico de Geograf¨ªa Joan Romero, "una gota de agua se utiliza hasta seis veces y desaparece antes de llegar al mar", caricatura que indica la necesidad de aportes externos. Pero al contrario de lo que pudiera parecer, el desarrollo de la poblaci¨®n, con una demanda urbana como punto de destino de gentes de Europa y de diversas partes de Espa?a, no es el mayor consumidor.
La agricultura valenciana, cuya aportaci¨®n al Producto Interior Bruto auton¨®mico apenas representa el 3,5%, es la actividad que requiere m¨¢s agua. El caso de La Marina Baixa, donde la agricultura, salvo la excepci¨®n del n¨ªspero, pr¨¢cticamente ha desaparecido del paisaje, es muy revelador, puesto que pese a ello consume el 50% de los recursos. Ni Francia, ni Grecia, ni Italia, por citar tres pa¨ªses mediterr¨¢neos, tienen regad¨ªo en las proporciones valencianas. Sin embargo, los resultados obtenidos no s¨®lo no son proporcionales a los recursos utilizados sino que se da la paradoja que la poblaci¨®n laboral agr¨ªcola envejece a un ritmo trepidante sin que por detr¨¢s se le tome el relevo. Aun as¨ª, en los ¨²ltimos 20 a?os el cultivo de c¨ªtricos ha aumentado un 20%, mientras se mantiene la esperanza de que la ley de estructuras agrarias o del minifundio, que seg¨²n la previsi¨®n entrar¨¢ en vigor en enero, siente las bases para que los peque?os agricultores cultiven en com¨²n sus tierras abaratando costes de producci¨®n y racionalizando el uso del agua.
Pero varios especialistas consideran que el ahorro y la optimizaci¨®n del uso del agua, siendo una necesidad ineludible, no ser¨ªa suficiente porque aparte de la agricultura, de la poblaci¨®n y de la industria hay una demanda medioambiental, hasta ahora no considerada y que se ha disparado para el mantenimiento de los humedales, de los cauces y los corredores verdes. Seg¨²n los c¨¢lculos de la Entidad de Saneamiento de Aguas de la Generalitat, al menos 200 hect¨®metros c¨²bicos de las aguas residuales que se tratan en la Comunidad Valenciana (391 hect¨®metros c¨²bicos) es reutilizado en la agricultura. Pero existen m¨¢s de 100 hect¨®metros c¨²bicos que se vierten al mar por a trav¨¦s del emisario submarino de Pinedo. Asimismo, como fruto de un convenio entre la Generalitat y el Ministerio de Medio Ambiente de 1997, se est¨¢ mejorando el aprovechamiento y la distribuci¨®n de las aguas del J¨²car. La Acequia Real necesita 390 hect¨®metros c¨²blicos debido a que pierde un volumen considerable en la canalizaci¨®n y, adem¨¢s, no tiene el riego localizado. En este momento ya se ahorran alrededor de 100 hect¨®metros c¨²bicos, pero el agua que hasta ahora se perd¨ªa, derivaba en el acu¨ªfero y permit¨ªa una mayor riqueza en la biodiversidad de L'Albufera. La complejidad de la situaci¨®n es enorme.
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