Julio Miranda, el gobernador que gobierna a ratos
El jefe de Gobierno de Tucum¨¢n est¨¢ acusado de repartir 2 millones de d¨®lares en sobornos
Nadie sab¨ªa hasta ayer d¨®nde estaba el gobernador peronista de Tucum¨¢n, Julio Miranda. El vicegobernador, Sixto Ter¨¢n Nougues, no responde a los llamados de la prensa. Los ministros y secretarios dicen que ambos est¨¢n "en Buenos Aires tratando de conseguir m¨¢s recursos". La ausencia del gobernador es la caracter¨ªstica m¨¢s destacada de su gesti¨®n desde que asumi¨® hace tres a?os. Los legisladores de la oposici¨®n dicen que uno de cada dos d¨ªas los pas¨® fuera de la provincia. En la calle, los ciudadanos confirman que "no est¨¢ nunca en Tucum¨¢n". El peronismo gan¨® las ¨²ltimas elecciones con menos de 200.000 votos sobre un padr¨®n electoral de 900.000 ciudadanos habilitados. Unos 400.000 no votaron; anularon su voto o votaron en blanco.
Miranda, acusado de distribuir a comienzos de a?o y en medio del derrumbe econ¨®mico del pa¨ªs unos dos millones de d¨®lares entre los legisladores partidarios para comprar el voto favorable a la reforma de la Constituci¨®n provincial, que le permitir¨ªa presentarse a una reelecci¨®n, no podr¨ªa ahora asomar la nariz fuera de su despacho. Le maltratan los peri¨®dicos, los ciudadanos, los presentadores en la radio y en la televisi¨®n le a?aden apodos sugestivos como el de Julio Botella Miranda. Se le recuerda como un modesto distribuidor domiciliario de bombonas de butano en los a?os ochenta que no hab¨ªa terminado su escuela primaria, pero luego hizo carrera como sindicalista petrolero en una provincia que no tiene petr¨®leo. El sindicato y la militancia peronista fueron su escuela pol¨ªtica. Aprendi¨® las formas, los m¨¦todos, fue leal, traidor, ascendi¨®, hizo carrera, y hoy su patrimonio se calcula en millones de d¨®lares. Un cl¨¢sico de los territorios feudales argentinos controlados por el peronismo.
Las familias dominantes, caracter¨ªsticas de otras provincias como los Menem, los Saadi, Rodr¨ªguez S¨¢a, los Romero, los Romero Feris o los Sapag, en Tucum¨¢n fueron reemplazadas por la "gran familia" del partido y los hermanos ?ngel y Rub¨¦n Al¨¦, propietarios, entre otros negocios, de una cadena de autos de alquiler, la empresa "cinco estrellas", y capos del juego clandestino, el lavado de dinero, la prostituci¨®n y el crimen organizado. El poder de los Al¨¦, vencedores de los gardelitos en una guerra de familias, lleg¨® a tal punto que el propio jefe de la polic¨ªa de Tucum¨¢n admiti¨® que deb¨ªa pactar con ellos para mejorar el nivel de seguridad de los ciudadanos. El pasado 8 de noviembre los legisladores de la oposici¨®n le reclamaron al Ejecutivo que rescinda de inmediato el "convenio de cooperaci¨®n" firmado por el Ministerio de Gobierno en el a?o 2000 con la Asociaci¨®n de Remiseros Unidos, un sindicato creado y controlado por los Al¨¦, que supuestamente tiene mejores coches y mejores equipos de comunicaci¨®n y colabora con la polic¨ªa. En el texto de la petici¨®n se lee: "Como es de p¨²blico conocimiento, estos se?ores reiteradamente se vieron involucrados en hechos delictivos y en algunas oportunidades tuvieron enfrentamientos de todo tipo con las fuerzas de seguridad, adem¨¢s fueron procesados y acusados de graves delitos. La sociedad no tard¨® en catalogar o vincular a estos personajes y sus actividades con las mafias y la delincuencia organizada".
El secretario de Desarrollo Humano, Alberto Darnay, fue insultado, amenazado y acusado de "corrupto" y "ladr¨®n" cuando interven¨ªa el pasado martes en un programa de televisi¨®n que se retransmit¨ªa desde las puertas del hospital de Ni?os y tambi¨¦n cuando respond¨ªa luego a una consulta de EL PA?S. Seg¨²n Darnay, "el Gobierno nacional aument¨® las partidas de dinero en marzo, pero esos recursos s¨®lo alcanzan para repartir en promedio 80 centavos (0,20 euros) por d¨ªa entre 44.000 personas, y con ¨¦se debe comer una familia". El resto de los fondos se destina a atender 241 comedores escolares, huertas y granjas comunitarias, "adem¨¢s de 70.000 pesos al mes -15.000 euros- con los que se compran alimentos y se reparten bolsas". Los ciudadanos tucumanos aseguran que Darnay retiene fondos y alimentos para repartirlos en la pr¨®xima campa?a electoral. "Tucum¨¢n es Macondo", insist¨ªa uno de ellos.
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