Empleo por arrobas

Pedro teclea con torpeza, casi con miedo, pero su cara se ilumina cuando en la pantalla de su ordenador aparece la p¨¢gina web que buscaba. "Ahora vamos a aprender a sacarle el m¨¢ximo partido a esta p¨¢gina, porque la informaci¨®n es poder", les dice la monitora a los veinte alumnos del curso de iniciaci¨®n a Internet que se imparte en el Ayuntamiento de Fuenlabrada.

Pedro, de 58 a?os, reconoce que a su edad quedarse en el paro es casi una tragedia. "Me quise morir cuando el taller de reparaci¨®n de televisiones en el que llevaba 35 a?os trabajando cerr¨®", dice sin perder la vista de su teclado. Por eso, ahora tiene que zambullirse en el mundo de las @rrobas y uves dobles

Como ¨¦l, hasta 40 desempleados, sobre todo j¨®venes, mujeres y mayores de 50 a?os, asisten cada d¨ªa al taller de b¨²squeda de empleo por Internet que se imparte en la Junta de Distrito de Loranca. "Adem¨¢s del aula, hay cuatro puntos de informaci¨®n de Intranet con 80 p¨¢ginas orientadas al ocio, la cultura, la b¨²squeda de empleo, cursos y acontecimientos importantes de la agenda madrile?a", se?ala la concejal socialista Lucila Corral

M¨¢s dirigidas al ocio, pero tan bien dotadas como la de Fuenlabrada, hay otras 85 aulas en diferentes municipios de la regi¨®n. La comunidad tiene previsto otorgar otros 130 permisos m¨¢s antes de que acabe el a?o. Esta misma semana abrieron dos centros en Ciempozuelos y Villaconejos, y antes fueron Madarcos, San Mart¨ªn de Valdeiglesias o Villa del Prado, por ejemplo. "Se trata de acercar la sociedad de la informaci¨®n a la gente que lo tiene dif¨ªcil, porque vive alejada de las grandes ciudades", afirma el viceconsejero de Econom¨ªa e Innovaci¨®n Tecnol¨®gica, Miguel Garrido.

De los m¨¢s de 200 centros informatizados que funcionan o van a funcionar antes de enero, la mitad se encuentra en ayuntamientos o instalaciones municipales, y la otra mitad, en ONG. Uno de los municipios pioneros fue M¨®stoles, con tres aulas desde septiembre del a?o 2000. Tiene 14 puestos en cada uno de sus tres centros socioculturales, a los que acuden inmigrantes, chavales en busca de nuevos juegos y curiosos que a veces se topan con el icono de prohibici¨®n cuando pretenden acceder a ciertas p¨¢ginas de contenido violento o pornogr¨¢fico. "Cobramos tres euros a jubilados y menores de 18 a?os, y seis, al resto. Eso da derecho a diez sesiones de 55 minutos cada una, pero esto no tiene nada que ver con un cibercaf¨¦, porque no hay negocio", sentencian sus responsables.

Gracias a estos centros inform¨¢ticos, los vecinos de los municipios de los extrarradios ya no tienen que asistir obligatoriamente al centro p¨²blico de Puerta de Toledo, gestionado por la Consejer¨ªa de Econom¨ªa, para navegar por el ciberespacio.