Prevenci¨®n cero
Galicia es la regi¨®n pesquera m¨¢s importante de la Uni¨®n Europea. Su costa es, al mismo tiempo, la m¨¢s afectada del continente por vertidos de petr¨®leo, con cinco incidentes graves de este tipo en los ¨²ltimos 20 a?os. La combinaci¨®n de ambas constataciones deber¨ªa haber obligado a desarrollar una red de protecci¨®n que ha brillado por su ausencia en el caso del Prestige.
Es cierto que muchas de esas medidas deben tener car¨¢cter internacional o al menos comunitario. En Europa viene registr¨¢ndose un episodio de marea negra al a?o. Las directivas con que se ha ido dando respuesta -siempre por detr¨¢s de los hechos- a esa situaci¨®n se han revelado insuficientes, y desastrosa la moratoria en su aplicaci¨®n. El problema, sin embargo, est¨¢ identificado hace a?os. Tras los primeros vertidos graves, que dieron lugar a fuertes indemnizaciones, las petroleras desistieron de utilizar sus propias flotas para transportar el crudo y trasladaron esa responsabilidad a compa?¨ªas de transporte mar¨ªtimo que entraron en fuerte competencia por bajar costes. Lo cual implica, con frecuencia, relativizar la seguridad.
De haber estado ya en vigor todas las medidas aprobadas por la Comisi¨®n Europea, no habr¨ªa podido navegar por sus aguas un barco como el ahora hundido, que no contaba con doble casco y llevaba 26 a?os en la mar. Tambi¨¦n faltan medios eficaces de control. El compromiso de inspeccionar el 25% de los buques que atraquen en los puertos de los Estados miembros se ha convertido en un expediente rutinario, por el que s¨®lo unos 700 nav¨ªos de los 12.000 inspeccionados cada a?o son sometidos a una revisi¨®n rigurosa. En Estados Unidos, la seriedad del control y la dureza de las sanciones despu¨¦s del desastre del Exxon Valdez se considera clave en la comprobada disminuci¨®n del riesgo de mareas negras. Acabar con la actitud de resignaci¨®n y lenidad en el control es lo primero que cabe exigir a la Comisi¨®n de Bruselas. En caso contrario, de poco servir¨ªan las nuevas medidas que, en la estela del accidente del Erika, deber¨ªan entrar en vigor a finales del pr¨®ximo a?o y que incluyen el establecimiento de una lista negra de barcos inseguros.
La creaci¨®n de un fondo de compensaci¨®n para los da?os provocados por los vertidos, tambi¨¦n previsto para 2003, pese a contar con la oposici¨®n de varios Estados miembros, es una iniciativa necesaria, aunque inserta en el contexto de unos da?os ya producidos. Lo esencial es evitar que los da?os se produzcan. Bruselas ha carecido de autoridad para imponer medidas m¨¢s rigurosas a pa¨ªses que se comportan como aut¨¦nticos para¨ªsos del fraude a la normativa internacional sobre transporte mar¨ªtimo.
Pero la dimensi¨®n internacional del problema no descarga de responsabilidades a las autoridades espa?olas. La indignaci¨®n de la comisaria Loyola de Palacio contra los pa¨ªses que impusieron la moratoria o son tolerantes en materia de control, como Francia, podr¨ªa extenderse tambi¨¦n a la falta de diligencia de Espa?a en materia de previsi¨®n material y organizativa. Si ha habido que encargar a toda prisa m¨¢s barreras contra la marea negra es que no hab¨ªa suficientes, a pesar de la experiencia de anteriores siniestros. Es l¨®gico que participen buques y t¨¦cnicos de otros pa¨ªses, pero no lo es que Galicia no cuente con un buque especializado en combatir la poluci¨®n por hidrocarburos como los hay en otras zonas de riesgo.
Sobre todo, se ha puesto de manifiesto la inexistencia de planes de emergencia para hacer frente de manera no improvisada a una desgracia de la que hab¨ªa antecedentes. No se ha visualizado una l¨ªnea clara de responsabilidad: qui¨¦n dirig¨ªa aquello, con qu¨¦ medios y con qu¨¦ autoridad para coordinar las distintas iniciativas que era necesario adoptar. Y el prejuicio de que lo importante es no alarmar se ha traducido en alguna declaraci¨®n rid¨ªcula -negar lo que miles de personas estaban viendo con sus ojos- y en un intento de minimizar el alcance del desastre que m¨¢s bien ha contribuido a extender la desconfianza que el Gobierno trata de disipar ahora, con 10 d¨ªas de retraso.
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