Peluche secuestrado
El secuestro de los ni?os de la escuela de Hospitalet de Llobregat s¨®lo dur¨®, por suerte, cuatro horas. En el exterior ya se fraguaba un circo que recordaba los que se montaron en otros puntos negros de nuestra deteriorada memoria audiovisual.
A chamusquina
La morbosidad flotaba en el aire, y el vuelo de rapaces y la llegada de unidades m¨®viles generaron conatos de histeria y un tipo de retransmisi¨®n bastante irracional, basado en ir repitiendo, desde el lugar de los hechos, que no hay noticias que dar. Pero no todo fue morbo: la mayor¨ªa de los curiosos se lo estaban pasando en grande y, seg¨²n testigos presenciales, s¨®lo les faltaba hacer la ola para manifestar su satisfacci¨®n por protagonizar una querm¨¦s que permit¨ªa gesticulaciones propias de esos aficionados al f¨²tbol que se situ¨¢n en el c¨®rner del campo para poder saludar a su mam¨¢.
Pizza policial
La excepci¨®n, pues, volvi¨® a ser m¨¢s medi¨¢tica que la regla y dio relevancia a un analfabeto audiovisual, ya que no hab¨ªa visto la suficiente tele para saber que, si pides una pizza siendo secuestrador, el repartidor siempre ser¨¢ MacGiver o Bruce Willis disfrazado. De todo lo visto, me quedo con la entrevista que M¨®nica Terribas, en su excelente programa La nit al dia, del Canal 33, le hizo al alcalde de Hospitalet, Celestino Corbacho. Sin ser humillado por ese periodismo de alcachofa tan en boga, Corbacho pudo informar y lanzar un mensaje de sensatez a la poblaci¨®n, seguido de una manera ejemplar por padres, alumnos y profesores.
Peluche llor¨®n
Kenny G toc¨® en Operaci¨®n Triunfo acompa?ado por Beth. El saxofonista exhibi¨® su mel¨®dico estilo, que es a la m¨²sica lo que los peluches al mundo del juguete. Roc¨ªo, de Gran Hermano, tambi¨¦n suele abrazar a su peluche al tiempo que luce una mirada entre melanc¨®lica y fastidiada. El drama, ahora, lo protagoniza Inma, que sufre de mal de amores a causa de Mat¨ªas. En Espa?a, el debate sobre GH termin¨® con la primera edici¨®n. Investigando las reacciones que GH ha suscitado en otros pa¨ªses (Francia, Italia, Canad¨¢, Grecia), me tropiezo con esc¨¢ndalos en los que interviene el Gobierno, editoriales de los principales peri¨®dicos, sermones radicales o puritanos, referencias a Eco, Bourdieu, Lipotevsky o Baudrillard, y una frase, interesante, de J¨¦r?me Cl¨¦ment, al que no tengo el gusto de conocer: "Este programa es una provocaci¨®n en el sentido m¨¢s perverso. Es una absoluta mentira. Pretende mostrarnos la vida. No obstante, no hay viejos, ni minusv¨¢lidos, ¨²nicamente j¨®venes que buscan notoriedad y dinero". Amigo Cl¨¦ment: me temo que la vida real aspira cada vez m¨¢s a prescindir de los viejos y de los minusv¨¢lidos y a dejarse hipnotizar por el espejismo de la notoriedad y del dinero f¨¢ciles. Al final, pues, la mentira se convierte en hecho y, por consiguiente, en realidad.
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