El Valencia da miedo

El Valencia se puede permitir ciertos lujos. Por ejemplo, ¨¦ste: se pone fren¨¦tico durante media hora, asusta al contrario, lo bate dos veces y se echa a dormir a la espera de empresas mayores. Justo lo que hizo ayer ante el Valladolid, un equipo amedrentado desde el primer momento. Apenas se supo del conjunto pucelano, como no fuera por un par de detalles de Aganzo, que sali¨® en el segundo periodo. Su excelente pase en profundidad dio pie a que Fernando Sales propiciara el penalti que, en el ¨²ltimo minuto, Ca?izares le detuvo a Colsa. En el lado negativo, la fea entrada de Aganzo a Kily Gonz¨¢lez dej¨® maltrecho el peron¨¦ del volante argentino. Sin olvidar la buena actuaci¨®n del lateral derecho de la cantera, Garrido, que apur¨® su ¨²ltima oportunidad para reivindicarse en Primera ahora que el club de Mestalla le va a quitar la ficha con la llegada de un suplente del Lazio, un tal Oddo.

El Valencia sali¨® a jugar con tal intensidad que ni siquiera le dio tiempo a a?orar a su estrella, el lesionado Aimar. As¨ª es este equipo, le da poco espacio a la melancol¨ªa. Atac¨® en la primera parte como una locomotora: siempre con cinco hombres, los mismos con los que se defend¨ªa el Valladolid, aqu¨ª unos amigos. La zaga de Mor¨¦ ofreci¨® una m¨ªnima resistencia. De modo que Mista, que crece a ojos vista, se puso las botas. El chico ofrece una variedad de recursos. En algunas cosas recuerda al madridista Ra¨²l. Sobre todo, en lo pesado que puede llegar a ser con la defensa contraria: persigue cada bal¨®n como si le fuera la vida en ello. Tambi¨¦n en una zurda notable de la que saca lustre a la m¨ªnima ocasi¨®n. Le reclama minutos a Ben¨ªtez y a fe que se los merece. Aqu¨ª un remate seco de volea (primer gol), all¨¢ un salto limpio de cabeza gan¨¢ndole la posici¨®n al defensa (segundo gol).

Bien es cierto que Mista encontr¨® aliados por todos lados. Kily Gonz¨¢lez, especialmente. Siempre con el cartel de trasferible sobre la espalda, el argentino le viene de perlas al Valencia, sobre todo cuando Vicente se queda sin gasolina, lo que sucede muy a menudo. Ayer volvi¨® a aportar esa actividad febril por el costado izquierdo que termina por desesperar al lateral de turno, en este caso el experimentado Torres G¨®mez.

Con dos goles de ventaja y el Ajax en el horizonte, el Valencia se lo tom¨® con calma tras el descanso. Y puesto que el Valladolid, en sus escarceos, mostraba una incompetencia absoluta, el partido dio la sensaci¨®n de haberse terminado mucho antes del final. Pasaron, sin embargo, muchas m¨¢s cosas en unos minutos que no fueron precisamente los de la basura. Primero, ese precioso contragolpe que el espl¨¦ndido Baraja dise?¨® para Mista, ¨¦ste lo prolong¨® de primeras a S¨¢nchez y el valenciano dispar¨® demasiado cruzado. Despu¨¦s se puso a llover, a ventear, y el p¨²blico pic¨® espuelas mientras los futbolistas se empe?aban en seguir jugando. Entonces, Ca?izares, magn¨ªfico, se estir¨® a su izquierda para pararle el penalti a Colsa y para dejar, de paso, las diferencias donde hab¨ªan estado realmente en el partido. Finalmente, con todo el pescado vendido y sin venir a cuento, Aganzo entr¨® con los tacos por delante y mand¨® a Kily Gonz¨¢lez al hospital.